Altar De Muertos
alfonsomelo19 de Febrero de 2015
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Altar de muertos,
¿mera tradición o un despertar al honor?
Por: Héctor Alfonso Melo Lozano.
“El que puede cambiar sus pensamientos,
Puede cambiar su destino”
Stephen Crane
E
scuchamos la palabra altar de muertos ¡y claro! la primer imagen que viene a nuestra mente probablemente sea ese admirable costumbre del altar montado en hogares y escuelas, tan lleno de simbolismo y creatividad de nosotros los mexicanos, tradición la cual ha sobrevivido a pesar de los duros golpes de costumbres extranjeras cuyo fin esta más encaminado al consumismo en los niños y jóvenes que a otra cosa.
Tradición que ha perdurado gracias a ese bello mar de simbolismo en los que abundan elementos como los famosos 7 niveles, velas, cruces con sal, agua e incienso, salpicados con frases que proyectan nuestra forma de ver la muerte como aquella pintoresca de “El muerto al pozo y el vivo al gozo” o aquellas otras más del tipo filosófico-popular que dicen: “Entre flores nos reciben y entre ellas nos despiden” o “Buen amor y buena muerte, no hay mejor suerte”, son costumbres que debemos indudablemente seguir fomentando.
El asunto es que tal vez, como sucede la mayoría de las veces, pasa la fecha recogemos y limpiamos el altar, sin embargo, ¿Alguna vez nos hemos preguntado qué nos recuerda un altar de muertos?, o más aun, ¿a qué nos invita?, lo más probable es que contestemos, lógico es, a nuestros fieles difuntos, a nuestras tradiciones, tal vez el más aventurado y profundo diría: “a un momento en el que convivimos en familia o con nuestros compañeros de clase para armando el altar recordar a nuestros seres queridos o personajes populares casi ídolos de la tradición popular”, no obstante, creo que aun por mucho, nos estamos quedando con el cascaron y no con su contenido, es decir, nos quedamos con aquello de “recordar a los seres queridos” en vez de “HONRAR a nuestros seres queridos” y aunque parece que no lo es, la diferencia es mucha entre estos dos puntos de vista, algo lo cual podría considerarse normal ya que solemos perdernos más en esa melancolía por la tan peculiar atmosfera de regocijo y a la vez de tristeza con la que recordamos a nuestros familiares y seres queridos, más que en el fondo de todas las posibles enseñanza y valores que nos dejaron cuando los conocimos en vida.
Ahora bien, profundizando un poco más, ¿qué entendemos por honrar a nuestros ancestros?
En la humilde apreciación de su servidor, honrar a nuestros ancestros, es conocer, comprender y estar plenamente conscientes de dónde venimos para afrontar el día a día asumiendo el compromiso de seguir manteniendo todo lo bueno y venerable que fueron nuestros padres y abuelos y los padres de nuestros abuelos, para que nuestros hijos, además de sentirse orgullosos, encaren con honor su vida, sabiendo que algún día ellos también serán padres y tendrán la responsabilidad de transmitir esa esencia de hacer lo correcto a sus propios hijos para ser honrados realmente y no solo porque los extrañamos cuando parten o porque simplemente es día de difuntos y nos pusimos algo nostálgicos al ver su foto en el altar de muertos.
Tomando en cuenta todo lo anterior, habrá algunos que digan que todo eso de tomar el ejemplo de nuestros ancestros o seres queridos cercanos como un compromiso de honor suena muy bonito siempre y cuando ese ejemplo y enseñanza provengan de buenas obras me dirían, pero que sucede cuando nuestros ancestros no dejaron alguna enseñanza, o tal vez fueron personas mal encausadas que pasaron por el mundo sin dejar alguna enseñanza que dejara huella en nosotros, o peor aún, fue gente con un comportamiento reprochable o que hicieron algún daño a los demás, ¿debemos tomar esto como pretexto y así seguir actuando nosotros? si nuestro padre fue un asesino, o un delincuente, ¿nos
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