Autocensura

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Autocensura

La autocensura consiste en que la persona no manifiesta su verdadera opinión por miedo a las consecuencias o, en términos más generales, consiste en renunciar a la libertad personal por temor a las consecuencias.

Cuando existe una realidad colectiva reprimida, donde  se dificulta ejercer la libertad de expresión, esto logra influir en  la forma cómo se maneja  la información,  limitando el flujo transparente de la verdad. Por esta razón, puede darse en los comunicadores la tendencia  a abstenerse de mostrar la realidad, pues prevalece la inclinación a medir las consecuencias que esto puede ocasionar, en el cumplimiento de sus funciones informativas.

Los medios de noticias son a menudo acusados de autocensura debido a que pueden enfrentar serias reacciones si emiten o publican reportajes controvertidos. Siguiendo las demandas de su audiencia, los medios han sido acusados de "no asumir ningún riesgo".

En México se tiene un registro de 100 homicidios de comunicadores, ocurridos entre el 1 de enero de 2000 a la fecha; 21 periodistas desaparecidos, desde 2005, y 45 atentados contra medios de comunicación, desde 2006

En un estudio sobre seguridad de periodistas, en el que retoman cifras de Artículo 19, los expertos destacan que hay periodistas que se limitan a reproducir cierta información, pero también hay algunos que prefieren no publicar nada al respecto, pues hay el temor.

La autocensura, se presenta  cuando existe omisión voluntaria de la opinión personal, debido al temor de asumir las consecuencias que esto puede generar. También, se manifiesta, por miedo a sanciones o a enfrentar a la autoridad existente, la cual, busca que no se hagan públicas algunas informaciones. De este modo, los comunicadores o periodistas optan por autocensurarse,  cuando reciben coerciones provenientes del estado y del mismo medio de comunicación.

En la actualidad los periodistas no escriben para consumo de los lectores ni para orientar a la sociedad, sino para ser leídos por los hombres del poder y sus colegas de mayor rango en el proceso informativo. Si en el siglo XIX el periodismo era de opinión más que informativo, hoy el periodista informa opinando, enviándole un mensaje obvio o críptico a un colega o a un alto funcionario. Quienes han llevado a la exageración este panorama son los columnistas y los articulistas de fondo (los mejores pagados en el reino periodístico), quienes trabajan frecuentemente de acuerdo con los intereses ideológicos o económicos de cada diario o revista. Aún las publicaciones periódicas de mayor prestigio como Proceso han caído en la tentación de dialogar exclusivamente con el poder o, en el mejor de los casos, con “los líderes de opinión”, como ha dicho reiteradamente Froylán López Narváez. El precio de tal aberración, entonces, es el escaso éxito. Decir que un diario mexicano de circulación nacional está respaldado por un tiraje de 300 mil ejemplares, digamos, es una temeridad y seguramente un dato falso o manipulado.

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