Postelectoral

Haciendo una pequeña retrospección, hace exactamente 1 semana el viernes 29 de Junio, mis espectativas sobre el futuro del país eran algo inciertas, vanas, pero esperanzadoras en que la fruta menos podrida resultare ganadora. Me gusta pensar que este país está destinado al desarrollo, al crecimiento económico, a tener una clase media fuerte como base del estado, a que el campo pueda competir con los grandes latifundios norteamericanos, a que el nivel educativo, la comprensión lectora, el análisis matemático y la innovación de patentes en el mercado mundial por parte de la tecnología mexicana abandone el último lugar en latinoamérica, a que el índice de IED pase del lugar 17 al 1 todo ello conllevado por una seguridad firme , recta, cero tolerancia; que la seguridad social sea universal (ésto no se logra con vales de medicinas, se logra atendiendo directamente el problema) , un país donde se logre llegar a una certeza o certidumbre jurídica perfecta, en donde a la persona no se le presuma culpable hasta que se demuestre lo contrario sino viseversa, una nación donde los niveles de marginación entre una clase y otra no sean tan grandes, un país donde 5 mexicanos no aparezcan en el top 10 de los hombres más poderosos del planeta, algo insultante para un país con más de 30 millones de personas en pobreza extrema, un país donde el IFAI haga su trabajo como debe de ser y no haya tantos periodistas censurados y hasta muertos, un país donde el nepotismo de la clase gobernante desaparezca, a ser un país que se rija dentro de un marco jurídico garantizando el estado de derecho; y sobre todo un país donde nuestro voto no sea solo una falsa ilusión del sufragio universal.

Nosotros como ciudadanos mexicanos atendiendo a nuestras perrogativas expresadas textualmente en el artículo 35 de nuestra carta magna, podemos votar y así elegir a nuestro mandatario(el que nos sirve o complace nuestras peticiones), con ello tenemos la gran oportunidad de decidir si todas esas aspiraciones, que a mi parecer son las más importantes, se hagan realidad rapido o lento.

El problema es que nuestra sociedad va en menoscavo drásticamente, de una manera vertiginosa, y sin freno de mano que nos detenga; la falta de información, el poco interés, las campañas mediaticas, las distracciones, pero también la busqueda de la solución a los problemas a corto plazo nos hacen caer en la infame entrega del voto.

Para esto tampoco hay que creer que el voto es tan importante, decía un escritor estadounidense llamado Ambrose Bierce: “El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros.”

Siempre habrá una clase dominante y una clase popular. Los primeros, en la teoría, son los más hábiles y letrados, conocen a la perfección la manera más correcta de gobernar, pero en la práctica es bastante contradictorio, se centraliza el poder en una minoría oligárquica, que lleva al menoscavo al sistema democrático del Estado.

Las masas, en un sentido estricto, no intervienen en absoluto en las decisiones de la clase política, la opinión de las clases populares resulta inoperante e incompetente, esto sí siquiera existiera una opinión ya que estos se encuentran desinformados de la cosa pública, eso condiciona el aliciente perfecto para la exacerbación desmesurada del poder entre los dirigentes.

La clase gobernante instaura una falsa ilusión de participación democrática, de pluralidad y de expresión entre el pueblo, lo cierto es que en realidad nosotros como electores no elegimos a nuestro gobernante, sino que este se hace elegir por nosotros, es decir, “un voto inducido”, donde entran diversos factores de propaganda, ahí radica la importancia de los medios de comunicación, donde ya no interesa si estás en un partido con poder real de convocatoria, lo importante es el desarrollo y explotación del carísma del líder en los principales medios de comunicación la llamada “video política”.

El 1 de Julio se eligió al Lic. Enrique Peña Nieto como Presidente de México, de descendencia aristócrata, política, burguesa, es decir, su destino desde pequeño era llegar a donde está; la mayoría de la población, casi el 61 % no votó por él, pero consiguió la mayoría relativa que necesitaba para ser el nuevo Presidente ; durante su campaña mostró temibles deficiencias intelectuales, lingüisticas, etc., pero su carisma, su expresión y su simpatía con las masas fueron ,primero, ubicados por su partido y luego por esa camarilla, ese grupo compacto en los cuales recaen los factores reales del poder, de ahí se partió una campaña mediática sin presedentes, donde claramente se utilizaron fondos públicos para financiar su campaña, donde claramente el grupo de inversionistas mexicanos (grupo Atlacomulco) aportó de manera significativa fuertes sumas de dinero a la campaña del priísta, donde claramente los medios de comunicación, que viendo en peligro el poder de su duopolio decidieron contribuir otorgandole un mayor tiempo y difución, en comparación con los otros 3 candidatos, en radio , televisión, medios escritos etc.; y claro no podemos olvidar todos los beneficios que se tienen al ser “amigo” o “simpatizante” del PRI, despensas, aparatos electrodomésticos, tarjetas de débito, trajetas de crédito en tiendas de autoservicio, realmente beneficios muy

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