La Abeconomia

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Estrategia Implementada por el japonés Shinzo Abe con la finalidad de poner fin a la deflación, elevar el crecimiento de manera duradera y revertir el aumento de la deuda como toda estrategia tiene puntos a favor pero de igual manera tiene riesgos.

Los resultados de la política emprendida son hasta ahora esperanzadores. El crecimiento repuntó hasta cerca del 2% en 2013, sube la confianza de empresas y consumidores y los precios crecen.

La primera flecha ha puesto en circulación una gran cantidad de yenes, lo cual aplasta las tasas de interés y estimula el consumo interno, aumentando los precios como consecuencia.

Con la ayuda del gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, se espera que la subida llegue a ser de dos puntos para revertir el largo periodo deflacionista del país, aunque de momento no se ha llegado a este ambicioso objetivo.

Pero la inyección masiva de yenes ha producido la devaluación de la moneda en torno al 20%, lo cual aumenta la competitividad del país y fomenta sus exportaciones. El poder tener un control sobre su moneda puede ser una ventaja decisiva, pero se corre el riesgo de que otros países sigan esa estrategia y se inicie una competencia de gran magnitud.

La segunda flecha es la más controvertida ya que supone aumentar el endeudamiento del país mediante una fuerte inversión pública pero esto podría hacerlos llegar a un extremo insostenible. Hay que destacar que actualmente la deuda supone un 230% de su PIB, un índice mucho mayor al de países como Grecia (175%), pese a lo cual han estado pagando la tasa de interés a diez años más baja del mundo.

Esto se ha logrado gracias a que la fortaleza del Yen y la continua deflación interna han producido un resultado muy favorable, al hacer que el tipo interés de los bonos japoneses fuera más alto que su tasa nominal.,

Pero al aplicar la primera flecha todo esto se puede desestabilizar, ya que al debilitarse el yen y al fomentarse la inflación, los inversores exigirán mayores tipos de interés, lo cual encarecerá el endeudamiento del país y podría hacer que la segunda flecha no diera ni siquiera cerca del objetivo de la estrategia.

Esta es una decisión arriesgada, sin duda, aunque por ello se plantea dentro de una estrategia global donde todas las flechas son importantes. El gasto público puede dirigirse a obras públicas, servicios públicos, y se estudia como un punto esencial para reactivar la economía pese al riesgo analizado anteriormente.

Su tercera flecha va dirigida al empleo y es el punto en el que actualmente se concentran más esfuerzos.

Con esto se pretenden aumentar los salarios para fomentar el consumo interno, mejorar las políticas de inversión para que permitan la creación de puestos de trabajo, mayor plaza laboral para las mujeres, una mejora de la productividad.

A pesar de los buenos resultados

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