Sergiopancita

TEXTO 1

Hace algunos años llegó al pueblo un forastero que en poco tiempo se hizo famoso. En la estación del ferrocarril solía estar un vagabundo al que todos querían y ayudaban. Lo llamaban Tatita, vaya a saber por qué.

El día de la llegada del forastero, ocurrió algo impredecible cuando Tatita tropezó y se cayó en las vías justo en el momento en que se acercaba un tren a toda velocidad. ¡Nunca se había asustado tanto como ahora! ¿Podía salvarse? ¿Alguien lo ayudaría? Encima venía el tren a toda marcha.

El forastero, que estaba cerca, retirando su equipaje, ni bien lo vio corrió para salvarlo y lo logró unos pocos segundos antes de que el tren pasara. ¡Gracias amigo! Le dijo, ¡Me salvó la vida! ¿Cómo puedo agradecerle este favor?

El forastero lo saludó, se presentó y comenzaron a hablar. Dijo que iba a otro pueblo cercano y que estaba de paso por ese lugar.

Desde ese momento el forastero fue reconocido como un gran héroe por todo el pueblo; cuentan que él y Tatita se hicieron muy amigos.

TEXTO 2

Una mañana muy temprano Doña María visita a su vecina Doña Micaela: ¡Ay, doña Micaela, cómo me duele la cintura! ¿Se acuerda de mí? Soy Doña María, su vecina de la otra cuadra. Vengo a verla a su casa para que me dé algo que me cure el dolor… Anoche, mientras dormía en mi casa…, disculpe que piense un poquito antes de contarle. A veces se me van las cosas de la cabeza. Usted sabe que soy muy viejita, ni yo sé los años que tengo, aunque lo más viejos que yo me dicen que nací por el 1900 y algo. De lo que me acuerdo es del día de mi cumpleaños, un 21 de marzo, porque en esa fecha suelen venir los hijos, los nietos y los bisnietos. Trabajé mucho toda la vida, en la chacra y cuidando a mi familia, pero nunca tengo dolores ni me enfermo…Así que esto es nuevo para mí.

¿Qué me dice? ¿Que qué me pasó? Ahora le cuento. Ayer me quedé dormida tempranito, con mi gato Berrinche, a los pies de la cama…¡Y no sabe lo que hizo el gato! El pobre había comido conmigo un guisito que cociné, con mucho picante. Yo me dormí pero mi Berrinche tuvo pesadillas. Meta saltar y saltar arriba de la cama, que es una cama de madera alta, de las de antes, y que está bastante apolillada…Entonces…¡pum! ¡En medio de los saltos, se rompió una de las patas y me fui al piso y el respaldo de la cama se me vino encima!

Diga que yo tengo siete vidas como el Berrinche y que mis huesos son duros como las piedras, que si no este cumpleaños mi familia lo iba a festejar en el cementerio. Pero…¡ay! Quedé con un dolorcito aquí, al costado de la cintura, y vengo a pedirle algún remedio para que se me pase.

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