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Los Parachicos

tuxtla1117 de Junio de 2013

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ANTECEDENTES HISTORICOS DE LOS PARACHICOS

El 28 de agosto de 1552 el pueblo de Chiapa pasa a depender directamente de la Corona Española, por lo que se le denominó Chiapa de la Real Corona. De conformidad con el padre Tomás Gage, que visitó al entonces pueblo de Chiapa en 1626 (Nueva relación que contiene los viajes de Tomás Gage en la Nueva España publicado en 1648), el Combate Naval data de esa época.

De acuerdo con la tradición indígena y mestiza de los chiapacorceños y algunas fuentes documentales, la historia del Combate Naval y la filantropía de doña María de Angulo, que dieron origen a los Parachicos, las Chuntáes y los Abrecampos, datan de la época de la colonia.

Esta danza tuvo origen en Chiapas de Corzo, ciudad situada en el margen derecho del Río Grijalva. Utilizando la vía fluvial, los nativos celebran las fiestas del santo patrono, San Sebastián, el 20 de enero, con una serie de juegos pirotécnicos imitando un combate naval; las barcazas son adornadas convenientemente y los tripulantes disparan cohetes que iluminan con sus coloridas luces la obscuridad del espacio.

Cuenta la tradición que una noble mujer morada de Chiapas, Doña María de Angulo, tenía un hijo adolescente muy enfermo, y durante una época de hambre y sequía que sufrió el pueblo, ella prometió a San Sebastián el sacrificio de sus bienes para que sanara su hijo de la enfermedad que padecía.

Entonces subieron al joven enfermo a un carro, lo ataron a un madero de San Sebastián y así, semidesnudo, fue paseando por el pueblo, mientras que la madre repartía sus riquezas entre los hambrientos moradores de la población.

Y el milagro se realizo: el hijo de Doña María de Angulo recobro la salud completamente, con lo que ella, agradecida a San Sebastián, prometió solemnemente que patrocinaría sus festivales año con año, y como se trataba de un santo joven, sugún el Martirilogio Romano, ella prometió una danza para el "chico", de cuyo nombre nació el de la Danza de los "Parachicos".

El baile cuenta la historia, y como ésta es más bella que la historia, aceptémosle como origen de la danza.

Primeramente, los danzantes recorren las calles invitando a la población a admitir su danza y tomar parte en la fiesta. Una vez que se ha terminado el recorrido, siempre al son de la música, se colocan frente a la iglesia o en la plaza principal y comienza su vistosa danza, cuyos pasos son muy sencillos.

Consisten en pasos sencillos y saltos rítmicos, al compás de una música alegre, para luego continuar con un zapateado de pasos complicados, cuya música varía previo anuncio del cambio de evolución.

Los temas musicales se llaman: Son de los Parachicos, Zapateando y Chuntas.

Los Instrumentos que acompañan a la danza son: una flautilla de carrizo, acompañada de un pequeño tamboril.

LEYENDA DEL COMBATE NAVAL

El antiguo Combate Naval se cree que estaba dedicado al dios chiapaneca Nandada (Dios del agua) y a Nombobi (Dios sol), y en homenaje a Nangularí, fundador de Teochiapan y en memoria a Sanguieme, líder principal y mártir de los chiapanecas en las batallas de conquista y de pacificación que tuvieron con los españoles, quien fue ejecutado en la Pochota (Ceiba) en la sublevación indígena de 1534. El combate naval fue instituido dentro de la fiesta tradicional de San Sebastián, el 21 de enero de 1906, por don Aristeo Toledo, Jefe Político del Departamento de Chiapa, consiste en una batalla entre canoeros que venían formados en orden de combate y hacían fuego con luces de bengala simulando una batalla entre españoles y chiapanecas.

El Combate Naval Rememora las batallas de conquista (1524 y 1528) y de pacificación (1532 y 1534) sostenidas entre los españoles e indígenas chiapanecas, recreadas pirotécnicamente por el espíritu belicoso e indomable del chiapaneca.

LEYENDA DE DOÑA MARIA DE ANGULO

La leyenda cuenta que en la época colonial, doña María de Angulo, señora española bella y adinerada y muy católica que residía en la antigua ciudad de Guatemala, llegó al pueblo de Chiapa de la Real a mediados del siglo XVIII en busca de un afamado curandero indígena que aliviara a su pequeño hijo que era víctima de una extraña enfermedad. De la antigua Guatemala había pasado por Ciudad Real de Chiapa y por el camino real llegó doña María de Angulo con su pequeño hijo enfermo y sus sirvientes a Chiapas de la Real Corona

- ¡”Abrir paso, que va a pasar mi señora doña María de Angulo”!…

Refiere la tradición que el curandero llevó al niño a las curativas aguas del Cumbujuyú y después de haberse bañado durante nueve días el niño sanó de sus males.

Poco tiempo después, durante los 1767 Y 1768, azotó al pueblo de Chiapa una terrible plaga de langostas que entró por la cuenca del río Grande, la cual destruyó las siembras de maíz, fríjol, trigo y legumbres, misma que provocó al año siguientes una fuerte hambruna y en 1770 una epidemia que provocó la muerte de cientos de personas y la emigración a otros pueblos de otros tantos más.

De acuerdo con el censo de población de 1762 Chiapa tenía 7, 218 habitantes y en 1778 figuraba solo con mil 095 habitantes. Al tener conocimiento de esto doña María de Angulo regresó al pueblo, en agradecimiento por haber sanado a su hijo, con grandes despensas: maíz, fríjol, frutas, verduras y dinero, mismas que repartieron de casa en casa sus criados.

¡”Abran campo… Abran campo!, que mi ama doña María de Angulo va a pasar”.

Las mulas llegaban a Chiapas cargadas de animales domésticos y alimento. Por las tardes, las sirvientas y sirvientes bailaban y danzaban para la diversión de los niños, en recuerdo al hijo de doña María de Angulo, de allí el origen de la palabra “Parachico”: para diversión de los chicos.

¡Recordad, caballeros hijosdalgos, que los presentes son para los chicos”!.

Así, cada año se nombra a una joven a quien se le llama María de Angulo y en un carro alegórico recorre la ciudad, arrojando moneditas pintadas de color oro, dulces, confetis y golosinas.

Doña María de Angulo es uno de los motivos principales de la fiesta de Chiapa de Corzo, por ella desfilan carros alegóricos y parachicos y chuntaés donde recorren la ciudad.

LOS PARACHICOS

ORIGEN DE LA PALABRA PARACHICO

Cuenta la leyenda que hubo una señora muy adinerada llamada María de Angulo, proveniente de la Antigua Ciudad de Guatemala que buscaba la cura de su hijo y que fue sanado por los brujos chiapanecas del Soctón Nambujú, Agradecida por ellos, doña Maria de Angulo envía a sus sirvientes llamados “chuntas” a repartir comida entre el pueblo, que en ese entonces padecía hambruna por una prolongada sequía. Los brujos del Soctón Nambujú vieron que sus dioses no estaban ofendidos por haber curado a un extraño, porque al poco tiempo dejo caer las primeras gotas de lluvia. Entonces le ofrece una danza “Para El Chico” término que después se contrae a “Parachico”

Por las tardes, las sirvientas y sirvientes bailaban y danzaban para diversión de los niños, en recuerdo al hijo de doña María de Angulo, de allí el origen de la palabra “parachico”, Para diversión de los chicos.

-¡ Recordad, caballeros hijosdalgos que los presentes son para los chicos”!..

¿QUINES SON LOS PARACHICOS?

“En los años 50 y 60 Los Parachicos eran exclusivamente personas de edad, predominantemente hombres, y no eran más de 80. Hoy, en cambio, son miles de personas de todas las edades y géneros quienes salen a las calles a bailar”.

El número de parachicos es variable, algunas veces llegan hasta 300, comandados por el “Patrón”, quien al iniciar las festividades les lanzaba una arenga en lengua chiapaneca, el Rezo de “Nambujú”, el cual se ha perdido con los años.

Para distinguirse de los demás el “Patrón “lleva una guitarra que emplea para acompañarse al inicio de la danza, en un canto que inicia con en el estribillo “Parachico Me Pediste, parachico te daré”. Otra característica que singulariza el “Patrón” es la máscara especial que luce, rostro adusto, con cejas más resaltadas, barba y bigotes.

El parachico va ricamente vestido, danzando y gritando vivas a los santos y al niño de Doña María de Angulo, piropos llenos de galanura y gentil donosura en homenaje a la belleza de las jóvenes, que siguiendo la tradición las envuelven con la chamarra y cantan el “NAMBUJU” (Canto del Parachico).

Acompañan al “Parachico” en su recorrido, niñas ataviadas con sus “mejores galas”, a las que llaman “Luchitas” y bailan con ellos un son especial frente a la imagen de San Sebastián; cuando los “Parachicos” danzaban solos, las niñitas se quedaban al cuidado del “Patrón”.

VESTIMENTA DEL PARACHICO

La indumentaria actual del parachico consiste en una montera de ixtle y una máscara de madera, imitando el cabello rubio y las facciones típicas de los españoles, un chinchín o sonaja de hojalata o morro vaciado con semillas dentro, adornada con listones y como cinturón una chalina de raso o satín con bordados en vistosos colores, un sarape de saltillo, pantalón y “camisa de buena calidad”, anteriormente el parachico no usaba chalina sino una banda tejida de hilo, con flecos rojos.

Respecto al uso del sarape de saltillo

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