Emergentismo

Introducción

El universo en que vivimos es un proceso cósmico, que va evolucionando desde un principio hasta un fin. Todo cuanto existe forma parte de ese proceso. No hay absolutamente nada que sea permanente. Todas las cosas han sido creadas, incluso el espacio y el tiempo. Nada es definitivo ni nada está acabado. Incluso las personas, somos pasajeras y formamos parte del universo. Y somos parte del proceso; no realidades acabadas sino elementos para la construcción de las realidades futuras. La evolución provoca que “emerjan” organizaciones completamente nuevas de la materia, a partir de lo anteriormente existente, como los seres humanos, que hemos ido evolucionando de una especie a otra durante millones de años, y tanta ha sido la evolución, que ahora podemos buscar el origen de todo y el funcionamiento del universo gracias a la mente humana, que forma parte del cerebro.

Con todo esto podemos deducir que el emergentismo es una doctrina filosófica que dice que la mente forma parte de la materia del universo, y que no es algo inmaterial.

Historia del emergentismo

En 1920 aparece una corriente dedicada al emergentismo. Entre ellos destacan Samuel Alexander y Charlie Dunbar. El concepto de emergencia se enmarca en el debate sobre la posibilidad de la reducción de la psicología a la biología, de la biología a la química, y de ésta, finalmente, a la ciencia más fundamental, la física. El emergentista de los años 20 y 30 coincide en la existencia de una última y única sustancia física, considera que esta materia se organiza en niveles caracterizados por propiedades específicas no reducibles a los niveles inferiores. En los años 30 empezó a decaer su auge debido al desarrollo de la física cuántica (que permitía dar razón de las reacciones químicas en términos subatómicos) y también a la biología molecular("destruyendo" en cierta parte al emergentismo). Sin embargo, durante los años 70 y 80, el emergentismo volvió a renacer.

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