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moisesmedina26Informe23 de Septiembre de 2014
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siglo XVI en el ámbito político la creación de la comunidad internacional de estados naciones.
La occidentalización global ha dado pasos gigantescos apoyada en la formalización del poder de la razón con el discurso cartesiano de la ciencia que diera inicio al proyecto del descubrimiento de las leyes de la materia y con ella el levantamiento del hombre sobre la naturaleza.
A este fuerte torrente teórico siguieron en la realidad social la revolución industrial que valida de la aplicación práctica de esta formalización, pudo con la técnica erigirse en el motor de los cambios y las transformaciones del mundo moderno y el contemporáneo.
El proyecto político liberal ilustrado que es la base justificativa de nuestro sistema político jurídico en el siglo XXI, surge de este proceso.
A grandes rasgos sintéticos, su accionar en el estado de derecho durante el siglo de las luces y en el siglo XIX estuvo guiado en uno u otro sentido por los positivismos (evolucionismo, marxismo, utilitarismo, liberalismo) fiados del triunfo del hombre sobre la naturaleza y en los ideales de la ilustración como camino para la solución de los problemas sociales más agudos basado en una mayor producción de riquezas extraídas de los abundantes recursos circundantes que la naturaleza provee.
La segunda revolución industrial arribó entonces, con la aparición de los hidrocarburos en la escena, el proyecto del progreso humano cimentado en los adelantos de la ciencia aplicada y la posibilidad de consumo libre de bienes y servicios por una considerable cantidad de países en el norte global, así el sistema productivista (mayor eficiencia económica con menor esfuerzo de producción) tocó el pináculo de esta idea de progreso.
Se especulaba así sobre que uno de los mayores problemas que enfrentaban las sociedades humanas era precisamente el de la redistribución de las riquezas que tal revolución dio a los países colonizadores en detrimento de sus colonias proveedoras de los recursos naturales que la razón les otorgaba el privilegio de transformar.
La naturaleza se concibe desde los presupuestos de la modernidad occidental como un recurso económico digno de aprovechamiento y por lo tanto digno de regulación jurídica de esta. Es así como la ciencia de la gestión de recursos es la primera en comenzar procesos de planificación del aprovechamiento teniendo presente ahora que la racionalidad económica de la eficiencia debía tener en cuenta las capacidades de reproducción de los recursos que comenzaban a escasear, dando nacimiento a unas normas de protección jurídica que recogían estas conceptualizaciones técnicas.
Los países del norte global principalmente los que habían aprovechado la primera revolución industrial para desarrollar mediante sus técnicas de aprovechamiento la dinámica del mercado internacional - que continúan vigentes- en el que las colonias del sur global cumplían un rol de abastecedoras de materias primas que eran luego transformadas por esa técnica contribuyendo doblemente al desarrollo de las industrias del norte y a la construcción de su capacidad de expansión geográfica de su comercio..
El sistema productivista que se describe, tiene como base un sistema extractivista de recursos naturales del sur que los explota de manera sistemática durante los últimos 500 años, independientemente de las ideologías o sistemas políticos que guíen el control y distribución de dicha producción.
Las guerras europeas de 1915 -1919 y 1939-1945 fueron una expresión directa de la ambición de control colonial que impulsaba el sistema productivista. Y la postguerra la confirmación de la irrelevancia ideológica del sistema productivista subyacente en el positivismo modernista.
Por primera vez, el hombre superaba la posibilidad de destruir masivamente la vida, sin que a escala diferente a la planetaria
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