Laiciadad

El Estado Laico.

Nos vamos acostumbrando, a que en ciertos periodos de tiempo algunos temas de interés nacional, que se creían resueltos vuelvan a ser sometidos a un debate cada vez más público. En efecto, la posición que asumieron algunos funcionarios públicos, en la reciente ceremonia religiosa que se llevó a efecto en nuestra ciudad, nos obliga a escribir unas líneas sobre el difícil tránsito de México a la modernidad. Hoy hablaremos del laicismo mexicano.

Fue el 25 de septiembre de 1873, cuando el Congreso de la Unión decretó las adiciones y reformas a la Constitución de 1857 a efecto de incorporar en su texto el contenido básico de las Leyes de Reforma. Por cierto con una mayoría aplastante de 125 votos a favor y sólo uno en contra, con lo que se consagró junto con otros preceptos el siguiente: “El Estado y la Iglesia son independientes entre sí. El Congreso no puede dictar leyes estableciendo o prohibiendo religión alguna.”

Es oportuno recordar que las Constituciones que rigieron en México a partir del siglo XIX establecían al catolicismo como religión oficial, prohibiendo el ejercicio de cualquier otra. Así, la Constitución Federal de 1824 ordenaba en su articulo 3° “la religión de la nación mexicana es y será perpetuamente la católica... La nación la protege por leyes sabias y justas y prohíbe el ejercicio de cualquier otra.” La primera de las Leyes Constitucionales de la República Mexicana, suscritas en la ciudad de México en 1836, disponía en su artículo 3°, fracción 1ª: “Son obligaciones del mexicano: I. Profesar la religión de su patria...”

La etapa de las Constituciones intolerantes y confesionales se rompe con la Constitución Política de 1857. Si bien esta Constitución no contempló en su redacción de manera expresa la libertad religiosa, tampoco estableció una de ellas como religión de Estado. En su artículo 123, disponía: “Corresponde a los poderes federales ejercer, en materia de culto religioso y disciplina externa, la intervención que designen la leyes.” De esta forma pues, la Constitución de 1857, reconocía tácitamente al menos la libertad religiosa. El 4 de diciembre de 1860 en el marco de las leyes de Reforma, La Ley de Cultos contemplaba en su artículo 1° la protección del culto católico, así como de las diversas formas de culto, a pesar del avance que representó esta evolución jurídica mexicana hacia la libertad religiosa, era necesario que esta se elevara a la Ley Suprema de la Nación, los diputados Montes, Donde, y Alcalde presentaron un proyecto que se cristalizó el 1873, como era de esperarse las reformas de 25 de septiembre de 1873 ocasionaron airadas protestas del clero y levantamientos armados, en algunos estados de la República, no obstante la disposición legal se mantuvo inalterable, hasta nuestros días.

Vale la pena mencionar que el Estado mexicano acaba de cumplir 131 años de laicidad en su tradición jurídica, pero... ¿Sabemos los mexicanos que es la laicidad? ¿Lo sabrán nuestros políticos? Desde la perspectiva jurídica se entiende por Laicidad, el conjunto de principios y ordenamientos legales que rigen la actitud de las instituciones públicas ante el hecho religioso, así como las políticas de Estado bajo los principios jurídicos de: 1) Neutralidad ante las doctrinas religiosas, 2) Separación entre el Estado y las Iglesias, 3) Garantía de libertad religiosa. Estos principios son los que le dan

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