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Ocuiltecos


Enviado por   •  11 de Junio de 2014  •  3.115 Palabras (13 Páginas)  •  505 Visitas

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LOS OCUILTECOS

Estos que se llamaban ocuiltecas viven en el distrito de Toluca, entierras y términos suyos, son de la misma vida y costumbre que los de Toluca aunque su lenguaje es diferente del de los de Toluca.

Usaban también, y muy mucho, de los maleficios y hechizos.

Ocuilan se asienta dentro de la zona habitada por los matlazincas, por lo que se les atribuye a estos últimos su fundación.

La lengua tlahuica, que es la que hablan los Ocuiltecos y que hace que también se les conozca como tlahuicas, forma parte de la familia lingüística matlazinca. La diferencia entre las lenguas matlazinca y tlahuica viene desde hace aproximadamente 1,500 años.

Ocuilan es un vocablo náhuatl y se compone de ocuilli “gusano” y de la variante tla, que expresa abundancia o colectividad: “Donde abundan los gusanos”.

Ocuila estuvo, durante la época prehispánica, rodeado de pueblos que han sido señalados por los especialistas como hablantes ocuilteca. Estos pueblos han sido incorporados a la rama matlazinca de la familia otomiana y que está compuesta por, precisamente, otomíes, otomianos y mazahuas (topónonimos todos de origen náhuatl).

Para los finales del siglo XV, 1476, los tenochcas conquistaron la región de Ocuila habitando la cabecera que lleva su nombre, razón por la cual muchos de los vestigios arqueológicos que se han encontrado en estas tierras son de origen tenochca y las deidades ocuiltecas pertenecen al panteón del Pueblo Sol.

Ocuila fue un pueblo muy importante en el gran ohtli, camino prehispánico, que iba por Tenochtitlán –atlapulco -xalatlaco-zumpahuacan –tonatico-tectipae-Ichcateopan –teloloapan –oztuma, dentro de cuya ruta se encontraba el gran santuario de chalma, morada del venerado Oztotéotl ”Dios de las cuevas” , quien a su vez era Tezcatlipoca, la deidad múltiple , incorporada al panteón religioso de los tenochcas, cuyo ohtli conducía a la zona militar de Malinalco y las zonas algodoneras de Ixcateopan , las zonas productoras de cacao de Teloloapan y a la fortaleza de oztuma , que era una región muy rica en producción de cobre.

Allá por 1571, en su relación del pueblo de Oquila a la parte del mediodía, que redactó el Prior Fray Andrés de Aguirre, “teólogo, confesor y predicador de español y lengua mexicana”, nos cuenta que Oquila (actual Ocuilan) se localizaba dentro del Arzobispo de México, pertenecía a la encomienda de Diego de Ocampo de Sahavedra y Nicolás Morano y era la cabecera municipal de ocho comunidades (ubicada dentro del monasterio de la orden de los Agustinos) y contaba con 1,800 tributantes.

El pueblo de Ocuilan aparece por primera vez en escritura jeroglífica y en español en el códice “Tributos que pagaban algunos pueblos de México al emperador Moctezuma “, que forma parte del acervo del departamento de códices de la Biblioteca del Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México.

La región donde se asienta actualmente el pueblo de Ocuilan estuvo habitada, antes de ser conquistados por los tenochas, por otomianos y matlazincas, de aquí que aparezcan aspectos históricos culturales muy semejantes entre cada uno de estos grupos. Los nombres de los pueblos de esta región son de origen náhuatl y se presume, según los datos recabados por los historiadores, que fueron que fueron los Toltecas, antes que los tenochcas, quienes conquistaron estos lugares. Al respecto, Sahagún dice que:

Primeramente los toltecas, que en romance se pueden llamar oficiales primos, según se dice, fueron los primeros pobladores de esta tierra, y los primeros que vinieron a estas partes que llaman tierras de México, o tierras chichimecas; y vinieron primero muchos años en el pueblo de Tullantzico, en testimonio de lo cual dejaron muchas antiguallas allí, y un cu que llamaban en indio Uapalcalli el cual está hasta ahora, y por ser tajado en piedra y peña ha durado tanto tiempo.

Durante la colonia, en el periodo llamado “la encomienda”. Ocuilam pasa a ser encomienda de Servan Veterano Conquistador, y en el Archivo d indias, existe un documento que reza:

Vista de encomiendas de indios que en esta Nueva España han sucedido de maridos a mujeres, para la sucesión general, a los que los poseen por haberse casado con las tales viudas, siendo vivas y algunas difuntas, los maridos de las cuales poseen las tales encomiendas en virtud del título que como en tal marido se le dio, conforme a la provisión general de la sucesión lo cual es más que lo que ha evocado. La mitad de Oquila, comarca de Toluca fue encomendado en Servan Veterano Conquistador, por cuya muerte sucedió en Doña Francisca Calderón, su mujer, que la posee; es tierra de maíz, tiene esta mitad novecientos y tres tributarios.

De esta fecha para adelante, los Ocuiltecos vería a su destino como una constante lucha por sobrevivir como grupo y culturalmente, diezmados por la conquista militar, por la presencia de epidemias desconocidas, por una conquista espiritual muy intensa y vigilada por la sombra del Santo Oficio y finalmente sometidos al poder económico y político de los nuevos mestizos, situación que se viene arrastrando, como un pesado lastre hasta nuestros días y que ha venido heredando cada nueva generación.

Los datos censales de 1990 referentes a los Ocuiltecos nos muestran que el 51%de la población son hombres y el 49% son mujeres, con una predominancia de población joven presentándose en un 49.6% para aquellos menores de 15 años, 48.4% para los que tienen entre 15 y 64 años de edad siendo tan solo un 2% las personas que cuentan con más de 65 años.

Según el censo, en San Juan Atzingo (principal comunidad con población ocuilteca), el 19% de la población de 15 años y más es analfabeta, 12.5% de los niños de 6 a 14 años no asiste a la escuela y el 7.4% de las personas con 15 años y más no han tenido instrucción alguna. La participación económica respecto a las personas de 12 años y más es el 56% (cf. Campos ortega y Miranda, op.cit). Los hombres representan una participación del 76% y las mujeres del 24%. Entre 7 y 8 de cada 10 personas ocupadas lo hacen dentro del sector primario y la distribución del ingreso refleja las condiciones de pobreza en que viven en estas comunidades, ya que el 62.5% gana menos de un salario mínimo.

LOS OTOMÍES

El vocablo otómitl, que es el nombre de los otomíes, tomáranlo de su caudillo, el cual se llama Oton, y así sus hijos y descendientes y vasallos que tenía a cargo, todos se llamaron otomíes; y cada uno en particular se decía otómitl; y no carecían de policía , vivían en poblado y tenían su república.

Los hombres tenían mantas y sus maxtles, con que se cubrían las partes secretas y andaban calzados con cotaras; y las mujeres Triana naguas y huipiles, que son sus camisas. Las mantas que traían los hombres eran buenas y galanas, y el calzado pulido; ni más ni menos las mujeres traían muy buena ropa de naguas y camisas

Los otomíes, de su condición eran torpes, toscos e inhábiles; riñéndoles por su torpedad les suelen decir en aprobó

El término otomí, se lo aplicaron genéricamente los aztecas a aquellos grupos que se consideraban inferiores o bárbaros. Según algunos investigadores, los otomíes, o ñahñus provienen del oriente o sur y fueron los primeros pobladores de los valles de Tula, México y Toluca. A decir Carrasco, se establecieron en el valle de Tula en una época anterior a la tolteca pero, al ser víctimas de la invasión nahua, fueron sometidos e incorporados al imperio Tolteca como sus súbditos, Soustelle, otro historiador que realizo importantes estudios de este grupo, menciona que el origen de los otomíes es muy antiguo y los consideraba un pueblo oriental relacionado de manera muy cercana con los olmecas de Nonoalco y los penome-chochopopolacas del Altiplano. De acuerdo con sus estudios hacia el siglo VIII ya se habían asentado en el valle de Tula comenzando por estas fechas con la construcción de sus poblados. Desde aquí hasta el siglo XIII Lo otomíes adquieren preponderancia demográfica y económica en el Altiplano misma que pierden en el siglo XIV frente a la expansión de Tenochtitlán Atzcapotzalco. Esta nueva situación de denominados es prolongada hasta 1519, fecha en que quedan sometidos a la corona Española.

Los Otomíes conforman la familia lingüística otomí-pame, que incluye a los otomíes, mazahuas, matlazincas, Ocuiltecos, pames y chichimecas. Grupos todos ellos que arribaron al Altiplano a lo largo de 3 etapas: La primera con el paso de los matlazincas y los mazahuas sobre el Altiplano hasta el Valle de Toluca, la segunda con la expansión de los otomíes hacia el oeste poblando la región y la tercera con el asentamiento de los chichimeca-pames en el siglo XIII.

La familia otomiana se divide en 2 grupos culturalmente opuestos: por una parte están los otomíes, mazahuas y Ocuiltecos, portadores todos ellos de un alto grado cultural dentro de lo que es Mesoamérica: por la otra, los pame, y chichimecas jonaz, que se vinculan a los grupos nómadas cazadores-recolectores del norte de México.

No obstante haber sido un grupo con rasgos lingüísticos semejantes, los otomíes no lograron consolidar una cultura uniforme. A este respecto, Beatriz Oliver nos dice que en los años del apogeo del periodo clásico, este grupo formaba un estrato de la población teotihuacana, aunque no todos los otomianos recibieron su influencia y que, para los siglos VII y X, se apoderaron del Valle del Mezquital, de la cuenca de México y de otras regiones que colindaban con la cultura teotihuacana.

Según Ixtlilxóchitl, en el año pedernal siguiente a la destrucción de tollan , 47 años después de la llegada de Xólotl llegan a poblar el Valle de México, procedentes del oeste ,3 naciones con sus respectivos caudillos: Los acolhuas, los tepecnas y los otomíes. Para ese entonces, los otomíes estaban asentados en la provincia de Xilotepec. Esto indica que ellos, junto con los tecpanecas y los acolhuas se dispersaron cuando la destrucción de Tollan, que es cuando los otomíes migran hacia el oriente.

Durante la supremacía mexica los asentamientos de otomianos se encontraban en la región de Xilotepec y Chiapan, además de encontrarse distribuidos por todo el Valle de México, Hidalgo, Veracruz, Puebla, Tlaxcala y Michoacán, Xaltocan era la cabecera de la cultura otomí.

Todos vivían en pueblos y barrios que ellos mismos llamaban capules, cada capul albergaba a un grupo de parientes que vivía en un terreno definido y era la unidad económica poseedora de cierta porción de tierra.

Asimismo, la población se dividía en nobles y gente común, basándose en el principio formativo del clan, es decir, se tomaba en cuenta la cercanía de cada miembro a la cabeza real del grupo.

La familia era una unidad económica y de convivencia y se basaba en el respeto a los padres.

Según Ixtlilxóchitl, en el año I pedernal siguiente a la destrucción de Tollan, llegaron al poder al Valle de México 3 naciones con sus respectivos caudillos, procedentes del oeste: Los aolhuas, los tecpanecas y los otomíes: Para ese entonces los otomíes se encontraban asentados en la provincia de Xillotepec, lo que indica que ellos, junto con los tecpanecas y los acolhuas, se dispersaron cuando la destrucción de Tollan, que es cuando los otomíes migraron hacia el oriente.

Esta expansión debió haber sido muy grande ya que el reino otomí de Xaltocan, entonces fundado, llegó a abarcar la región de los otomíes más orientales:

Sierra de puebla y Metztitlán, todo esto en un tiempo que fue del año 1220 al 1272.

En el siglo XVI época en que arriban los españoles a estas tierras, los grupos otomianos presentaban diversos niveles del desarrollo cultural dependiendo de su ubicación dentro del área mesoamericana

Los otomíes y los mazahuas estaban divididos en dos grandes grupos: Los otomíes el norte, asentados en lo que es el valle del Mezquital y el actual estado de Querétaro (para mayor información de este grupo cf. Obras de Galinier), quienes poseían elementos culturales tanto de Mesoamérica como de las culturas del norte; y en los otomíes y mazahuas del sur, localizados en lo que es actual Estado de México , quienes presentaban características culturales muy similares a las de los grupos que poblaron el área mesoamericana sobre lo que estaban asentados. Un dato curioso a mencionar es que los españoles, al notar estas peculiaridades, llamaron otomíes montaraces a los primeros y otomíes mansos a los del sur.

Actualmente los otomíes abarcan una extensa área en la región noroeste del Estado de México, gran parte del Estado de Hidalgo y algunas partes de los estados de Guanajuato, Querétaro, Michoacán, Puebla, Veracruz, Morelos y Tlaxcala.

El Área otomí, debido a su amplitud presenta diferentes altitudes extendiéndose desde los 1000 msnm en el valle del Mezquital hasta los 3000 metros en los alrededores de Toluca.

La indumentaria de las mujeres consiste, por lo regular, en una falda o enredo de lana, muy amplio, de color azul en el sur del Estado de México y negro con vivos verdes, anaranjados y amarillos en el norte del estado. Cuentan con una blusa de manta o popelina de color, en manga corta, con bordados de motivos fitomorfos, zoomorfos, geométricos o combinados. Es también costumbre ponerse un quexquémel de algodón, lana o artisela en blanco o en colores. Actualmente es ya muy común ver pasear a las mujeres por el pueblo, o acaso ir por agua, por la leña o a la tienda a comprar los más elementales víveres, vestidas con ropa de confección industrial. EL hombre, por su parte, viste con un jorongo de lana, algodón o fibra de ixtle, pero el resto de su indumentaria es de tipo industrial bien puede ser de teja, lámina de cartón o asbesto o bien metálico. El piso es de tierra y algunas veces cuentan con un granero interior y con un temascal en el solar.

En el área que habitan actualmente los otomíes las tierras son pobres, de temporal y las parcelas con que cuentan sus habitantes son muy reducidas, aproximadamente 2 hectáreas. La tenencia de la tierra está dada por 2 modalidades: Ejidal y privada. Un Otomí puede tener 2 tipos de tenencia ya que las tierras disponibles son tan escasas y no bastan para la subsistencia familiar.

Los principales cultivos que producen los otomíes son el maíz, el frijol y el chile. En algunos lugares cultivan también el trigo, la avena y el tomate.

Para todos estos casos las técnicas agrícolas son muy rudimentarias y están basadas en el uso de la coa, para la siembra, y la yunta de bueyes para el rotulado de la tierra. La ganadería es solamente una actividad complementaria y son pocos los que poseen un hato de ovejas y alguno que otro cerdo.

La unidad social básica está dada por la familia nuclear (padre, madre e hijo) y es frecuente que cuando el hijo mayor se casa viva con sus padres de manera temporal, mientras que nace el primer hijo, que es cuando ya se va a su propio hogar. En otros tiempos, el matrimonio era concretado entre los padres de los contrayentes a través de una serie de encuentros y del obsequio de regalos varios. La migración intensiva de los otomíes ha tenido como consecuencia que el matrimonio deje de ser endogámico consecuentemente, por elección propia y sin la intervención de los padres y padrinos.

El compadrazgo tiene una función social relevante como cohesionador del grupo, estableciendo entre los individuos relaciones de solidaridad y mutuo apoyo.

La organización política corresponde a las formas de gobierno federales y los indígenas se encuentran subordinados y condenados a los caprichos y ambiciones de las autoridades mestizas de la comunidad.

Los aspectos de la religión otomí, como es el caso de todas las religiones meso y aridoamericanas, están frecuentemente influidos por elementos simbólicos e ideológicos propios de la religión católica. No obstante ello persiste fuertemente en las prácticas cotidianas de estas poblaciones, un sustrato mágico-religioso con muestras claras de un pasado cultural prehispánico, sobre todo en lo que hace a las ceremonias mortuorias, a la creencia en la existencia de nahuales y al complejo simbólico referido a la salud enfermedad.

La organización religiosa tradicional ha venido decayendo con relativa facilidad frente a la imposición estructural y cultural de una organización religiosa extremadamente vertical y cerrada, amén de las características burocráticas de que adolece.

Actualmente la organización religiosa tradicional se conforma por fiscales, cargueros, rezanderos y cantores, cuyas funciones consisten en el cuidado de la iglesia y la participación en la recaudación de fondos para las festividades comunales y la organización de las procesiones. En algunas comunidades existen los mayordomos, encargados de los gastos de la fiesta del santo patrón de la comunidad o de algún otro santo de especial veneración.

Por lo que hace a las características demográficas de este grupo étnico, y retomando nuevamente los resultados que obtuvimos en una investigación anterior, comenzaremos por decir que en el año de 1992, de acuerdo con el censo general de población, existían en el Estado de México 239,313 otomíes de los cuales en 48:5% estaba conformado por población masculina y el resto, 51.5%, por mujeres. La estructura por edad de esta población es mayoritariamente joven, ya que el 48% del total son menores de 15 años, el 51% con una edad que va de los 15 a los 64 años y únicamente el 1.4% tiene 65 años o más.

Ya sea consultando en censo de 1990º bien revisando los resultados que obtuvimos en nuestra encuesta, es claro que la situación socioeconómica de esta etnia es alarmante. En este sentido, los municipios que contienen población otomí presentan una alta o muy alta marginación. El 82% de la población de 6 años y más alfabeta en español. El analfabetismo, en hombres, a aumentando conforme la edad aumenta, de esta manera podemos decir que en los mayores de 30 años alcanza al 46% del total de la población.

El alfabetismo en lengua indígena es sumamente reducido ya que tan solo el 1.3% de la población mayor de 6 años saben leer y escribir en ñahñu, concentrados en edades que van de los 20 a 59 años , que son a su vez las tres cuartas partes de los alfabetas en lengua.

La población económicamente activa presenta el 26%. De esté, la participación económica de los mayores de 12 años es el orden del 43% distribuido en un 75% para la población masculina y un 12% para la población femenina. La distribución del ingreso es muy desfavorable ya que aproximadamente el 50% de las personas ocupadas en alguna actividad laboral percibe menos de la mitad de un salario mínimo al mes, uno de cada siete gana uno a dos salarios mínimos y solamente uno de cada siete gana más de dos salarios mínimos.

Las condiciones de las viviendas son un claro reflejo de la situación que acabamos de comentar. 90% de estas viviendas no cuenta con taza de baño, el 31% no tiene agua entubada, el 45% de las viviendas tienen piso de tierra, 98% no tiene drenaje y el 6% de la población no tiene electricidad.

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