La Venadita

Al entrar en la sala de teatro, me encuentro con una mujer sentada en el escenario junto a una pequeña fogata. Mientras el público tomaba asiento, ella encendía la fogata y miraba atentamente al público que se instalaba para ver el espectáculo. Me llamó mucho la atención esta situación, pues era la primera vez que asistía a una obra de teatro en la que el actor, en este caso, la actriz, se encontrara en escena haciendo unas pequeñas acciones, antes de que el público se instalara. .

De inmediato se me vino a la cabeza una obra dinámica e interactiva con el público. No me equivoqué. Se encendieron las luces, y dejaron ver una pequeña escenografía que trataba de simular una típica pequeña casa de campo indígena, muy bien lograda, debo recalcar. El personaje de la Venadita, nos dio la bienvenida al público presente. En ese momento logró capturar la atención de los presente, incluida la mía. Sin embargo, no se trataba netamente de una interacción en la cual una persona habla y la otra responde. La interacción de la que estoy hablando fue unas cuantas preguntas lanzadas por la actriz a algunas personas del público, y contacto visual casi permanente con nosotros. De esta manera, consiguió que el público se convirtiera en parte de la obra, un actor más. La venadita nos convirtió en sus vecinos, compadres y amigos. Esto, con la finalidad de poder tener una conversación más íntima con ella. .

Tras un monólogo íntimo en el que la Venadita confesaba al público su vida, se escondía el verdadero sentido de la obra: una reflexión profunda sobre los valores perdidos por las nuevas generaciones en cuanto al respeto a la naturaleza. Es una conversación muy bien llevada por parte de la actriz. El texto está muy bien pensado, sin embargo, ya que se trata de teatro, justamente la vida que la actriz le dio a este texto fue fundamental, y, a mi parecer, el éxito de la obra. Se trata de una actriz ecuatoriana, con gran conocimiento de las tradiciones y actitudes propias del habla y del comportamiento de los indígenas de nuestro país. Es por eso, que en tanto que público ecuatoriano, el mensaje llega a nosotros de manera más directa y comprensible. Se trata temas como el blanqueamiento, propios de América Latina, y por lo tanto, el público se sintió identificado culturalmente a través de la Venadita. Por lo tanto, esa es otro logro de la obra. .

La obra fue un monólogo de aproximadamente una hora y media. Y a pesar de mi particular desapego por los monólogos, pues me parecen de una dificultad superior, en cuanto a comprender en su totalidad los sentimientos expresados por los personajes, pues en tanto es un monólogo, el discurso que se lleva es muy íntimo y por lo tanto subjetivo. Empero, este monólogo se me hizo de verdad entretenido, quizá por su carácter participativo. Logró llevarme de

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