Leyendas de Guatemala
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Leyendas De Guatemala
amylenninLos penitentes de la recoleccion Todos los días a los doce de la noche, los vecinos del Barrio de La Recolección escuchan pasos de encadenados. Son penitentes fantasmas que quieren librarse de sus culpas. Cuando los han visto no solo van encadenados sino con capuchones antiguos. Algunos se flagelan. Son
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Leyendas De Guatemala
lklandaverdeCuentos de Guatemala La sirena inconforme [Cuento. Texto completo] Augusto Monterroso Usó todas sus voces, todos sus registros; en cierta forma se extralimitó; quedó afónica quién sabe por cuánto tiempo. Las otras pronto se dieron cuenta de que era poco lo que podían hacer, de que el aburridor y astuto
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Leyendas de Guatemala
tobaromarLeyendas de Guatemala RadonOberon3 años Quien de pequeño su abuelita no le contaba las inmortales leyendas de los espantos y espantados de guatemala,, ahh las abuelitas , podia uno pasar toda la noche escuchando las macabras leyendas en las cuales figuran, la llorona, el carreton, el cadejo , el sombreron
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LEYENDAS DE GUATEMALA
marvin21EL HOMBRE QUE VENDIÓ SU ALMA (GUATEMALA - GUATEMALA) Cierta vez un hombre bueno pero infeliz decidió salir de apuros vendiendo su alma al diablo. Invocó a Kizín y cuando los tuvo delante le dijo lo que quería. A Kizín le agradó la idea de llevarse el alma de un
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LEYENDAS DE GUATEMALA
angelus2706Todos los días a los doce de la noche, los vecinos del Barrio de La Recolección escuchan pasos de encadenados. Son penitentes fantasmas que quieren librarse de sus culpas. Cuando los han visto no solo van encadenados sino con capuchones antiguos. Algunos se flagelan. Son animas por las cuales las
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Leyendas De Guatemala
widman97El carruaje de la muerte Cuenta que el carro de la muerte aparecía durante las noches y anunciaba la muerte de alguna persona. También cuentan que se parqueaba frente a las casas y se llevaba al fallecido. Después de un largo y arduo día de trabajo en el campo, Mario
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Las Leyendas De Guatemala
alejandro5991UN MENSAJE IMPERIAL El Emperador, tal va una parábola, os ha mandado, humilde sujeto, quien sóis la insignificante sombra arrinconándose en la más recóndita distancia del sol imperial, un mensaje; el Emperador desde su lecho de muerte os ha mandado un mensaje para vos únicamente. Ha comandado al mensajero a
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Leyendas de Guatemala (1930)
mariainescarreroLeyendas de Guatemala (1930) fue el primer libro publicado del autor y ganador del premio Nobel Miguel Ángel Asturias. El libro es una re-narración de cuentos de origen maya de Guatemala, el país natal de Asturias. Refleja los estudios de antropología y de civilizaciones indígenas centroamericanas que el autor llevó
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Misterios y Leyendas de Guatemala
JUANganlsdakfMaximón, Santo protector del lago Entre todas las tradiciones orales que provienen de las culturas indígenas de Guatemala, siempre han prevalecido las historias de Deidades protectoras. Este es el caso de Maximón, el Santo Protector del Lago de Atitlán... 22 Nov, 2011 - 12:27:12 Misterios y Leyendas de Guatemala >
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Leyendas De Los Departamentos De Guatemala
wilvercalacaLeyendas de Alta Verapaz Tzultaka, “ Dios de los Cerros” Se cree en Chahal y en Chisec, área q'eqchi', que Tz¸ltak'a se enamoró de una mujer, llamada Dominga, a quien regaló una flor en señal de compromiso para que le fuera entregada al padre de la muchacha. Cuando "la niña
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Cuentos, Leyendas, Trabalenguas, Himno Nacional De Guatemala
HugocevicLío en la clase de ciencias En profesor de ciencias, Don Estudiete, había pedido a sus alumnos que estudiaran algún animal, hicieran una pequeña redacción, y contaran sus conclusiones al resto de la clase. Unos hablaron de los perros, otros de los caballos o los peces, pero el descubrimiento más
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Ensayo Comparativo Leyendas De Becquer Y Leyendas De Guatemala (Miguel Asturias)
maik5Ensayo comparativo entre Leyendas de Guatemala y Leyendas de Guatemala. En la parte 3, se han estudiado cuatro obras del género narrativo: Leyendas de Bécquer, Leyendas de Guatemala, Cuentos de la selva y Pedro Paramo; cada una escrita por Gustavo Adolfo Bécquer, Miguel Ángel Asturias, Horacio Quiroga y Juan Rulfo,