Nasgarath

Hace mucho tiempo, en una pequeña villa de la región de Nasgarath, en el sur del reino del soberano Rey Gandalarc II, vivía un pequeño centauro llamado Waldorf. El desde su infancia sabía que cuando fuera grande el sería un gran guerrero e iba a convertirse en el héroe más fuerte de todo Nasgarath.

Un día sus padres no aparecieron a la hora que debían llegar. Waldorf decidió ir a buscarlos pero lo que encontró fue una impactante escena. Sus padres habían sido asesinados brutalmente junto con otros centauros de la villa. Waldorf lanzo un fuerte grito entre lágrimas, “No!”. De repente, entre la sombras apareció una extraña criatura, era un hombre, pero no cualquier hombre ya que este tenía cabeza de Hábrók. Este lo vio fijamente durante unos segundos mostrándole sus manos llenas de sangre lanzando una misteriosa carcajada y luego desapareció entre las tinieblas. Waldorf juro en nombre del dios Dracos que encontraría a esa criatura y la destruiría, vengando así la muerte de sus padres.

Años después, Waldorf ya se había convertido en un espléndido guerrero Nasgarthiano, experto en el combate cuerpo a cuerpo y un centauro increíblemente hábil con el hacha Bipenis. Al ser el mejor guerrero de toda Nasgarath, Waldorf decidió ir en busca de la criatura que había visto cuando era niño y había asesinado a sus padres.

Waldorf emprendió el viaje. Recorrió bosques, valles y montañas buscando información sobre este hombre. Finalmente llego a la casa de un viejo enano llamado Caraslier. Waldorf le pregunto sobre el hombre con cabeza de Hábrók y Caraslier le dijo que había visto a ese hombre en la ciudad de Golgará. Después de agradecerle al enano, Waldorf inicio su viaje a la ciudad donde se encontraba el asesino. Al llegar a Golgará , Waldorf se enteró de algo terrible proveniente de información de primera mano, este Hombre-Hábrók tenía planeado incendiar toda la ciudad, acabando así la vida de niños y adultos. Waldorf debía detenerlo a toda costa y para ello tenía que encontrar lo antes posible al asesino.

Waldorf diviso a lo lejos a un hombre con varias pilas de heno, carbón y materiales inflamables. Le pregunto que a donde llevaba todo eso y el hombre le respondió que era el pedido de una persona desconocida. Waldorf supo en ese momento que había encontrado al desgraciado asesino. Waldorf decidió seguir al hombre con el heno y al llegar a su destino prosiguió a actuar.

Apenas salió el asesino de su guarida. Waldorf ataco con todas sus fuerzas a este individuo pero el asesino sabia defenderse y saco de su abrigo la mítica Mandoble, una gran espada. La lucha entre Waldorf y el asesino fue intensa, duro varias horas. Waldorf atacaba, el asesino se defendía, el asesino atacaba, Waldorf se defendía. Así duro la batalla hasta que Waldorf encontró el punto débil del asesino, lo ataco allí y el asesino pereció.

Waldorf se sintió como si del peso

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