Magtetoterapia
cyberjamz11 de Septiembre de 2014
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INTRODUCCION
En magnetoterapia en lugar de usar imanes permanentes lo habitual es generar un campo magnético exógeno con el que tratamos la zona bajo tratamiento. El campo magnético es generado mediante unas bobinas de cuya arquitectura depende el campo magnético producido. Los equipos de magnetoterapia son generadores que activan a las bobinas imponiendo la frecuencia y la intensidad del campo.
Existen dos rangos de intensidades terapéuticas, los campos del orden de los picoteslas que actúan sobre el cerebro, y los de militeslas que actúan sobre los tejidos no nerviosos. Son los primeros los que vamos a analizar en este trabajo.
Dentro de la magnetoterapia, la estimulación magnética transcraneal (EMT) es una técnica neurofisiológica que permite la inducción, de forma segura y no invasiva, de una corriente en el cerebro.
Esta técnica se fundamenta en el potencial que poseen los campos magnéticos para generar en un tejido excitable, actividad eléctrica de manera controlada y focal. La técnica basada en la inducción electromagnética descubierta por Michael Faraday en el siglo XIX. Sin embargo, fueron Anthony Barker y sus colaboradores quienes, en 1984, consiguieron desarrollar un estimulador capaz de despolarizar neuronas en la corteza cerebral y evocar movimientos contra laterales al activar vías cortico espinales.
MAGNETOTERAPIA Y SU APLICACIÓN EN LA MEDICINA
La terapia magnética, también denominada magnetoterapia, magnoterapia o imanoterapia, es una práctica de medicina alternativa que implica el uso de campos magnéticos estáticos o alternos sobre el cuerpo humano. Aunque algunas personas refieren haber respondido favorablemente al tratamiento de algunos casos de dolor al someterse un corto periodo de tiempo a campos magnéticos producidos por imanes permanentes, sin embargo, se la considera una seudociencia ya que ningún estudio ha comprobado su eficacia más allá del Efecto placebo. El magnetismo constituye una ciencia que tiene en su haber el juez del tiempo, para evaluar su eficacia.
La cura mediante el imán se conoce desde hace siglos. La palabra magneto (equivalente en español a imán) deriva de la antigua ciudad griega de Magnesia donde se explotaba el material magnético, el óxido ferroso férrico, como materia prima. Existen leyendas no documentadas que señalan que los chinos ya conocían y utilizaban el imán 4 500 años antes de Cristo.
El polvo magnético se utilizaba antiguamente con objetivos curativos, por ejemplo en forma de pastillas por vía oral, de enemas, cataplasmas o se utilizaba para preparar “bebidas de la eterna juventud“, etc. Las cataplasmas con polvo magnético fueron particularmente efectivas en la sanación de heridas o en estados postaccidentales, también en el caso de dolores de articulaciones o de la columna e inflamaciones articulares causados por una contusión. Ya el emperador romano Claudio se curaba de artritis en baños llenos de „peces eléctricos“. Ahora sabemos que se trataba del pez raya que descargaba corriente eléctrica al contacto y generaba un campo magnético. Entre los años 1649 y 1655 fueron fabricados en las fábricas siderúrgicas suizas y alemanas los primeros imanes artificiales permanentes de acero carbónico. Los primeros imanes curativos y electroimanes los crearon el inglés W. Sturgeon y el americano J. Henry en los años 1826 y 1928. Los seguidores de estos científicos fueron Faraday, Maxwell y Herz. Los cimientos científicos de la magnetoterapia se establecieron a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX en relación al desarrollo de la física, química y electrofísica. El origen de la teoría del campo electromagnético está relacionado con el físico inglés J. C. Maxwell quien descubrió las propiedades básicas del campo electromagnético y en el año 1864 presentó una teoría general sobre los fenómenos magnéticos y eléctricos conocidos como las ecuaciones de Maxwell. Actualmente, muchos de los especialistas en medicina (ahora quizá más que antes) reconocen la importancia de la prevención de enfermedades tanto a nivel general como en el estado subclínico de la enfermedad concreta. El asesoramiento médico acerca de los instrumentos magnéticos puede ser de una ayuda incalculable para mucha gente con problemas subclínicos que implican neuropatías, enfermedades del sistema motriz , de la piel y otros órganos.
Mecanismo De La Magnetoterapia:
Hay tres métodos para generar un estímulo eléctrico en la reparación de tejidos:
• La aplicación del estímulo eléctrico directo, a través de electrodos, que se implantan en el hueso, lo que resulta invasivo, doloroso y poco práctico. En esta técnica, se aplican corrientes directas del orden de 5-100 micro-amperes que son suficientes para generar hueso nuevo.
• Aplicación de un campo eléctrico, por medio de un acoplamiento capacitivo. En este método, se colocan electrodos sobre la piel en el sitio de la fractura sin la presencia de yeso o de férula, y se aplica una tensión senoidal con frecuencias desde 20 hasta 200 KHz. Como resultado, se produce un campo eléctrico con magnitud desde 1 hasta 100 mV/cm.
• El tercer método es la aplicación de un acoplamiento inductivo. En este método, se colocan una o más bobinas, cerca del miembro dañado, ya sea un hueso fracturado o de un tejido blando, sin necesidad de quitar el yeso, férula y/o de tocar al paciente. Por la bobina se hace pasar una corriente eléctrica variable lo que genera un campo magnético pulsante (CMP) variable en el tiempo que penetra el cuerpo. Ya que una propiedad de los CMP es inducir un campo eléctrico (E), y dado que el tejido vivo es tiene una determinada conductividad , este campo generará una densidad de corriente eléctrica (j) en mA/m², es decir un estímulo eléctrico. A esta propiedad se le conoce en física comoLey de inducción de Faraday.
Efectos curativos del campo magnético pulsante (CMP) de baja frecuencia y de la magnetoterapia
Los cambios biológicos en los tejidos que se originan debido a la actuación del campo magnético pulsado de baja frecuencia se pueden utilizar positivamente en toda una serie de problemas de salud. Los efectos se pueden resumir en seis grupos básicos y efectos curativos:
Efecto contra el dolor (analgésico) – El campo magnético pulsante de baja frecuencia condiciona, gracias a la inducción, la formación de corriente en las fibras nerviosas que imposibilita el paso de impulsos dolorosos desde el lugar afectado a través de la médula espinal hasta los centros del cerebro y, a consecuencia de este proceso y de otros mecanismos (la formación elevada de endorfinas, represión de la inflamación y de edema, miorelajación), se logra mitigar el dolor. La expulsión de endorfinas elevada y la regulación del movimiento de iones cálcicos a través de la membrana celular contribuye también a la vasodilatación, efecto analgésico y tranquilizado. Tras la aplicación del campo magnético pulsante de baja frecuencia se demostró una actividad elevada de la lactato-dehidrogenasa en los músculos expuestos (condiciona la eliminación del ácido láctico que provoca los receptores nerviosos y causa dolor). Los aparatos Biomag demostraron efectos analgésicos muy positivos en los síndromes dolorosos radiculares (de raíz) y seudoradiculares (ciáticas, presiones nerviosas por motivos diversos). El efecto analgésico es el efecto básico por el cual la magnetoterapia se aplica en la mayoría de las personas. Se utiliza en toda una serie de enfermedades degenerativas del sistema motriz, estados post-accidentales y post-operativos.
Efecto de miorelajación (liberación de calambres/espasmos) – Alivio del sistema musculoso-esqueletal – con la actuación del campo magnético pulsado de baja frecuencia se acelera la expulsión de metabolitos ácidos (mediante una mejor perfusión y mayor actividad del lactato deshidrogenasa) que causan irritaciones dolorosas en los músculos y en las zonas de inflamaciones crónicas. De esta forma se mitiga el dolor y se liberan los espasmos musculares dolorosos (contracturas). Se ha demostrado además una significativa deceleración de los conductos nerviosos en las extremidades inferiores de deportistas, fenómeno que también contribuye a la miorelajación (relajación de músculos). El efecto miorelajativo en los músculos de la espalda (musculatura paravertebral de rayas oblicuas que rodea la columna) por los equipos Biomag® mitiga una serie de molestias, como por ejemplo la columna vertebral anquilosada, dolores de cabeza, mareos, insuficiencia auditiva, movilidad limitada, dolores lancinantes en las extremidades, etc. El efecto miorelajante en la musculatura fina ayuda en estados de cólicos y en una relajación del sistema musculoso-esqueletal, que es una condición indispensable en el tratamiento de todos los estados dolorosos del sistema motriz.
Efecto antiedemático (con acción anti-hinchazón) – La aceleración del metabolismo tras la aplicación del campo magnético pulsante de baja frecuencia permite una reabsorción de edemas más rápida y en la zona determinada, al mismo tiempo, se produce una significativa actuación antiinflamatoria y antiedemática.
Colocamos uno de los aplicadores del equipo Biomag® encima de la zona afectada (por ejemplo el tobillo dislocado) y después de estimulaciones reiteradas de 30 a 45 minutos 3 veces al día se consiguen resultados considerables en el alivio de edemas y dolor. El efecto antiedemático y antiinflamatorio se puede aplicar bien en catarros de las vías respiratorias superiores, inflamaciones de las cavidades,
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