Conclsuiones

Una competencia no se centra solamente en el saber-hacer , ni tampoco constituye un algoritmo memorizado y practicado, lo que nos lleva a actuar de manera flexible y de acuerdo a la situación que se nos presente utilizando el razonamiento para resolver problemas en diferentes situaciones.El concepto de competencia es extremadamente polisémico y, lamentablemente, su polisemia pareciera crecer con su utilización. Algunos (entre ellos Boutin y Julián, 2000) perciben en las competencias una orientación conductista, una forma de regreso al comportamentalismo; otros (en particular Legendre, 2000) afirman que las mismas generan una relación más pragmática con el saber, incitando así a la escuela a centrarse “sobre la formación del pensamiento, las vías de aprendizaje del alumno y el sentido de los saberes en relación con los contextos y las condiciones de utilización (...)”; otros aún (entre ellos Perrenoud, 1977) estiman que las mismas integran en concomitancia una multitud de elementos, inclusive estilos y esquemas.

En cuanto al concepto de competencia, es extraño decidir uno en específico, pues la mayoría de los autores se centran en la idea sobre la formación del pensamiento, las vías de aprendizaje del alumno y el sentido de los saberes en relación con los contextos y las condiciones de utilización. Considero que algo de esto es cierto, pues los aprendizajes no deberían ser tan generalizados porque muchas veces se enseña a los alumnos conocimientos que no van de acuerdo al lugar donde se encuentran.

Una competencia no se centra solamente en el saber-hacer , ni tampoco constituye un algoritmo memorizado y practicado, lo que nos lleva a actuar de manera flexible y de acuerdo a la situación que se nos presente utilizando el razonamiento para resolver problemas en diferentes situaciones.

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