UNA CONSTITUCION EXCLUYENTE

UNA CONSTITUCION EXCLUYENTE

Colombia, país democrático, caracterizado por la defensa de los derechos humanos y miembro activo de la ONU y del comité internacional de estos mismos. Defensor acérrimo de la defensa de dicho sistema político, pero incumplidor de la mayoría de dichos principios fundamentales de nuestra carta magna (definida así en los países en los cuales el sistema democrático es su base política). Miremos en el transcurso de este texto algunas deficiencias propias de la falta de información en que el ciudadano común desconoce su atropello de nuestros derechos fundamentales constitucionales.

Comencemos a identificar el más preciado de todos ello “el respeto a la vida” Colombia nación de raíces violentas, donde los mayores flagelos en contras de este derecho se ve acaecido, narcotráfico, guerrilla, paramilitarismo, cruce cuentas, entre otros. Resultado fatídico de vulnerabilidad hacia el más preciado derecho fundamental.

Hablemos ahora de la educación derecho “debatido” y vulnerado hacia las clases menos favorecidas, sin contar además con las zonas rurales de nuestro democrático territorio, pareciese ser que es un derecho de carácter exclusivo a las clases más favorecidas, los altos costos, los cupos limitados, la falencia locativa de infraestructura, y las condiciones económicas hacen de este derecho otra mancha en nuestro respeto por el cumplimiento de nuestros derechos constitucionales.

Derecho de una ciudad digna, ¿Digna?, solo basta mirar a nuestros alrededores ciudadanos para encontrarnos con cordones de miseria, hambre y “casuchas” de madera, cartón, latas y hasta papel periódico para mitigar el frio de una larga noche, donde los padres de la patria, los ponentes de nuestra “igualitaria” carta constitucional, descansan; plácidamente sobre sus colchones (ortopédicos) en mansiones dignas de la igualdad.

Los índices de desempleo bajaron en tanto por ciento, escuchamos cada mañana o cada noche en los noticieros, será que limpiar vidrios de carros en una esquina cualquiera de nuestras calles colombianas es un trabajo “digno” ¡la docena de naranjas en mil…. En mil!

Grita un padre de familia arrastrando una carreta durante diez horas diarias y con su piel maltratada ya por el sol, o bajo la lluvia incesante de un día del mes de mayo, bajamos cifras, si, en el papel, en los estudios o cabinas de nuestros medios de comunicación (Administrados y regulados por nuestro estado) vulneración total de otro de nuestros derechos constitucionales.

Llenaríamos hojas enteras mostrando la “exclusión” del colombiano común de cómo se ven vulnerados sus derechos fundamentales.

Es importante, si, que el ciudadano conozca su constitución, sus derechos, para que se llenen los anaqueles de los juzgados judiciales de acciones

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