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Ambición de poder: El estado.


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2016  •  Tareas  •  1.406 Palabras (6 Páginas)  •  145 Visitas

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Ambición de poder: El estado.

I

Es preciso iniciar con un breve análisis de la obra maquiavélica, su concepto de Estado y las principales características del mismo, acto seguido, se llevará a cabo un proceso análogo con las obras de Hobbes y  Rousseau. La evaluación cronológica  de los textos nos permitirá definir de forma clara las diferencias entre los postulados y hacer una suerte de trazado histórico, mediante el cual, se hace evidente la evolución del concepto de Estado, a partir de los autores mencionados. Paralelamente, en función de tal análisis, se puede tratar el tema de la legitimidad del estado en dos vertientes, una de carácter naturalista y otra de orden pragmático. Tomando como ejemplo del  segundo caso, el texto de Maquiavelo y en el primero, los postulados de Hobbes y Rousseau respectivamente.

II

Nicolás Maquiavelo (1469 – 1527) expone en su texto El príncipe un modelo de estado monárquico. Escinde dicho modelo basándose  en el método por el cual se adquiere  el poder.

Todos los Estados, todos los dominios que han tenido y tienen imperio sobre los hombres han sido y son repúblicas o principados. Los principados son, o hereditarios, cuando el linaje de su señor haya sido por largo tiempo dominante, o nuevos. Los nuevos, o lo son del todo, como lo fue Milán para Francesco Sforza,* o son como miembros añadidos al Estado hereditario del príncipe que los adquiere, como el reino de Ñapóles para el rey de España.'1 Y los dominios así adquiridos, o están acostumbrados a vivir bajo un príncipe, o habituados a ser libres; y se adquieren o con las armas de otro o con las propias, por medio de la fortuna o de la virtud (Maquiavelo, 2004. Pág, 5).

En este orden de ideas, el autor elabora una clasificación dentro de dicho Estado. Nos habla de las minorías y los grandes, en categorías actuales, equivalentes al pueblo y los gobernantes. Dado el contexto en el que se escribe el texto, en el cual la legitimidad del poder está mediada por la calidad de la monarquía como sistema único de gobierno, el autor no se detiene demasiado sobre una definición de Estado o del sistema del gobierno que pretende analizar. En contraste elabora un documento que se adentra en la naturaleza del poder, las formas en las que este puede ser conseguido y mantenido. El debate maquiavélico del poder es el que a la larga se conserva en el imaginario colectivo. Ahora bien, en términos generales la postura del autor respecto al Estado expresa una inclinación hacia la eficiencia y efectividad de cada uno de los órganos que lo componen. El principio que propone adoptar las medidas necesarias para la consecución de los objetivos deriva de tal postura. Lo fundamental en un estado es su funcionalidad. Maquiavelo no se preocupa por las necesidades de los particulares en el gobierno, sino por las acciones necesarias para garantizar la estabilidad de la estructura social. En síntesis el Estado se reduce a su forma fundamental, como estructura social regulatoria y organizativa. En este modelo de estado, las decisiones son forzosamente resultado de la razón, cosa de esperar teniendo en cuenta el carácter renacentista del autor. En su texto, la figura del príncipe o el principado no corresponde a representación de la masa, sino de las clases poderosas,  quienes en virtud de su intelecto adquieren la capacidad de gobierno. El orden pragmático de los postulados maquiavélicos reside en su objetivo, la  legitimación del estado de las cosas y de su propia posición. El autor se aventura a una defensa de su propia clase. El gobierno no es en este caso, no es un medio de representación directa o indirecta de la voluntad del pueblo. La soberanía se da en razón de la capacidad del gobernante de acumular y mantener efectivamente el poder.

Este modelo de estado contrasta fuertemente con el Leviatán de Hobbes. Empezando por la metáfora que utiliza el autor para dar cuenta de sus ideas. Cuando Hobbes compara las características del estado comparándolas con el mito bíblico, no solo se propone considerar la naturaleza del estado, sino como él mismo señala, la naturaleza humana. Parte de un principio retrospectivo que, de entrada, dota a su modelo de estado de una naturaleza ética y moral. El sistema de gobierno no es solo un aparato regulatorio bien coordinado, el ejercicio primario del poder, sino la fuente misma de la relación social. Lo que en el primer autor se entiende de modo maquinista, en Hobbes se naturaliza, a tal punto, que es comparable con la constitución humana misma. En ese sentido, la relación humana se sustenta en el Estado. Es función de este garantizar la funcionalidad de esta relación bajo el dominio de los intereses comunes básicos. El Estado es entonces, la garantía del cumplimiento de la voluntad común:

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