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Enviado por   •  4 de Abril de 2020  •  Informes  •  9.947 Palabras (40 Páginas)  •  97 Visitas

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Apuntes y comentarios sobre La Audiovisión de Michel Chion. Paidós. Barcelona 1993

Por Joaquín Llorca

LA AUDIOVISIÓN

La interacción entre nuestros ojos y oídos da como resultado algo superior a la suma de sus partes. El sonido en el cine nos informa sobre qué ocurre dentro y fuera del mundo de los personajes por medio de la música, efectos y diálogos que se sincronizan (o no) con la imagen. Espacio y tiempo se ven determinados por la combinación audiovisual.

Normalmente esperamos que sonido e imagen estén sincronizados, pero la yuxtaposición de estos dos elementos en diferentes formas puede aportar más de un significado a lo que vemos.

Ojos y oídos

Mirar y escuchar es la manera como recibimos y procesamos la información audiovisual, pero estos dos sentidos presentan diferencias considerables en su naturaleza:

CUALIDAD/HABILIDAD                 OJOS                                 OÍDOS

Sensibilidad a las frecuencias        (4 a 7.2) x 10¹¹Hz                20 a 20.000Hz

Velocidad (luz/sonido)                300.000.000 m/seg                331 m/seg

Primeros procesos cerebrales        Intelectuales/razón                 emocionales/intuición

Foco                                         Estrecho/puntual                 Amplio/omnidireccional

Hábitat                                 Espacio                        Tiempo

Transmisión                                 Tiempo                         Espacio

Encontramos pues, que el espectro electromagnético es muy amplio en la naturaleza, existen rayos x, ondas de radio etc, pero por alguna razón nuestros ojos no alcanzan este nivel de percepción de la luz. En comparación, los oídos tienen un rango enorme.

De otro lado, los ojos no hacen abstracciones numéricas de luz como el oído sí las hace del sonido, es decir, el ojo no percibe mezclas de luz en tonos separados como el oído oye notas separadas que juntas hacen parte de un acorde.

La habilidad de escuchar estas proporciones hace que el oído distinga que dos notas están separadas por una octava, es decir, podemos distinguir un do de el do que le sigue, lo que es una proporción de 1:2.

Tal sentido matemático presente en el universo se manifiesta en la música pero desde un punto de vista estético se manifiesta en lo que conocemos como armonía.

La intuitiva naturaleza del sonido a diferencia de la categórica presencia de la mirada permite a nuestra mente crear más imágenes internas y establecer relaciones.

Además de todo, podemos cerrar nuestros ojos o girar la mirada para evitar una imagen, pero nuestros oídos no se cierran por sí solos.

Ojos y oídos funcionan diferentemente de manera complementaria, los objetos habitan el espacio pero los percibimos a través del tiempo en que los observamos, mientras que los sonidos existen en el tiempo pues tienen una duración, pero se trasmiten a través del espacio al moverse las moléculas de aire.

1. PROYECCIONES DEL SONIDO SOBRE LA IMAGEN

EL VALOR AÑADIDO

El sonido como complemento funcional

La ilusión audiovisual halla gran parte de sus valores en el “contrato” entre audio e imagen, el sonido suministra un valor añadido a la imagen de forma expresiva e informativa hasta hacernos creer incluso, que lo sonoro es algo inútil y redundante. Dicha cualidad funciona sobre todo en las situaciones sincronizadas (golpes, caídas o explosiones que en la realidad no suenan como se nos presenta en el cine) permitiendo establecer una relación inmediata entre lo que se ve y lo que se oye.

EL VALOR AÑADIDO POR EL TEXTO

Vococentrismo y verbocentrismo

Se puede definir con estos dos términos cierta orientación que siguió el cine con la incorporación del sonido. Se refiere a que la estructura sonora favorece la voz destacándola de los demás sonidos (hay excepciones como el cine de J. Tati que poco usa diálogos).

Igualmente la tecnología evolucionó a una mejor captura de los diálogos gracias a la calidad de los micrófonos; la voz como expresión verbal, se volvió fundamental y la tecnología, en este caso, ha perseguido más que fidelidad acústica, inteligibilidad. Por tanto el vococentrismo es en realidad un verbocentrismo: primacía del diálogo.

La supremacía de la palabra fue un camino natural de la expresión audiovisual ya que vivimos de manera verbocentrista en nuestras reacciones cotidianas, reconocemos las voces por sobre otros sonidos y nos interesamos primeramente en ellas.

Nuestro sentido de la escucha da prioridad a las frecuencias en que se encuentran las voces, además tenemos la capacidad de ubicar la dirección de procedencia de los sonidos con apenas 15° de error. Los profesionales lo hacen con tan sólo un desfase de 4°.

De otro lado la capacidad de percibir los diálogos por sobre todo, se traduce en la posibilidad humana de comprender hasta 30 fonemas en un segundo incluso con el timbre afectado. Por el contrario un buen músico apenas puede entender y recordar el orden de 10 notas por segundo. Un ejemplo son los mensajes institucionales obligatorios que se ponen al final de ciertos comerciales donde las frases se alteran para que suenen a toda velocidad en el menor tiempo posible y aún así las entendemos.

El texto estructura la visión: Texto-atracción

Las palabras que acompañan una imagen guían el sentido de forma ideológica. Diferentes textos sobre una misma imagen dan posibilidades muy diferentes de interpretación. Existe una texto-atracción, es decir, el texto dirige el significado de la imagen.

Se puede comprobar acompañando una fotografía de diferentes textos y observando cómo adquiere significados nuevos e incluso opuestos según la leyenda.

Recordemos los títulos de las obras del artista Marcel Duchamp que buscaban ser antidescriptivos, es decir, que evitaban una relación literal con las imágenes de la obra obligando al espectador a crear sus propias asociaciones.

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