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Las estructuras y los procesos de las organizaciones el desarrollo de las estructuras de gestión de responsabilidad corporativa

Las empresas no actúan de manera responsable, siempre como problemas de responsabilidad corporativa no están integrados en la toma de decisiones y las estructuras de gobernabilidad. Dos acontecimientos principales han fomentado el debate a la administración pública y la responsabilidad de las empresas. En segundo lugar, los escándalos corporativos del comienzo del nuevo siglo (Enron, Worldcom, etc.)  Tomar conciencia de la mayor repercusión social (en las pensiones, el empleo, y otros) a la gestión adecuada de las organizaciones (Zandstra coordina desde 2002; Curall y Epstein, 2003). La actual crisis financiera puede verse en el mismo contexto y pide que la conducta más responsable. (Spitzeck, 2009).

La responsabilidad empresarial es muy esencial en la creación de una empresa porque no solo nace con la intención de generar riquezas, donde  uno de los objetivos principales es a fomentar el desarrollo social y económico de cada país, por tal razón los informes financieros que se revelan  deben estar regidos por una normatividad, ya que estos reportes expuestos son observados por  los propietarios de las compañías,  nuevos inversionistas, la competencia, el gobierno, esta información debe reflejar la realidad económica, para que se tomen adecuadas  medidas que ayuden o fortalezcan la administración.

Los escándalos corporativos crearon la necesidad de fortalecer las entidades supervisoras, para que impartieran nuevas leyes que ayudaran a evitar y detectar fraudes  de compañías con expectativas altas, como se evidencio en el caso de Eron que a través de la quiebra  colapso  la economía, y el  desempleo hasta tal punto que muchas personas se quitaron la vida por la   quiebra de este imperio dejando una inestabilidad emocional a varios hogares que invirtieron con la expectativa de recibir  un beneficio a futuro

Si bien no todas las decisiones son adoptadas por la junta directamente, el ejemplo de los ejecutivos y el establecimiento de políticas internas forman organizacional de adopción de decisiones en todos los niveles (Trevino y Youngblood, 1990; Jones, 1991; Werhane, 1999). Esto es especialmente cierto en el caso de responsabilidad corporativa cuestiones tales como los derechos humanos, el cambio climático o discriminación en la medida en que están teniendo una fuerte repercusión en la reputación de cualquier organización (Pirson y Malhotra, 2008).

Varios investigadores comenzaron a teorizar sobre la integración de cuestiones relativas a la responsabilidad en los sistemas de gobierno (Paine, 1994; Blair, 1995; Bird, 2001; Manville y Ober, 2003; Ricart et al., 2005; Aguilera et al., 2006; Elkington, 2006; Blanco, 2006) Y muchos otros países han emitido documentos de orientación práctica en materia de buen gobierno (Código Combinado en el REINO UNIDO, segundo Informe King en Sudáfrica, Código Alemán, Austríaco, directrices de la OCDE, etc. ).

La mayoría de estas recomendaciones ya sea explícita o implícitamente consulte de responsabilidad corporativa (RC ) temas como participación de los actores, los derechos humanos y la sostenibilidad ambiental (Pájaritos, 2002). Si bien estos CR recomendaciones podrían estar bien intencionadas de su aplicación en la práctica es la que ejerce mayor influencia en la conducta responsable. Un análisis de la manera en que las empresas integran el CR agenda en sus estructuras de gobierno, por lo tanto puede ser considerado como un buen indicador de conducta responsable. Sin embargo, la revisión de la literatura sólo puede identificar un estudio de un caso empírico (de Wit et al., 2006) y dos estudios en pequeña escala (Ricart y cols., 2005; Mackenzie, 2007) sobre cómo las empresas crean nuevas estructuras de gobierno para integrar temas responsabilidad corporativa en sus procesos de adopción de decisiones.

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