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Zenildespitia


Enviado por   •  30 de Octubre de 2014  •  851 Palabras (4 Páginas)  •  218 Visitas

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Oh Jehová Dios de Israel

Pero ¿es verdad que DIOS morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que es tuya y es hecha por hombres?

Con todo, tú atenderás a la oración de tu siervo, y a su plegaria, oh JEHOVÁ DIOS mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti; que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar. Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona toda nuestra maldad.

tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres); para que te teman todos los días que vivan sobre la faz de la tierra (pues oirán de tu gran nombre, de tu mano fuerte y de tu brazo extendido), y viniere a orar a esta casa, tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y harás conforme a tu parecer y voluntad, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu Nombre y te teman, como tu pueblo Israel, y entiendan que tu nombre es invocado sobre esta casa oraren a Jehová con el rostro hacia el trono, tú oirás en los cielos su oración y su súplica, y les harás justicia.

Mas tú DIOS PADRE mirarás a la oración de tu siervo, y a su ruego, oh JEHOVÁ DIOS mío, para oír el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti Ahora pues, oh DIOS mío, te ruego estén abiertos tus ojos, y atentos tus oídos a la oración en este lugar.

Oré delante del DIOS de los cielos.

Te ruego, oh JEHOVÁ, DIOS de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.

En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que están escritos en tu Palabra.

Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.

Ellos, pues, son tus siervos y tu

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