LA OVEJA PERDIDA

LA OVEJA PERDIDA

NARRADOR: Hace mucho, mucho tiempo, cuando el cielo aun era limpio y los rebaños cruzaban los campos en busca de hierba verde.  Había un pastor que tenia cien ovejas.

Por la mañana las llevaba cruzando montes y colinas a pastar a los mejores campos.

Por la tarde cuando las ovejas habían comido bastante las llevaba de regreso al redil para que durmieran tranquilas y sin peligro.  Era un pastor muy bueno, quería mucho a sus ovejas, las ovejas también le querían, pero había una un poco desobediente, siempre estaba buscando la ocasión para escaparse, ella pensaba que habían pastos mejores que los que el pastor les ofrecía, porque al pasar había visto unos estupendos.

(la oveja se aparta del rebaño a los mejores pastos)

BLANQUITA:  ¡hay porque será que el pastor nunca nunca nos trae a comer de esta hierba tan deliciosa.

(de en medio del pasto se asoma el lobo)

PASTOR:  ¡blanquita, blanquita! ¡blanquita ven aquí!

BLANQUITA: ¡si ya voy!

LOBO: gro… ese pastor

NARRADOR:  y a si fue que blanquita, obediente pero de mala gana regreso con el pastor, el pastor la arruño cariñosamente  

PASTOR: pero blanquita no puedes ir sola por ahí es muy peligroso, que haría yo si te pasara algo ¡ah! Cuando lo entenderás

NARRADOR: blanquita siguió al pastor pensando en las suculentas plantas que había estado a punto de comer...  Mientras tanto el astuto lobo preparaba otra vez su trampa

LOBO: (prepara y arregla las plantas) ja, ja, ja… estas plantas de plástico, tienen que quedar como si fueran de verdad… mmm… y ahora  (se disfraza de plantas y pasto) verdad, estoy guapo, verdad…

NARRADOR: disfrazado de planta fue tras la oveja dispuesto a separarla del pastor… y cuando le dio alcance

LOBO: (susurra) ¡ovejita!

BLANQUITA: mmm… ¿quién me llama?

LOBO: somos nosotras las plantitas sabrosas

BLANQUITA: plantitas sabrosas… huao…  ¡que bien me han seguido! ¿puedo comeros?

LOBO: si puedes comernos cuando quieras, síguenos…

BLANQUITA: mmm… yo las seguiría pero es que tengo que ir con el pastor

LOBO: preciosa ovejita, no tienes porque ir con ese aburrido pastor

BLANQUITA: aburrido, el pastor no es aburrido, el nos lleva a comer hierba y nos quiere mucho

LOBO: que las quiere, si el las quisiera tanto les daría libertad para comer lo que quisieran, pero ¡NO! Siempre las esta llamando, las quiere ahí presas en el redil, no les da libertad

BLANQUITA: eso es verdad…mmm… oye… ¿qué es eso de la libertad?

LOBO: no sabes lo que es la libertad, libertad es hacer lo que quieras,  como quieras, donde quieras y cuando quieras, libertad es hacer lo que te de la gana

BLANQUITA: huau… ¡que bien! ¡quiero ser libre! ¡quiero comer plantitas mejores!  Quiero hacer lo que me de la gana… puedo… puedo…puedo…

LOBO: ven, ven conmigo y veraz que plantas vas a comer

(blanquita sigue al lobo disfrazado de planta)

NARRADOR: y así el astuto lobo, llevo muy lejos a blanquita, lejos del pastor.  Cerca de ahí, el rebaño había llegado al redil, el pastor contaba a sus ovejas

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