Didactogenia

Introducción

Poseer una formación profunda sobre la disciplina que se imparte, tener una formación psicopedagógica y contar con competencias profesionales y personales son tres aspectos imprescindibles para prevenir situaciones didactogénicas.

Sin embargo es una realidad que las acciones nocivas se dan en el aula provocando que el alumno se desmotive y se creen obstáculos que dificultan el proceso aprendizaje-enseñanza.

Regularmente estas acciones perjudican directamente el autoestima del alumno, incluso se puede dar el caso de que estas acciones provoquen la deserción del sistema educativo, de ahí la importancia de buscar las causas de estas didactogenias. Personalmente considero, que una causa que provoca maltrato, es la carencia de habilidades afectivas y sociales por parte de los docentes.

Desarrollo

Las habilidades afectivas y sociales en el presente artículo son consideradas como actitudes necesarias mediante las cuales se genera un ambiente de aprendizaje propicio para que se lleve a cabo el estudio de las disciplinas.

El docente deberá de contar con una formación sólida académicamente pero también con una alta inteligencia emocional, las habilidades intra e interpersonales en su profesión serán vitales.

La humildad y la generosidad serán factores indispensables dentro del marco de su trabajo. La humildad para conocer las limitaciones y no devaluarse por ello, reconocer ante los demás los propios aciertos y errores, saber estar en el lugar adecuado según nuestras capacidades, autoconocerse. La generosidad para actuar y pensar hacia los demás, preocuparse por otros y ocuparse por ayudarlos, apoyarlos, de manera benevolente.

Conclusión

Definitivamente un docente bien preparado será capaz de prevenir y resolver favorablemente muchos de los problemas relacionados con maltrato e intimidación, por el contrario un docente no formado en esta área probablemente generará acciones que obstaculicen el proceso de enseñanza-aprendizaje provocando en muchos casos que se den didactogenias que afectan directamente la dignidad de las personas.

En el caso del profesorado y de los formadores en general, el disponer de ciertas competencias que nos ayuden a enfrentar los retos crecientes y cambiantes de la época que nos ha tocado vivir es especialmente importante porque, de algún modo, el desarrollo de otros individuos depende, en parte, de nuestro trabajo.

Abstract

Si cerramos los ojos e intentamos transportarnos a nuestro pasado seguramente recordamos alguna situación educativa dentro del ámbito formal en donde la intimidación y maltrato se haya dado por parte del docente hacia el alumno.

Pues bien,

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