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Examen Extraordinario Ciencias II

rube180011 de Junio de 2013

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La Sequía, Carlos Salazar Herrera

Clarisa, Isabel Allende

La Casa de Asterión, Jorge Luis Borges

Introducción

El cuento oral es tan antiguo como la humanidad, no así el cuento literario que es de procedencia oriental.

El vocablo cuento proviene de contar, lo que se dice a viva voz. De aquí se deriva el cuento popular, que era también anónimo, extenso, con numerosos personajes, tramas complejas, y efectos múltiples. Y sobre todo, con desenlaces inesperados.

Características del Cuento Literario:

Es narrativo, cuenta algo.

Es una narración fingida en todo o en parte; es ficción o invención literaria, aunque puede apoyarse en hechos reales o que hayan ocurrido en la realidad y que, inclusive, forman parte de la experiencia misma del autor.

Es creación legítima de un escritos, quien lo hace llegar al lector por medio del narrador.

Es corto o breve, se desarrolla en pocas páginas.

Tiende a producir un solo efecto en el lector; el autor se interesa por un tema principal y no aprovecha los temas menores que la narración pueda sugerir.

Configuración del mundo ficticio mediante elementos diversos: ambientes, épocas, personajes. Esto justifica la necesidad de emplear distintas formas de expresión.

El narrador cierra el desarrollo de su tema central mediante un oportuno desenlace, el cual, según el caso, puede resultar esperado o inesperado.

El cuento no es una simple sucesión de anécdotas contadas, sino una síntesis superior en la cual se relaciona íntimamente la invención narrativa (fábula) con una novedosa invención idiomática (el estilo literario).

Los tres planos principales de su estructura son:

El estrato del mundo narrado: el hecho, suceso o acontecimiento narrado, con sus episodios o incidentes. De este nivel se desprende el tema central.

El estrato del contenido: este configura una imagen novedosa y una interpretación original de la realidad (ficticia) expresada en el mundo narrado.

El estrato de la expresión: es por intermedio de la expresión lingüística del tema y del mundo representado, que se objetiva ante el lector la realidad del mundo narrado y éste adquiere significado y vida propia.

Los cuentos La Sequía, La Casa de Asterión, y Clarisa, aquí analizados, son representativos de la literatura latinoamericana. Están escritos respectivamente por un costarricense, un argentino, y una chilena.

Se tendrá como objetivo el conocer los datos de la vida de cada autor, así como el análisis profundo de la estructura de cada relato.

El cuento y el realismo en Costa Rica: Carlos Salazar Herrera

(1906-1980)

La literatura costarricense nace con el realismo en los últimos años del siglo XIX, y a principios del XX. Las características básicas de este género son:

Comienza en 1830.

Empiezan a darse las primeras denuncias sociales.

Copia fielmente de la realidad.

Los personajes de clase media baja pasan a ser importantes en el relato.

Se censuran los vicios de la época

Lenguaje popular

Trata de ser objetivo en la presentación del mundo narrado, y descripciones detalladas.

Al ser Costa Rica país un medio social pequeño, el pueblo ha logrado cierta madurez que le permite expresar sus acontecimientos y emociones. Desde sus comienzos a finales del pasado siglo la crónica, el cuadro de costumbres, y el cuento han adquirido importancia. Se distinguen nombres como Carlos Gagini, Manuel González Zeledón, Ricardo Fernández Guardia que por esta época empezaron a construir los primeros pilares de la literatura. Además de ellos –considerados pioneros- se destacan: El trabajo de Fabián Dobles en "Historias de Tata Mundo" y el de Jorge Montero Carvajal con "Alpairo". En el campo de las narraciones infantiles sobresales María Isabel Carvajal (Carmen Lyra) con "Los Cuentos de mi Tía Panchita", Carlos Luis Sáenz, y Lilia Ramos. Carlos Salazar Herrera es considerado uno de los más destacados bajo este campo.

Nació en San José el 6 de setiembre de 1906. Aquí realizó sus estudios de enseñanza media y básica. A los catorce años obtiene su primer galardón por su ensayo "El café". Desde su adolescencia presentaba aptitudes para la literatura y el dibujo. En 1928 participó en un concurso donde presentó su tesis por la renovación artística costarricense, y ese mismo año gana un accésit por su relato "La Piedra de Toxil", en un certamen literario organizado por la Editorial Costa Rica. Se inclinó por el dibujo, y fue nombrado en 1942 profesor de esta materia en la Universidad de Costa Rica. Posteriormente, en 1958, se le nombra como Vice-decano de esta misma facultad, cargo que lo desempeñó por dos años.

En el año de 1930, comienza a trabajar en el Repertorio Americano, donde publica más de veinte cuentos cortos. Hacia 1934, Salazar Herrera empezó a grabar cedros, caobas, y otras maderas. En 1935 obtuvo por su escultura "Motivo" la Medalla de Plata de la Exposición de Arte Centroamericano.

Publicó algunos cuentos en el Repertorio Americano. Escribió en 1947 "Cuentos de Angustias y Paisajes", ilustrado por grabados de madera realizados por él mismo.

Es nombrado director de la Radio Universidad en el año 49, y en 1961 obtiene un premio por su cuento "El raudal" en Quetzaltenango, Guatemala. En 1965 se le reconoció el Premio Magón Además, en 1975 publicó "Tres Cuentos", donde cambia la forma de sus relatos pasados. Muere de vuelta en la ciudad que lo vio nacer en 1980.

En sus expresiones literarias, se encuentra la representación de lo costarricense: hombre, acontecimiento, y paisaje. A la vez, logra infundir la universalidad expresada a través de la sensibilidad.

La obra de Carlos Salazar Herrera se considera dentro del realismo. Refleja paisajes, sociedades, y lenguajes de diferentes regiones de Costa Rica. En ellas se da la materialización, que da como producto figuras como la metáfora, con fondo impresionista. Las emociones aparecen como entidades precipitadas.

El paisaje encuentra gran aceptación en sus escritos. Las ciudades del Valle Central son descritas cuando anochece vistas desde arriba como "estrellas caídas del cielo" (La Trenza). Las regiones como el Cerro de la Muerte o Santa María de Dota son descritas con el frío y la recia vegetación, así como las llanuras con la selva sofocante ("…que había puesto su rancho en un claro de la selva…", El Temporal). En El Estero describe escenas de Puntarenas ("…Algo lejos, sobre una panga volcada bajo un almendro…", "…descascaraba unos palos de mangle sobre una horqueta…").

Las características realistas de los cuentos de Salazar se reflejan con los diálogos campesinos. Evita la aglomeración de términos regionales y la exageración fonética. Se refleja bastante el sentir y el alma en el habla del pueblo campesino de nuestro país.

Sin embargo, en sus diálogos, reproduce con exactitud la fonética y la sintaxis del campesino. Un ejemplo de esto lo encontramos en La Calera: "- Bueno Eliseo, ¿Qué vamos hacer? Voyir haciendo viaje, pues."

Los Cuentos son pequeñas escenas en conjunto que provienen de una cotidiana realidad costarricense. Los asuntos planteados resultan insignificantes, pero son presentados artísticamente y con cierta indiferencia. Su objetivo fue mostrar la contingencia del ser humano y su dolor. Lo cotidiano y que conmueve con su singular pequeñez, es el argumento de la mayoría de los cuentos de Salazar Herrera.

El autor siempre demuestra un especial empeño por destruir, con ironía, el misterio de lo sobrenatural. Algunos cuentos que pueden servir de ejemplo para este caso son La Bruja y Una Noche.

El narrador es un testigo del relato que el personaje le refiere en su propia circunstancia. "Es una forma de introducir en escena, con gesto cordial, a hombres y paisajes, mediante la ficción de lo realmente vivido". Si se analiza la prosa utilizada por el autor para el narrador, se descubre que su labor poética es singularizadora. Reprodujo lo que se veía con una percepción artística. Habla con sorpresas, con símbolos, y mezclando el alma con el paisaje. Se considera a la misma vez que la obra de Salazar resulta tanto poética como narrativa, "por todos esos procedimientos (poéticos, expresivos, singularizadores) y formas que "colorean" sus cuentos, hasta tal punto de que algunas de sus narraciones se acercan mucho a lo que se ha llamado "poema en prosa", aunque el valor argumental de la mayoría de ellas los sitúan justamente entre lo que se considera cuento".

Los personajes de Salazar Herrera son pasivos y débiles. Se impresionan con facilidad por el mundo exterior. Ellos personifican el binomio que conforma el título de la obra (Angustias, que es una parte negativa del humano, y paisajes, que definen el destino de los personajes). Dos ejemplos válidos para la derrota del hombre ante la naturaleza (el paisaje decide la suerte de los personajes) se dan con "El Camino" y "El Temporal". Estas personajes se rinden ante su entorno, y se entregan resignados a la indiferencia del paisaje, rasgos del impresionismo.

Aunque en la mayoría de los relatos predomina un patrón negativo, El puente, La ventana, y El novillo se deben de tomar en cuenta como los cuentos con final positivo (aunque exista angustia como parte del fondo). Los Cuentos de Salazar Herrera son dominados, como el título dice, por la angustia.

La Sequía

La sequía encierra la historia de una pareja india

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