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Acullico De La Coca


Enviado por   •  22 de Marzo de 2013  •  6.829 Palabras (28 Páginas)  •  673 Visitas

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA GABRIEL RENÉ MORENO

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

CARRERA DERECHO

ACULLICO DE LA COCA

EN BOLIVIA

Docente: DR. EDGAR PEREDO PIMENTEL

Estudiante: MERY MENACHO MORO

Registro: 209078995

MATERIA: METODOLOGÍA DE LA TESIS

Montero – Santa Cruz – Bolivia

Año 2012

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN 1

2. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA 5

3. HIPÓTESIS 5

4. OBJETIVOS 5

4.1. Objetivo General 5

4.2. Objetivos Específicos 5

5. MARCO TEÓRICO 6

5.1. Definición 6

5.2. La coca como medicina constitucional 6

5.3. Constitución de persona Hoja de coca 7

5.4. Acullicu o ritual de compartir con la hoja de coca. 7

5.5. Filosofía de la hoja de coca. 8

5.6. Principales usos terapéuticos de la hoja de coca. 9

5.7. Principales alcaloides de la hoja de coca 10

5.8. Propuestas al problema social de la hoja de coca. 11

5.9. La coca, la verdad y la mentira 15

5.10. La guerra a la hoja de coca y la secreta autodestrucción de los EE.UU. 17

CONCLUSIONES 20

RECOMENDACIONES 21

BIBLIOGRAFÍA 22

1. INTRODUCCIÓN

La legalización de la producción de hoja de coca pasa por un tema netamente cultural, ya que dicha producción sería destinada al consumo humano y para fines medicinales y no así para el narcotráfico, lo cual crea una disyuntiva para países latinoamericanos como Bolivia, Ecuador, Colombia y Perú.

En este sentido es que en muchas circunstancias el propósito que guía el trabajo espiritual con la hoja de coca no es otro que ver el tejido invisible de la naturaleza y el hombre. Para los abuelos andinos la vida está entretejida dentro de una telaraña, dentro de un tejido que lo une y enlaza con la tierra, las estrellas, los animales, los hermanos, los ríos y las plantas. Sobre esta metafísica, todos pueden instruirse sabiendo emplear la sagrada hoja de coca. El hombre que aprende a relacionarse con la hoja de coca aprende a corresponder con su propio ser, así como con la tierra y las estrellas. El ande nos dice que el universo está contenido dentro de una trama. Es simbólico que la escritura andina esté en forma de tejido, no me refiero a la que vemos en los quipus, me refiero a eso mensajes misteriosos que están codificados en los tejidos antiguos. Es simbólico que el lenguaje esté entretejido, como la vida misma, y las fibras que se enlazan, pues personifican cómo los actos de los hombres tenían que estar entrelazados con los de sus hermanos, con la tierra, con la lluvia, con toda la vida, porque la vida está entretejida: no estamos separados de nada y de nadie. La coca despierta los rincones somnolientos de nuestras células, y por consiguiente acrecienta la conciencia y la energía física. Mucho se ha hablado del poder nutritivo de la coca, pero lo mas meritorio de la disciplina del coqueo es crear un terreno vegetal propicio para la reflexión y para el compartir en grupo, una práctica que es parejamente medicinal. Con la coca se mitigan los pensamientos y preocupaciones, la percepción de la vida se hace con menos palabras y discursos. Nutrida con la coca el alma se sensibiliza, el espacio ocupado por el espíritu se torna intuitivo y profundo, el diálogo se vuelve sincero y lleno de compasión. El consumo de la hoja de coca nos instruye en la filosofía del ayni, la reciprocidad. Cuando hay problemas y discordias entre las parejas, se puede poner sobre la mesa unas hojas de coca, mascar en silencio y escucharse plenamente, la coca nos obliga al diálogo sincero y con ella tan sólo podemos hablar nuestra honesta verdad. Entre los antiguos pobladores del ande prevalecía la idea de que cualquier actividad importante no prosperaría si no estaba acompañada de coca, la coca es la planta que bendice y sacraliza las actividades del hombre, con la que sólo podían esperarse buenos augurios. Para acercarse al templo del sol, Koricancha, se consideraba esencial que los devotos lo hiciesen con coca en sus bocas. Durante el equinoccio de otoño se realizaba el festival del fuego sagrado, sacrificios de coca se realizaban diariamente en el templo, el método era lanzar hojas de coca a las cuatro direcciones, y quemar las hojas en el altar. Las cenizas de la coca quemadas en el altar se ofrecen al río, se lanzan antes del atardecer desde un puente, en dos bolsas llamadas pilculuncu pancar uncu gente jubilosa seguía el sacrificio por las riveras del río durante dos días, para así bendecir la tierra y sus cultivos. Los incas tenían mucho respeto por los muertos, a quienes llamaban mallquis. Enterrar a un ser querido era un acto de afecto, se acariciaba el cráneo al punto de hacerlo descansar, y no sólo el cuerpo de los soberanos se preservaba. Cada familia colocaba comida y objetos de uso diario sobre sus cadáveres, pero para entrar en el más allá, el alimento de fuerza era la coca, y la boca del fallecido tenía que estar llena de sus hojas. En las momias siempre encontramos una chuspa, y muchas hojas de coca esparcidas sobre el cuerpo. Se dice que el hombre próximo a morir debe poner hojas de coca en sus labios, así su alma entra al mundo de arriba llamado hananpacha. Desde la sombra de un sueño del cual no despiertan, los moralistas condenan la hoja sagrada con el apelativo de toxicomanía y adicción, aun cuando nunca en la historia se ha reportado adicción a la hoja de coca, pero aun así; ¿Es acaso condenable ser apegado a una planta nutritiva, sea hoja de coca, alfalfa o espárragos? Actualmente el alcohol corre por la sangre del ande (además de sangre Coca

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