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LA SOCIOCRIMINALISTICA


Enviado por   •  2 de Mayo de 2013  •  6.232 Palabras (25 Páginas)  •  806 Visitas

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“Año de la inversión para el desarrollo rural y la seguridad alimentaria”

ESCUELA DE OFICIALES

POLICIA NACIONAL DEL PERU

CURSO

CRIMINALISTICA

TEMA

SOCIOCRIMINOLOGIA

INTEGRANTES

____________________________________

____________________________________

DOCENTE

_________________________________

BATALLON

II

COMPAÑÍA

IV

SECCION

8va

Chorrillos, Mayo del 2013

DEDICATORIA

El trabajo de investigación lo dedico a mis padres; a quienes les debo todo lo que tenemos en esta vida.

A Dios, ya que gracias a él tenemos esos padres maravillosos, los cuales nos apoyan en nuestras derrotas y celebran nuestros triunfos.

A nuestros profesores quienes son nuestros guías en el aprendizaje, dándonos los últimos conocimientos para nuestro buen desenvolvimiento en la sociedad.

INDICE

CURSO 1

DEDICATORIA 2

INDICE 3

INTRODUCCION 5

OBJETIVO DEL ESTUDIO 6

CAPITULO I 7

CONCEPTO 7

Historia 7

Escuela Clásica 8

Escuela Positivista 8

Escuela de Chicago 8

Años posteriores 9

TEORIAS SOCIOCRIMINOLOGICAS 10

Teoría de la anomia (Durkheim) 10

Teoría de la anomia (R. Merton) 10

Teoría de la asociación diferencial (E. Sutherland) 11

Teoría de la subcultura (A. Cohen) 11

Teoría de la neutralización (Sykes, Matza) 11

Labelling appproach (Becker, Lemert) 12

Teoría general del crimen (Gottfredson, Hirschi) 13

Socio Criminología moderna 13

Positivismo criminológico 13

OBJETO DE LA SOCIOCRIMINOLOGIA 14

Conducta desviada 14

Control social 14

Delincuente 15

Víctima 15

Delito 16

CAPITULO II 17

Delitos de connotación social 17

VARIABLES SOCIOCRIMINOLÓGICAS 17

La delincuencia organizada y el control social 19

CAPITULO III 21

ANALISIS DEL ENFOQUE SOCIAL DE LA DELINCUENCIA 21

¿PROBLEMA SOCIAL O PROBLEMA PENAL? 21

CONCLUSIONES 23

RECOMENDACIONES 24

LIMITACIONES 26

BIBLIOGRAFIA 27

INTRODUCCION

En nuestro país, actualmente, la criminalidad es una de las principales preocupaciones tanto de la ciudadanía como del gobierno, lo que ha motivado que las instituciones relacionadas con esta problemática le otorguen prioridad en su gestión. Por ser la delincuencia un fenómeno complejo en el que interactúan diversos elementos, su investigación se perfila como un área necesaria de abordar desde una perspectiva criminológica, y por ende, de manera interdisciplinaria. Es así como se han desarrollado teorías sociológicas, psicológicas y multifactoriales, entre otras, que intentan comprender el fenómeno delictual.

El papel de la sociología dentro de la investigación criminológica, y la claridad con que su rol se define, ha sido muy variado. Mientras en Peru ha tomado fuerza recién en os últimos años existen países como España, donde hace ya varios años que el Reglamento Penitenciario establece claramente estudiar la personalidad de los internos desde la perspectiva de la ciencia de la Psicología y la sociocriminologia y, conforme a sus métodos, calificando y evaluando sus rasgos temperamentales todos los sectores y rasgos de la personalidad que se juzguen de interés para la interpretación y comprensión del modo de ser y actuar del observado”

El uso de pruebas dentro de esta área de la sociocriminologia ha tenido gran relevancia, pues, y en contraste con otro tipo de evaluaciones. El objetivo es comparar características sociocriminológicas. Para conseguir este objetivo se recogen, en primer lugar, antecedentes generales, en los que se basa la división de los grupos de delitos estudiados, intentando dar cuenta de distintas modalidades delictivas. Posteriormente se revisan algunas de las principales teorías criminológicas, y una serie de factores asociados a la delincuencia, que configuran el marco social donde se desenvuelve el crimen.

OBJETIVO DEL ESTUDIO

El presente trabajo tiene como objetivo explicar, analizar desde nuestra perspectiva de futuros oficiales los estudios, teorías y otros aspectos que reúne la socio criminología como nueva rama del estudio de la sociedad que nos dará luces de las causas de los crímenes y delitos de nuestro entorno. Esperemos que sirva de documento de consulta a quienes tengan acceso a este material que ha sido desarrollado con mucho esfuerzo y dedicación.

SOCIOCRIMINOLOGIA

CAPITULO I

CONCEPTO

La Sociocriminología es la disciplina que estudia las causas del crimen desde el punto de vista social y preconiza los remedios del comportamiento antisocial del hombre. La criminología es una ciencia interdisciplinaria que basa sus fundamentos en conocimientos propios de la sociología, psicología y la antropología, tomando para ello el marco teórico de la medicina y el derecho penal. Las áreas de investigación criminológicas incluyen la incidencia y las formas de crimen así como sus causas y consecuencias. También reúnen las reacciones sociales y las regulaciones gubernamentales respecto al crimen. El nombre de esta ciencia fue utilizado por primera vez por el antropólogo francés Paul Topinard.En 1885, el profesor italiano de derecho Rafael Garófalo acuñó este término.

A pesar de ser una ciencia reciente y haber sido cuestionada en cuanto a su autonomía y su independencia disciplinaria, la criminología moderna ha alcanzado su identidad científica y social a través de:

• Una diáfana definición de sus dos objetos de estudio (conducta desviada y control social).

• Un manejo coherente e integrador de métodos de estudio provenientes de las ciencias positivas y sociales.

Actualmente, se conocen 4 métodos para conocer qué circunstancias hacen que una persona cometa un crimen, los cuales son: entendimiento directo con el delincuente, examen médico, examen psicológico (datos sobre personalidad) y encuesta social (medio en el que se desarrolla la persona).

Historia

La lucha contra el delito y el estudio de los delincuentes y del castigo data desde la antigüedad. Filósofos como Sócrates, Platón o Aristóteles ya hablaron sobre este tema, atribuyendo los delitos a deficiencias físicas o mentales e incluso a la herencia.[cita requerida]

A mediados del siglo XIII, Tomás de Aquino intentó también sentar las bases de la filosofía del derecho penal en su obra Escolástica, y en la Edad Media se realizaron algunos estudios médicos para investigar crímenes aislados.

Escuela Clásica

En el siglo XVIII, el jurista italiano Cesare Beccaria compendia en su obra Trattato dei delitti e delle pene (De los delitos y las penas) las leyes existentes, tratando de encontrar la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y evitar una interpretación desviada por conceptos morales de los jueces. Enrico Ferri es considerado unos de los precursores de la criminología y se le toma como punto de arranque de la escuela clásica. Con esta escuela clásica acabaron las injusticias derivadas de la aplicación del derecho penal, generalizando el respeto a la ley, y reconociendo garantías individuales al limitar el poder del Estado. Sus bases fueron sentadas en 1839 por Antonio Rosini con su obra Filosofía del Diritto.

Escuela Positivista

En el siglo XIX, se empiezan a aplicar los métodos de observación científica al crimen, con el fin de determinar las causas de la criminalidad. En este momento es cuando la escuela italiana pretende encontrar la causa profunda de la delincuencia en las anomalías corporales y mentales de los individuos y de la escuela francobelga (Durkheim, Guerry, Lacassagne, Quételet, Tarde) denuncia la influencia del medio social, verdadero «caldo de cultivo de la criminalidad».

Escuela de Chicago

A partir de principios del siglo XX se desarrolla en EEUU un nuevo paradigma en la investigación sociocriminológica al centrarse en las razones que causaban el hecho de que en unos barrios se cometieran más delitos que en otros. De esta época es destacable la investigación empírica sobre delincuencia juvenil de Shaw y McKay, que concluyeron en que los barrios con ciertas características (entre ellas, el deterioro físico, la heterogeneidad cultural, población decreciente, pobreza, etc) eran más proclives a producir una mayor delincuencia. Esto sería así porque estos barrios se encontrarían socialmente desorganizados y no pueden realizar su función de control social ante actos desviados.1

Años posteriores

En el siglo XX, los criminólogos sociales se esfuerzan en hacer una síntesis de los descubrimientos precedentes. En diferentes países comienza a manifestarse una tendencia a ampliar el campo de la actividad criminológica: unos incluyen en ella la criminalística (Alemania); otros, la penelogía; hay otros que preconizan el estudio conjunto de la ciencia del crimen y de la ciencia de la reacción social suscitada por él (Estados Unidos). En este siglo, la sociocriminología ha influido notablemente en la evolución del derecho penal.

Con los posteriores avances en el campo de la psicología y sociología algunos investigadores han propuesto nuevos enfoques, entre ellos se encuentran: Jean Pinatel, Edwin Sutherland, Robert Merton, Travis Hirschi, Ronald Akers, Robert Agnew, Diana Fishbein, Sampson y Laub, Felson, Cornish, Gary LaFree, David Farrington, Michael Gottfredson, Charles Tittle, entre otros.

En Latinoamérica son varios los investigadores que se han destacado en esta área, especialmente los pertenecientes a países como Argentina, Colombia, México y Venezuela. Entre ellos sobresale la labor de criminólogos como: Alfonso Quiróz Cuarón, Rosa Del Olmo, Emiro Sandoval Huertas, Luis Rodríguez Manzanera, Lolita Aniyar de Castro, Alfonso Reyes Echandía, Eugenio Raúl Zaffaroni, Juan Manuel Mayorca, Elio Gómez Grillo, Álvaro Pérez Pinzón, Filadelfo Del Carmen Labastidas, Luis Gerardo Gabaldón y Christopher Birkbeck, entre muchos otros que han colaborado con esta rama de las ciencias sociales. En España, algunos de los sociocriminólogos más importantes han sido: Antonio Beristain Ipiña, Elena Larrauri Pijoan, Vicente Garrido Genovés, Jorge Sobral, Per Stangeland, Santiago Redondo, Miguel Clemente, Eugenio Garrido Martin, Enrique Echeburua, Cándido Herrero, César Herrero Herrero, Alfonso Serrano Gómez, Alfonso Serrano Maíllo y Juanjo Medina Ariza.

La primera Escuela de SocioCriminología de Sudamérica se abre en la Universidad de Los Andes, en Mérida, Venezuela. El año de su fundación fue 1992 y su primer egresado es el criminólogo y profesor Juan Antonio Rodríguez, primer licenciado en criminología de ese país y de Sudamérica. En la patagonia Argentina, nace en 1998 la primera escuela de Criminología Social de ese país, dirigida por el criminólogo y psicólogo social argentino Roberto Víctor Ferrari.] En España, las primeras escuelas donde se imparten criminología, que dependían de la facultad de derecho, fueron creadas en Barcelona (1955) y en Madrid (1964).

TEORIAS SOCIOCRIMINOLOGICAS

Teoría de la anomia (Durkheim)

La propuesta de este autor destaca por ser la primera en definir que el delito no es un fenómeno natural sino que corresponde a un concepto socialmente definido. Así, la conducta desviada no será un fenómeno patológico, pues tiene cierta permanencia tanto en el tiempo, como en diferentes sociedades. En cierto modo constituiría una manifestación del grado de bienestar de la sociedad, cumpliendo la función de reforzar valores de la conciencia colectiva (elemento inherente a todo conglomerado humano), producto de la reacción que promueven.

El delito, entonces, podría considerarse patológico sólo al alcanzar niveles extremos, cuando pone en peligro la norma social (anomia).

Teoría de la anomia (R. Merton)

Para este autor, las estructuras sociales y culturales ejercerían una presión definida sobre ciertos sujetos en nuestra sociedad, lo que facilita su enganche con conductas no conformistas en vez de conformistas.

Dentro de dichas estructuras se distinguen dos elementos relevantes: las metas culturales (que pueden estar más o menos integradas, y que se ordenan estrictamente en una jerarquía de valor), y las normas (que definen, regulan y controlan los medios socialmente aceptables para alcanzar las metas).

Un aumento en la prevalencia de la conducta desviada, entonces, puede esperarse cuando existe una disociación entre las metas o aspiraciones culturales, y los medios socialmente legítimos para alcanzarlas.

De este modo se configuran 5 formas individuales de adaptación posibles: conformidad (el sujeto acepta tanto normas como medios), innovación (acepta las normas pero rechaza los medios legítimos), ritualismo (rechaza las normas pero acepta los medios), retraimiento (rechaza normas y medios) y rebelión (donde se intentan transformar los medios y normas).

En esta tipificación, la delincuencia correspondería a un tipo de adaptación innovadora, y su existencia sería normal en toda sociedad, viéndose incrementada en condiciones de mayor anomia (definido como un estado social de debilitamiento en que se vuelven poco claros los fines del accionar social, caracterizado por la carencia de convicciones morales arraigadas)

Teoría de la asociación diferencial (E. Sutherland)

Este autor postula que la conducta criminal es aprendida (no heredada), mediante

la interacción con otros. El proceso de aprendizaje de los patrones criminales sería el mismo que subyace a todo proceso de aprendizaje, y ocurriría preferentemente en el contacto al interior de los grupos más cercanos.

En este proceso de aprendizaje se enseñarían las técnicas para cometer el delito, y el manejo específico de motivos, racionalizaciones y actitudes asociadas, que desde lo legal pueden ser catalogadas como favorables o desfavorables.

El sujeto que delinque, entonces, lo haría en la medida en que existen en su entorno, más definiciones favorables a la violación de leyes que desfavorables a esta situación. La asociación diferencial realizada en esta instancia puede variar en su frecuencia, duración, prioridad e intensidad, de modo que la magnitud en que se presenten estas características determinará si se aprende, o no, la conducta delictiva.

Teoría de la subcultura (A. Cohen)

Para esta teoría, las características de la estructura social “determinarían en sujetos de la clase obrera la incapacidad de adaptarse a los modelos de la cultura oficial y hace surgir en ellos, además, problemas de status y de Autoconsideración”46. De aquí se derivaría, entonces, una subcultura (originada en la divergencia entre las posibilidades y las expectativas de los sujetos), que, a través de sus propias normas y costumbres, permite a quienes forman parte de ella expresar y justificar la hostilidad y la agresión contra las causas de la propia frustración social. La delincuencia, por lo tanto, sería un desorden social dado desde la frustración.

Teoría de la neutralización (Sykes, Matza)

Estos autores plantean una corrección a la teoría de la subcultura, al plantear que los sujetos infractores de ley no pertenecerían a subgrupos con valores y normas ajenas a la sociedad, pues ello requeriría mecanismos de socialización exclusivos y específicos de los cuales no existe evidencia alguna. Se propone que dichos sujetos tendrían internalizado tanto las normas como los valores mayoritarios en la sociedad, por lo que para ejecutar conductas desviadas despliegan técnicas de neutralización.

Éstas se definen como formas de racionalización del comportamiento desviado, aprendidas y consideradas válidas por el delincuente (pero no por la sociedad ni el sistema jurídico), que tienen como función neutralizar la eficacia de normas y valores sociales.

Ejemplos de esto son los mecanismos de exclusión de la propia responsabilidad (el sujeto transgrede la ley “arrastrado por las circunstancias”), negación de la ilicitud (la acción delictiva sólo se reconoce como prohibida, pero no dañina o inmoral), negación de la víctima (que sólo habría “recibido lo que merece”), condena de aquellos

que condenan (descrédito de personas e instituciones ejecutoras de ley), y la remisión a instancias superiores (se prefiere responder a expectativas y deberes de fidelidad y solidaridad de grupos cercanos en lugar de acusar responsabilidades sociales).

Labelling appproach (Becker, Lemert)

La desviación sería creada por la sociedad, al construir reglas cuya infracción se define como desviación. Estas reglas se aplican a personas particulares, de modo que se produce un etiquetamiento de ciertos sujetos como desviados.

La concepción de los roles de los individuos se refuerza por las reacciones de su grupo social. Por este motivo, una persona que actúa de manera contraria a la norma en una oportunidad tenderá a mantenerse en este tipo de acciones en la medida en que la sociedad, como parte de su reacción (sea formal o informal), le sancione, y le trate como a un delincuente. Esta estigmatización será más o menos paulatina, y tendrá como consecuencia la aceptación final de un status por parte del sujeto, por lo que sus acciones futuras estarán orientadas al ejercicio del nuevo rol asociado.

De acuerdo a Ramsland, las teorías psicológicas de corte individualista buscan relación entre los rasgos de personalidad de los sujetos y la conducta desviada, tratando de determinar cuáles estructuras (si es que las hay) serían más propensas a la comportamiento criminal. Desarrollos teóricos más cercanos a la psicología social, por otro lado, se centran en el estudio del individuo en su contexto sociocultural, de manera que la delincuencia sería adquirida a partir de la interacción cotidiana, el aprendizaje de modelos y la influencia de los grupos con los que cada sujeto se relaciona.

Teoría general del crimen (Gottfredson, Hirschi)

Estos autores plantean que el crimen sería una conducta, y como tal, debe ser entendida como un medio de obtención de placer o de evitación de experiencias desagradables. La diferencia entre cometer o no un crimen por lo tanto, no se encuentra en la motivación del sujeto, sino que depende de que exista una sanción penal asignada al comportamiento ejecutado.

Los sujetos que cometen actos desviados o peligrosos, en relación con la norma, se caracterizan por su despreocupación respecto a la sanción, debido a que les basta desear un resultado inmediato para actuar en consecuencia. Presentan un déficit de autocontrol, que se

observa en la búsqueda de placer inmediato, reacciones impulsivas frente a la frustración, ausencia de proyectos con resultados perdurables y la ejecución de delitos como una forma rápida y eficaz de obtener bienes sin perseverar o esforzarse. Estas características se acompañan de un fuerte egocentrismo, insensibilidad ante el sufrimiento de otros e incapacidad de planificar y llevar a término una tarea intelectualmente compleja.

Socio Criminología moderna

A partir de mediados del siglo XX, se presenta un cambio de paradigma en la ciencia criminológica fijando su atención en los procesos de criminalización, en el ambiente social, pero estudia también a la víctima. Según la definición de Antonio García-Pablos de Molina

Es una ciencia empírica e interdisciplinaria, que se ocupa del estudio del crimen, de la persona del infractor, la víctima y el control social del comportamiento delictivo, y trata de suministrar una información válida, contrastada, sobre la génesis, dinámica y variables principales del crimen —contemplado éste como problema individual y como problema social— así como sobre los programas de prevención eficaz del mismo, las técnicas de intervención positiva en el hombre delincuente y los diversos modelos o sistemas de respuesta al delito.

Positivismo criminológico

El positivismo criminológico es por sí solo una reafirmación de la predisposición del hombre respecto a sus características inherentes como humano, basándose en la complexión, sexo, estatura, etc; de esta manera si el individuo es corpulento está predispuesto a cometer delitos como violaciones u homicidio culposo, si es delgado a cometer crímenes pasionales o delitos relacionados a los bienes, por ejemplo. Su gran dependencia de la Medicina para la explicación de las causas delincuenciales es evidente, como en su tiempo lo fue la Frenología. Resulta necesario aclarar que este tipo de criminología está descartada desde finales de los 90's por su falta de pruebas contundentes como una "ciencia" viable en la explicación de la comisión de delitos.

OBJETO DE LA SOCIOCRIMINOLOGIA

Conducta desviada

En cuanto al fenómeno de la desviación, la criminología aborda los factores explicativos de la conducta desviada y la conducta delictiva (robo, homicidio, daño, etc.). Estos factores pueden ser vistos desde una perspectiva causal como determinantes de orden psicológico, biológico o social, o pueden ser estudiados como categorías de orden cultural resultantes de procesos de interacción y definición social complejos, en los que intervienen elementos de tipo histórico, político o cultural.

Entendida la conducta desviada como aquel comportamiento de uno de los miembros de una sociedad, que se aleja de los estándares habituales de conducta. Aunque debe distinguirse entre diferentes conductas desviadas. Así, por ejemplo, el travestismo podría considerarse como una conducta desviada, pero resulta categóricamente distinta a la conducta desviada de, por ejemplo, robar en un establecimiento.

Por tanto, la criminología estudia la conducta desviada de la persona, cuyo resultado deriva en daño o perjuicio de algún componente de la sociedad.

Control social

Con respecto al control social, la criminología... procura analizar desde diferentes perspectivas (funcionales y estructurales) las instancias encargadas de reaccionar socialmente contra la desviación y la delincuencia. El control social se divide en dos tipos:

1. Control social formal: constituido por las leyes y normas que rigen la convivencia.

2. Control social informal: es el ejercido por la sociedad, por los padres y por las personas que nos rodean

Es importante señalar que mientras la criminología se ocupa de hallar el modo de optimizar los mecanismos de control social, la criminología crítica explora la incidencia en grupos humanos de tales instancias de control, como factor criminógeno. De este último análisis, es que surge la nueva criminología o también llamada critica o radical, la cual desatiende por completo los factores endógenos y exógenos relacionados con la conducta criminal y desviada; dandole mayor importancia al papel de la instituciones del gobierno y su incidencia en el control del crimen.

En criminología, se denomina control social a la influencia que ejercen determinados elementos componentes de una sociedad, en la forma de comportarse de sus asociados. Así por ejemplo, si un ser humano nace y crece en solitario, sin roce ni relaciones intragrupales, no tendrá controladores sociales, por lo que en relación a una cultura determinada, éste será desviado, pues no se comporta como el resto desasociado, pero un ser humano que nazca y se desarrolle en un ámbito familiar, obviamente adoptará como propias, las formas de comportamiento de los demás miembros de la familia y, si no las adopta en su totalidad, orientará su comportamiento al menos a comportarse de una forma determinada.

Posteriormente a la familia, el siguiente controlador social lo encontramos en la escuela; la influencia que ejerce la forma como los niños son tratados, educados, orientará su comportamiento. De esta forma, los principales controles sociales que analiza la criminología son la familia, la escuela, la iglesia y el gobierno, pero existen muchos más como la moda, la música, las series de televisión, etc.

Delincuente

Ser biopsicosocial, la moderna criminología el examen y significado de la persona del delincuente pasa a un segundo plano desplazándose el centro de interés de las investigaciones hacia la conducta delictiva misma, la víctima y el control social.

Víctima

La elaboración científica de una teoría de la víctima es un fenómeno reciente, delincuente y víctima son los dos coprotagonistas del suceso criminal. Criminología dispone ya de un cierto núcleo de conocimientos de cuestiones como: aptitudes y propensiones de los sujetos para convertirse en víctima, tipología victimaria relaciones ente delincuente y víctima, grados de coparticipación o corresponsabilidad de la víctima en el delito, influencias sociales en el proceso de victimización, daños y reparación, comportamiento de la víctima como agente informal del control penal.

Delito

La criminología no puede prescindir el concepto penal del delito que constituye una referencia obligada, la criminología no solo examina el delito ni lo hace desde un enfoque valorativo. La autonomía de la ciencia empírica es relativa por que no puede renegar del marco histórico y cultural en el que cobra sentido la conducta humana.

CAPITULO II

Delitos de connotación social

Más allá de las clasificaciones normativas, en nuestro país existe una denominación que ha alcanzado importancia progresivamente: son los llamados “delitos de mayor connotación social”. Bajo este calificativo se consignan las figuras de robo con fuerza , robo con violencia (incluye al robo con violencia, robo con intimidación y robo por sorpresa), hurto, lesiones, violación y homicidio.

Pese a su amplia utilización, esta categoría no tiene sustrato teórico definido, es decir, no existen investigaciones previas que justifiquen el por qué son específicamente los delitos mencionados, y no otros, los que se denominan de connotación social. No obstante lo anterior, dicha clasificación es significativa y relevante.

De hecho, la importancia de la “connotación social” posible de atribuir a un delito puede ser crucial, incluso al momento de determinar el tratamiento particular que se entregará a los sujetos condenados. En Chile, específicamente, el conjunto de delitos considerados de mayor connotación social reciben una atención diferencial por parte de medios de comunicación e instituciones relacionadas con la criminalidad (como por ejemplo Paz Ciudadana, y el Ministerio del Interior), quienes en la presentación de sus estadísticas, y la orientación de sus esfuerzos, tienden a referirse de manera preferencial a este conjunto de ilícitos.

La criminología nos brinda a nosotros, como futuros oficiales de la ley diversas variables a tener en cuenta en nuestros quehaceres diarios como por ejemplo:

VARIABLES SOCIOCRIMINOLÓGICAS

En el estudio de casos y situaciones de nuestro campo policial hay que tener en cuenta algunos factores o variable para determinar los actos a realizar con los infractores o delincuentes de la ley, entre estas variables tenemos:

 Estado civil

 Situación de pareja

 Caracterización del grupo familiar actual

• tiene hijos

• cantidad de personas con que vivían

• tipo de relación

 Nivel educacional del sujeto

• sabe leer

• sabe escribir

• nivel educacional alcanzado en libertad

 Nivel educacional de los padres

 Caracterización del grupo familiar de origen

 Pertenencia a instituciones durante la infancia

 Experiencia traumática

 Consumo de alcohol y/o drogas al momento de cometer el delito

 Antecedentes familiares delictuales

 Sistema Interno

• Tiempo de condena

• Número de delitos

• Nivel de Compromiso Delictual

En investigaciones realizadas a sujetos se evidencian resultados que nos podrían proporcionar información y ser aplicada a nuestro campo policial. Los resultados revelan estas tendencias:

sujetos condenados por crímenes y simples delitos contra las personas eportan en mayor proporción que su padre no habría completado la educación media; y que habrían consumido alcohol y/o drogas en mayor frecuencia al momento de cometer el delito. Además, declaran haber vivenciado una experiencia traumática a una edad comparativamente mayor, respecto de los otros grupos estudiados.

Se podría señalar que este grupo de reclusos tiende a desplegar con mayor frecuencia mecanismos de neutralización a fin de crear un contexto que permita justificar, racionalizar y hacer comprensible su conducta delictiva. Esto se deduce tanto del hecho de que todas las variables en que aparecen diferencias significativas pueden interpretarse desde un interés autocompasivo de los internos, como por la ausencia de indicadores, clínicos o específicos.

Los sujetos condenados por crímenes y simples delitos contra la propiedad, manifiestan conocer en menor porcentaje la escolaridad de su madre. De acuerdo a los registros del INPE, estos individuos se encontrarían cumpliendo condena por un número mayor de delitos, a la vez que califican con un nivel de compromiso delictual más alto que los otros grupos de reclusos Del gran porcentaje que se encuentra categorizado con alto compromiso delictual, se deduce que estos individuos cumplirían en mayor grado con características propias del delincuente habitual. Esta categorización no se relacionaría con el nivel de peligrosidad de los sujetos, no obstante, el etiquetamiento que esta denominación implica, facilitaría la ejecución de conductas propias del rol asociado al status correspondiente al alto grado de compromiso delictual.

Es posible caracterizar a los condenados por delitos contra la propiedad como sujetos inseguros, con baja autoestima, problemas de voluntad y autodeterminación, poco exigentes consigo mismos y con una capacidad disminuida para funcionar bajo presión. Básicamente, se trata de sujetos que necesitan confirmación proveniente de un grupo de referencia o de acciones que ellos mismos puedan emprender, como un intento de definirse a partir de parámetros externos. Al no ser capaces de lograr este objetivo, los sujetos tendrían una tendencia a caer en depresión, la cual toma la forma de “enmascarada” en la medida que buscan aliviar esta situación mediante la actividad.

La delincuencia organizada y el control social

El fenómeno de la delincuencia ha ido creciendo en el país desde las décadas de los años 80 y 90 del siglo pasado. Las actividades del delictivas empezaron a volverse asunto más y más cotidiano. Durante

las décadas de 1980 y 1990. Estos actos se extendieron a causa del creciente consumo de mariguana, cocaína y otras substancias enervantes.

El desarrollo de la delincuencia organizada fue posible, por la corrupción de las autoridades policiales, judiciales, administrativas y políticas de todos los niveles, fuesen federales, estatales o municipales.

El crimen organizado no puede subsistir sin la corrupción del aparato judicial, policíaco y político. Crimen organizado y corrupción van

siempre de la mano. Esta fundamental premisa es aceptada por los sociocriminólogos.

La corrupción entraña la impunidad y a mayores dimensiones de este fenómeno, más corrupción e impunidad. La delincuencia organizada disputa al Estado el control de zonas y territorios en un combate que se vislumbra a largo plazo, pero que no es posible de eludir. Es posible criticar tácticas de las empleadas por las autoridades, pero la estrategia de combatir esta criminalidad está fuera de discusión, pues sin control social se llegará a la ingobernabilidad, a la crisis del propio Estado.

Los vínculos entre delincuencia organizada y la corrupción en el sector público – la cual puede ser entendida en sentido amplio como el perjuicio de un bien público para satisfacer uno privado – no son nuevas. Los grupos de delincuencia organizada han corrompido al sector público como medio para enfrentar a los Estados con impunidad y quebrantar el estado de derecho de forma cada vez más notoria en los últimos años.

CAPITULO III

ANALISIS DEL ENFOQUE SOCIAL DE LA DELINCUENCIA

¿PROBLEMA SOCIAL O PROBLEMA PENAL?

Asumir como única solución a los problemas de la criminalidad al derecho penal, creando más tipos penales y sobrecriminalizando los ya existentes, como si la criminalidad fuera un problema que sólo le concierne al derecho penal, no viendo a la criminalidad como un todo que engloba varios aspectos, sólo a través de una política integral que asuma roles educativos, morales y laborales se podrá apreciar resultados positivos frente a la criminalidad, la nueva visión de una criminología multidisciplinaria es por demás favorable frente a la criminalidad, lástima que nuestros legisladores parecen que tienen vendados los ojos frente a lo que ocurre en nuestra realidad, porque el derecho penal lejos de disminuir la criminalidad lo que ha hecho es agravar las diferencias entre las clases sociales, etiquetando a las personas de “enemigos” frente al sistema, acaso no toman en cuenta que todos somos ciudadanos y tenemos los mismos derechos, mereciendo respeto a nuestra condición de persona.

Este análisis del problema frente al problema de la criminalidad como es de enmarcarla dentro de un problema social, que mientras haya hambre y desempleo es difícil exigirle a todos respeto y fidelidad al orden social, cómo pedirle a una persona que respete a un sistema que le ha cerrado las puertas y las oportunidades para su realización o siquiera para subsistir, a veces la actitud de muchos delincuentes es una respuesta frente a esa marginación que viene sufriendo, por eso mientras no busquemos las soluciones de la criminalidad fuera del derecho penal seguiremos padeciendo de crímenes, claro que esa tarea de nuestros gobernantes de brindarnos tranquilidad a “todos” parece muy lejana, ya que sólo reprimen drásticamente a los vulnerables frente al sistema penal, no teniendo en cuenta sus condiciones sociales y económicas, desgraciadamente algunos tienen que soportar y legitimar el sistema penal, y para las clases dominantes quienes mejor que aquellos que no significan nada para el sistema, algo desde todo punto de vista deshumanizante y discriminador.

Cada vez exigimos más severidad frente a los delincuentes, pensando que estas personas en la cárcel se van a lograr “resocializar”, si al contrario, cuando salgan regresarán al mismo ambiente que los motivó a delinquir, además “resocializar” de qué estamos hablando, si la misma sociedad los ha formado como delincuentes, si no tomamos conciencia que los delincuentes son parte de nuestra sociedad y que verdaderamente merecen ser tratados como “personas” y no “objetos” que sólo hay que sacar de “circulación”, nos estaríamos nosotros mismos poniendo la soga en el cuello, porque con las condiciones económicas en que vivimos no sabemos si la ruleta que gira la selectividad del sistema penal en algún momento nos atrape, y ahí sí, que vamos a lamentar mucho de la drasticidad que algunos arguyen y reclaman como requisito para acabar con la delincuencia.

Si uno acata lo que dispone la norma no lo hace por el temor a la pena primordialmente, sino porque dentro de cada uno se ha internalizado un conjunto de valores que nos dice que el hecho de delinquir es perjudicial para el conjunto de la población, además está de antemano el respeto que cada uno debe tener hacia el prójimo con lo cual, la piedra angular frente criminalidad pasaría más el fomento de valores en donde todos tengamos las mismas oportunidades o siquiera una oportunidad para poder subsistir, ya que exigir condiciones plenas de realización creo que resulta utópico, el discurso penal de “primera mano” carece de razonabilidad, porque no se puede poner a la persona como un “objeto” al cual hay que “eliminar” si comete un delito, ahora hay que ver a quienes se quiere eliminar porque dudo mucho que lo mismo se piense con aquellos que cometen delitos económicos o los que cometen las personas relacionadas al aparato estatal.

Un Estado Totalitario lejos de conseguir estabilidad y seguridad, lo que hace es proclamar banderas de discriminación y vulnerar los derechos fundamentales de las personas, porque esencialmente serán las personas marginadas las que soporten todos los avatares de este sistema, señores respetemos la condición de “persona humana” de todos.

CONCLUSIONES

Considerando todo lo estudiado y desde la revisión de diversas investigaciones sobre el fenómeno criminal y la sociedad , se distinguen una serie de variables sociales, criminológicas y psicológicas, las cuales serán descritas y evaluadas para verificar la existencia de factores entre los sujetos que cometen crímenes y delitos.

La sociocriminologia es una nueva ciencia que estudia los factores sociocriminológicas”, en cuanto reúnen aspectos de la vida del sujeto que serían relevantes en sus procesos de socialización (que podrían haber influido en su desempeño actual), y los antecedentes, propiamente criminales, de su familia y del sujeto mismo.

Sin duda la justicia social constituye el mejor medio de prevenir la criminalidad; por lo tanto hay que basarse más en lo social que en lo

Penal.

La mejor prevención del delito la vamos a encontrar en la mejor distribución del ingreso. El acceso a servicios de salud, de vivienda, de oportunidades de trabajo, de educación, de cultura, y en general de un nivel de vida con niveles de satisfactores que permitan a grandes sectores de la población dejar condiciones de pobreza o miseria es la meta primordial.

Esta meta, es, por desgracia a largo plazo, pero en ello radica la justicia social, y en tanto, se trabaja desde ahora, en ese sentido, enfrentar a la delincuencia organizada es tarea que debe continuar, y quién o quienes no estamos de acuerdo en las tácticas empleadas, nuestro deber es señalarlas con los estudios criminológicos que avalen nuestros desacuerdos y sobre todo las medidas que proponemos apoyadas en los respectivos análisis y estudio.

RECOMENDACIONES

Cuando alguien nos pide una opinión sobre lo que está ocurriendo en nuestro país , solo me pongo a pensar en lo difícil que lo estamos pasando, pues se trata de imponer ideologías que no son nuestra y sobre todo que se presta para intereses personales de grandes oligopolios.

Todo se parece pues a una terrible conspiración contra la vida, tal vez una suerte de pacto entre las diferentes corporaciones mundiales que se ufanan por su poder económico sobre la tierra.

De nuestras potencialidades que son muchas y sobre todo variadas hemos cogido la peor, es decirla más fácil y destructiva. Nuestra codicia creció enormemente en perjuicio de nuestra compasión y solidaridad, esto no quiere decir que la mayoría de seres humanos se incline por realizar crímenes o transgredir la ley u optar por la destrucción, simplemente hemos estructurado un sistema que cada día nos lleva a la destrucción y del que ya nada nos puede salvar y mucho menos librarnos.

Somos prisioneros de nuestras propias creaciones y salvo un inesperado cambio o de lo contrario seremos victimas de nuestras propias creaciones, los ejemplos relucen sin hacer mucho esfuerzo. No existe un solo campo puro. Nos hablan de nuevas medicinas y lo celebraré, pero luego me dicen cuántos realmente se benefician con ellas y termino deprimido.

Nos hablan de nuevas armas para mantener a paz y solo puedo reír. Nos hablan de los fabulosos avances en los medios de comunicación, pero que de aquel hombre cada vez más aislado dentro de su país. Nos hablan de la fe religiosa y solo tiendo a callar, pues aun disfruto de los que aun gozan haciendo humor y contando cuentos.

Nos hablan de Democracia y de libertad, y no puedo evitar una enorme sensación de vergüenza y derrota, al sentir que la institucionalización de la mentira ha penetrado y corrompido lo más profundo de nuestro propio imaginario.

La justicia social , la libertad de prensa , así también los medios de comunicación se han transformado en un vil negocio en vías de expansión.

Es por todo ello que urge pues un nuevo sistema que cada día nos enseñe y oriente una vida más justa y sobre todo más humana, donde prime la vida de la persona antes que los apetitos voraces económicos del hombre que se cree dueño del mundo y sobre todo con capacidad para decidir qué país vive en el progreso o el retraso, lo cual nos convierte en seres no dueños de nuestra vidas y que cada día somos fiel copia y reflejo de lo que ellos quieren que seamos, a lo cual la persona en sociedad se resiste a adaptarse llevando esto a transformarse en “delincuentes” pero delincuentes por que la leyes así nos convierte.

LIMITACIONES

La nueva “ciencia”, desde su aparición, no tuvo limites determinados; porque existieron muchos estudiosos de varias ciencias sociales y naturales que hablaban del objeto “crimen” pero desde variados puntos y versiones, de tal forma que llevaba a pensar que no hacían referencia al mismo punto de estudio. Aunque, en sus inicios, estuvo más relacionada a la medicina y no tanto a lo jurídico. Todo esto dentro de un marco positivista.

La “criminología” debe ser comprendida como un espacio polivalente de saberes referidos a la “cuestión criminal”. Siempre que se quiera seguir empleando este término, debe ser usado en plural. Referirse a la “cuestión criminal” como el objeto de las “criminologías” y no a la “criminalidad”, implica separarse de aquellos que piensan lo “criminal” solo como lo que es definido por tal por el derecho penal en un momento y lugar dados, y al mismo tiempo de aquellos que piensan lo “criminal” solo como lo que viola normas de diferentes naturaleza que no son contingentes.

Cabe acotar que, a pesar de ser una ciencia reciente y haber sido cuestionada en cuanto a su autonomía y su interdependencia disciplinaria, la criminología moderna ha alcanzado su identidad científica - social a través de una definición de sus dos objetos de estudio (conducta desviada y control social).

BIBLIOGRAFIA

CRIMINOLOGÍA Y CONTROL SOCIAL

REVISTA CRIMINOLOGÍA Y SOCIEDAD. MAYO 2010

DR. OCTAVIO ALBERTO ORELLANA WIARCO

ESTUDIO COMPARATIVO DE VARIABLES SOCIOCRIMINOLÓGICAS Y DEL TEST DE LÜSCHER EN SUJETOS CONDENADOS POR CRÍMENES Y SIMPLES DELITOS CONTRA EL ORDEN DE LAS FAMILIAS Y CONTRA LA MORALIDAD PÚBLICA, CONTRA LAS PERSONAS Y CONTRA LA PROPIEDAD.

CAROLINA DURÁN SIERRA - SUSANA PAVIÉ CID

CHILE 2012

ENFOQUE SOCIAL DE LA DELINCUENCIA ¿PROBLEMA SOCIAL O PROBLEMA PENAL?

ERICKSON COSTA CARHUAVILCA

REVISTA VIRTUAL "CRIMINOLOGÍA DEL SIGLO XXI"

REGISTRO INTERNACIONAL DE PUBLICACIONES SERIADAS: ISSN 2220-4768

EL DILEMA DEL HOMBRE HACIA LA MALDAD

“CREO QUE ESTAMOS TODOS LOCOS”

CRISTINA CASTRO MITMA

REVISTA VIRTUAL "CRIMINOLOGÍA DEL SIGLO XXI"

REGISTRO INTERNACIONAL DE PUBLICACIONES SERIADAS: ISSN 2220-4768

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