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DISCICPLINA


Enviado por   •  4 de Octubre de 2013  •  2.165 Palabras (9 Páginas)  •  254 Visitas

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DISCIPLINA

Se conoce como disciplina a la capacidad que puede ser desarrollada por cualquier ser humano y que implica, para toda circunstancia u ocasión, la puesta en práctica de una actuación ordenada y perseverante, en orden a obtener un bien o fin determinado. Es decir, para conseguir un objetivo en la vida, cualquiera que nos propongamos, por más perseverancia o fortaleza que se tenga y que claro ayudará a lograrlo, resulta indispensable tener o disponer de un orden personal que nos organice para alcanzarlo de un modo más concreto, prolijo y sin fisuras.

Una persona disciplinada habla por sí misma, se deduce lo responsable que es para organizar su tiempo, actividades y está al pendiente de cumplir con lo encomendado. Su palabra es sinónimo de garantía y credibilidad ante los demás.

La persona que posee el valor de la disciplina es aquella que cumple con sus obligaciones, haciendo un poco más de lo esperado, al grado de sacar adelante su trabajo y todo aquello en lo que ha empeñado su palabra. Cuando eres disciplinado en tus acciones cotidianas, con tu familia, en la escuela y en la comunidad, no hace falta que te vigilen y controlen, porque tú mismo estás pendiente de cumplir lo que te corresponde.

Con la disciplina desarrollas la capacidad de ejercer control de tus deseos, carácter, emociones, lenguaje y actitudes; todo esto te ayudará a conseguir las metas que te has trazado, convencido de lo que quieres y resuelto a que nada ni nadie te moverá de tu idea.

LA IMPORTANCIA DE LA DISCIPLINA

De todos los ingredientes necesarios para el éxito como el talento, la perseverancia, el esfuerzo y la imaginación quizás el más importante es la disciplina. Sin disciplina, ahorrar, bajar de peso, dejar de fumar, hacer ejercicios, en fin, cualquier meta por sencilla que sea se vuelve difícil, sino imposible.

Uno de los aspectos fundamentales para que el niño se convierta en una persona sociable, autónoma y tolerante es el modo en que haya podido asumir una cierta disciplina y una serie de límites y normas.

Los padres no pueden estar siempre detrás del niño o del adolescente para hacerle cumplir las normas. Lo que se ha de lograr mediante estrategias educativas adecuadas es que estas normas queden tan arraigadas que nuestros hijos/as lleguen a comportarse de una manera responsable también cuando no haya nadie que les indique lo que han de hacer.

TIPOS DE DISCIPLINA

El comportamiento de dos alumnos puede ser el mismo, aunque, por otra parte, la actitud disciplinaria de ambos puede ser muy diversa. Esto ocurre porque la verdadera medida de la disciplina es interior y no exterior, se da por dentro y no por fuera. Lamentablemente, estamos acostumbrados a juzgar la disciplina por fuera, sin tomar en cuenta la actitud interior del alumno.

Podemos decir que hay cuatro tipos de disciplina: exterior, interior, pasiva y activa.

1. DISCIPLINA EXTERIOR. Es la que apela a la coacción, a la violencia y a las amenazas. Es común, en este caso, que los alumnos quietos, bajo coacción, "estallen en una verdadera explosión" cuando se aleja la fuerza coaccionadora. Resulta fácil observar que las carteras y objetos de los cursos sometidos a la coacción están mutilados, ya por las uñas, ya por un cortaplumas, en una auténtica "venganza sublimada" de los alumnos.

También debe señalarse el hecho de que no haya "barullo".

Nuestras escuelas secundarias han abusado de esta forma de disciplina: mano de hierro y represalias para contener al alumno, a fin de llevarlo a escuchar "las arengas" del profesor, que hace caso omiso de las necesidades auténticas de los educandos.

2. DISCIPLINA INTERIOR. Es la que resulta de la modificación del comportamiento de la comprensión y conciencia de lo que cada uno debe hacer. Este tipo de disciplina es fruto de la persuasión y respeto por el alumno. La disciplina interior refleja un comportamiento, que siempre es el mismo, cerca o lejos del profesor, porque estriba en los buenos hábitos.

3. DISCIPLINA PASIVA. Es la forma de apreciar la disciplina con relación al "barullo". En este caso, hacer "barulla" es señal de la indisciplina. Nada nos garantiza, sin embargo que un curso en total silencio esté realmente disciplinado, o que esté aprendiendo, bebiendo el saber del maestro. Es posible y a cada instante lo estamos comprobando que el alumno en silencio esté lejos de la sala de clase, realizando diabluras con la imaginación, esto es, que esté presente sólo con el cuerpo y que su espíritu esté bien distante de allí. En consecuencia, el silencio de la clase, casi siempre logrado por la coacción, no es síntoma seguro de auténtica disciplina.

4. DISCIPLINA ACTIVA. Es la forma de apreciar la disciplina, ya no por el "barullo", sino por el trabajo realizado, por la aplicación, por el interés y por la integración en el quehacer escolar. Es probable que en realización de tal o cual clase en que se encuentran empeñados, con entusiasmo, el profesor y los alumnos, no haya mucho silencio, pero no se puede decir que no exista disciplina. Por el contrario, puede decirse que el curso está viviendo la auténtica disciplina, que es la que congrega voluntades y esfuerzos para la realización de determinada tarea.

Sería conveniente que el profesor se convenciera de que la indisciplina tiene una causa. Es más eficiente y humano investigador las causas, a fin de intentar modificarlas, que usar recursos de coacción para obtener la actitud deseable en el alumno.

CÓMO DEBE SER “LA BUENA DISCIPLINA”

‐ No tiene como objetivo prolongar la ansiedad del niño tras cometer la falta; la disciplina debe ser inmediata. El niño debe aprender que una conducta errónea tiene sus consecuencias.

‐ La buena disciplina ha de ser lógica. La coherencia educativa es fundamental para no desconcertar al niño y enseña al niño a confiar en sus padres y en las normas dictadas.

‐ Firme y segura: los niños que por experiencia saben que las amenazas constantes de sus padres no se cumplen, no aprenden a ser disciplinados.

‐ Se debe poner en práctica en cualquier momento situación o lugar.

‐ Tiene que ser justa.

‐ Ha de ser positiva, es decir, que ofrezca alternativas, soluciones, apoyos, de manera que fortalezca el diálogo y los vínculos afectivos entre los padres y los hijos/as.

‐ La intensidad debe estar adaptada al desarrollo evolutivo del niño,

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