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Shavelson


Enviado por   •  5 de Junio de 2014  •  Tesis  •  663 Palabras (3 Páginas)  •  222 Visitas

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La enseñanza: eso sí que es un líoNo deseo exagerar pero para saber el tipo de lío que es, hay que verse allí en situación. Tu sólo,con un programa en la mano, frente a un grupo numeroso de rostros anónimos, de miradasestructurada. ¿Qué hacer? ¿Cómo conectar? ¿Por dónde empezar? no es fácil pero puede resultarapasionante.Trillo se refiere a la tarea del docente utilizando la metáfora de la actuación, figura en la que eldocente, desempeñando un papel en una obra y en el marco de una escenificación preconcebida,representa el mismo con un alto grado de creatividad, lo que le permite muchas veces recrear laobra y hasta superar el decorado. Enseñar es una actividad heurística (arte de “reinventar”) concierto diseño/guión, pero abierta siempre a lo imprevisible, a todo lo que se debe resolver sobre lamarcha como fruto de la comprensión del contexto y del momento.Sanjurjo se refiere a la clase con la metáfora del juego, ya que para jugarla debemos conocer lasreglas, pero además, ir adecuando nuestras intervenciones en función de los que hacen los otros jugadores (los alumnos). Aunque un jugador experimentado tenga siempre planeadas “jugadasmagistrales”. Ambas metáforas son potentes por cuanto dan cuenta del alto grado de rigurosidad, como tambiénde creatividad que requiere la tarea en el aula, y pone de relieve la idea de que

el desempeño de la docencia es un trabajo profesional, por cuanto no puede llevarse a cabo aplicando recetas, sino que se concreta a partir de construcciones metodológicas contextuadas.

Shavelson (1986) dijo que un profesor era alguien capaz de tomar decisiones razonables en uncontexto complejo e incierto. No esta nada mal eso de que sean razonables, esto es, que puedanexplicarse y justificarse. En efecto, los buenos profesores saben que la única manera dedesarrollarse profesionalmente les exige pensar y repensar su práctica.El aula como oportunidad: ¿Aprovechada o perdida?Partimos del enfoque que considera al aula como el meollo de la cuestión docente (Menin, 2002)porque se trata del tiempo y el espacio en el que, en nuestras instituciones educativas, máshabitualmente se concretan el proceso de aprendizaje y el proceso de enseñanza. Es probable queen algunas clases “

no pase nada

”, como suelen denunciar los alumnos. Sin embargo siempre hayenseñanzas y aprendizajes. En el peor de los casos estamos enseñando y los alumnos estánaprendiendo formas ritualizadas de relacionarse con el contenido, formas pasivas de aprender.Entendemos el aula como un espacio con dimensiones afectivas, epistemológicas y pedagógicas,atravesado por múltiples factores que se articulan de manera muy diferentes, provocandosituaciones diversas.El trabajo en el aula tiene una dimensión epistemológica en cuanto que la relación pedagógica estasiempre mediada por el contenido. El concepto de tríada didáctica, que hace referencia a la relaciónque se establece entre alumno-docente-contenido, nos ayuda a comprender esta relación: Si algunode estos tres elementos está ausente o devaluado, la relación pedagógica se desvirtúaconvirtiéndose en otra cosa.Es importante reconocer que hay un discurso sobre el ser y otro sobre el deber ser, y que del mismomodo no se puede hacer nada sin conocer fielmente la realidad, también es cierto que si carecemosde una alternativa, de una aspiración o de un deseo, no habría cambios ni mejora posible. Desdeesta perspectiva es interesante la afirmación de Kderlinger (1975) con respecto que no hay nadamás práctico que una buena teoría, como herramienta conceptual que habrá de permitirnos leer larealidad en la que nos encontramos y diseñar alternativas de intervención sobre ellas. Algunos docentes, con buena intención de dar relevancia a los aspectos socio-afectivos (necesariosen todo aprendizaje, pero no suficientes) en la relación con sus alumnos, dejan en segundo plano lapreocupación acerca del contenido, generando relaciones que no podrían llamarse estrictamentepedagógicas. Dicen algunos docentes “yo me llevo muy bien con mis alumnos…pero cabríapreguntar: ¿Y qué aprenden? Porque esa es la razón de ser de la escuela.Por otra parte si el docente sólo se preocupa por el contenido, olvidándose que su tarea es lograrque el alumno lo comprenda, también se entabla una relación pedagógica desvirtuada ya que si laintervención didáctica esta ausente sólo los autodidactas podrán apropiarse del contenido esco

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