Tecnologias

Chile según el World Economic Forum, se encuentra posicionado en el lugar 34 entre 144 países y es líder en América Latina superando a 10 países de la OCDE. Lo anterior muestra el avance tecnológico y económico que vienen mostrando nuestro país desde los años 90, sin embargo pese a los esfuerzos de los distintos gobiernos por tratar de llegar a estos estándares y ranking sigue existiendo una mala distribución en relación al acceso, el uso y aplicación de las nuevas tecnologías en la educación.

Si la intención de las políticas públicas en educación es aportar al desarrollo de los aprendizajes en todas las instituciones educacionales del país primero debe considerar que la exclusión o limitación en el acceso a la educación por parte de un grupo reducido de la población, da lugar a incompatibilidades con las formas políticas y democráticas de participación social. La exclusión se profundiza en los distintos niveles educativos, acentuados con mayor énfasis por el poco acceso que los ciudadanos tienen en el uso de tecnologías informáticas (Andrade & Campo-Redondo, 2007).

Gracias al SIMCE es posible obtener el dato que hace que lo anterior tome sentido: la enorme brecha que divide a la educación; si esto se analiza en función del acceso a las tecnologías en los hogares de los niños que asisten a escuelas públicas, nos damos cuenta que por ejemplo el uso de internet es muy bajo (Consejo Nacional de Televisión, 2002). Es necesario entonces, incorporar a la educación las nuevas tecnologías informáticas, para que los ciudadanos eleven su participación en la toma de decisiones de su entorno; ello sólo es posible si el uso de las TIC se hace enmarcado en programas de políticas educativas públicas que inserten a la ciudadanía en su uso sistemático para la toma de decisiones (Andrade & Campo-Redondo, 2007).

De este modo surge la necesidad de capacitar a los docentes del país y a la población en general en el uso de las tecnologías de información, debido a que facilitan el aprendizaje del conjunto de saberes y acortan la brecha digital. Esta brecha digital es una expresión de la sociedad de la información generada por las brechas económicas y sociales que se arrastran desde los años 90 con la vuelta a la democracia luego de un régimen militar. Los gobiernos desde la vuelta a la democracia han generado un auge económico observable y medible, pero también una desigualdad enorme.

La brecha digital tiene así unas consecuencias sociales drásticas. Los pobres, las personas mayores, los desempleados, los residentes en áreas rurales o marginales de las ciudades y, en general, los que menos familiaridad o habilidad tienen para el manejo de las nuevas tecnologías se instruirán menos y les costará más participar de una sociedad mediada por la información (Andrade & Campo-Redondo, 2007). Esto amenaza la estabilidad social y las instituciones democráticas.

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