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Shupenlóh

tumamaperroqliao6 de Agosto de 2014

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Evangeline

Erase una hermosa chica. Cuyos cabellos eran tan dorados, que brillaban en la oscuridad, eran rizados y largos, que suaves espirales al final.

Sus labios pequeños y de un tono rosado oscuro contrastaban con su pálida tez. La chica estaba durmiendo, inquietada por aquellos extraños episodios de sueños

que la perseguían desde que tenía memoria. Ya liberandose de aquella tormenta levanta su cabeza de la almohada y ve en penumbras su pieza. La ventana cerrada e

iluminada por la luz de la noche, las cerraduras tal como ella las dejo, sus cortinas inmoviles que terminaban al pie de su cama, sus peluches sobre

su armario con una tranquilidad que le traia paz. Siente un ligero escalofrio de su espalda que llega hasta sus manos, ella ya acostumbrada a esa sensación

sacude sus manos y toma las frazadas y las lleva hasta su hombro. Sigue durmiendo el resto de la noche.

A la mañana siguiente despierta normal, la mañana era gris, la luz del dia entraba por la ventana iluminando la pieza. Ella se levanta, se arropa y hace su cama,

luego abre la ventana y el viento entra suave a su dormitorio corriendo las cortinas. Ella se recostó en la cama de espaldas y miraba con atención el pasar de las nubes,

observaba la manera en que el viento las llevaba a lugares lejanos deshaciendolas o uniendolas, distinta nube pero el mismo recorrido -Pensó ella-.Salió de la casa

y empezó a caminar por la parcela en donde vivía. Habían flores hermosas, pinos, rosales, arbustos, árboles frutales,

de todo pero lo que ella más apreciaba eran los rosales. Rosas de color azul, lila, salmón, negro, rojo, amarillo, violeta y blanco. Se posaba sobre ellas oliendolas y

sentía su dulce fragancia fresca con el rocio de la mañana junto a una leve brisa que corria sus cabellos y despejaba su hermosa cara.

Empezó a caminar descubriendo la infinidad de rosas que se encontraban a su alrededor y seguía sin darse cuenta de lo alejada que se encontraba del punto de regreso,

en ese momento ella se sentía unica en el lugar, nadie con ella acompañada de las rosas que compartían su belleza.

Una melodia llegaba desde lejos, la cual la apuraba mas a llegar a aquel lugar pero el camino parecia sin fin, aquel impulso la llevo a un muñeco de trapo, al

llegar a el quedo pausada ante el muñeco, alta y absorta observandolo. Era pequeño, podia caber perfectamente en sus manos, tenia ojos de botones oscuros y

en un dia tan claro como este sus ojos no mostraban reflejo alguno, una perfecta mirada de miedo que ella sintio que algo la mandaba, ella debia tomar el muñeco, aquel

objeto extraño que de casualidad se encontraba ahi o talvez no, talvez deberia dejarlo ahi. Pero no se habia dado cuenta de que ya estaba incada estirando sus brazos

para alcanzar al muñeco con sus blancas y limpias manos, las cuales tenian ahora un muñeco de trapo con una cuerda negra en el cuello, su bordado no era el mejor,

su tela estaba gastada de lo vieja, se mantenía un leve blanco que empezo a profundizar su color tornandoze un burdeo opaco que empezaba a esparcirse en el tejido

manchando todo sin dejar rastro de blanco. Cuando ella empieza a ver aquel cambio de color en el muñeco que se encontraba en sus manos no supo que hacer, muchas

emociones pasaban por ella y lo unico que hizo fue quedar mirando eso tan extraño. Todo cambia cuando el rojo oscuro se apodera del muñeco y empieza a recorrer por las manos

de ella un liquido espeso, calido. Ella reacciono y corrio la mano, su mano estaba llena de sangre que ahora corria por sus brazos, manchando su blanca piel. Dejo al muñeco

en el suelo y comenzo a observar sus manos sacudiendolas para botar la sangre, luego miro al muñeco y brotaba interminable sangre de el. El olor

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