EL DEFENSOR AD LITEM

Como es sabido y de acuerdo con lo señalado por la Doctrina y la Jurisprudencia, un defensor ad litem es un funcionario, Profesional del Derecho, nombrado por un Tribunal Competente con la finalidad de que represente al demandado en el juicio, comparable con su apoderado judicial, con la diferencia de que su investidura no deriva de la voluntad del demandante, como en la representación voluntaria, sino directamente de la ley, dando cumplimiento al principio de bilateralidad y garantía constitucional de la defensa en juicio, que es un derecho inviolable en todo proceso, consagrado en el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; inclinándose la función del defensor ad litem, en beneficio del demandado, con la responsabilidad de defenderlo, a fin de que el accionado pueda ejercer su derecho de defensa.

En consecuencia podemos afirmar que la finalidad de la institución del defensor ad litem es la de garantizar en forma eficaz el derecho a la defensa, y éste tiene la facultad de colaborar en la recta administración de justicia al representar y defender los intereses del demandado en su ausencia, además de impedir que la acción judicial pueda ser burlada en perjuicio del actor por la supuesta desaparición del demandado. Es decir, si el demandado no comparece al emplazamiento del tribunal a darse por citado, el legislador consideró que no podía quedar indefenso y para eso prevé el nombramiento de un defensor ad litem que atenderá el proceso y que velará por los intereses del demandado, garantizando los principios constitucionales del derecho a la defensa y del debido proceso.

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