COLAPSO CAPITALISMO TERMINAL

Adrián Porras Lorja

17 de noviembre de 2019

Colapso

Capitalismo terminal, transición socioecológica, ecofascismo.

1. ANÁLISIS DE LA OBRA.

El libro a analizar muestra un tema no muy agradable para los analistas políticos, económicos y sociales. La perspectiva de un futuro donde la burbuja del capitalismo salvaje y el consumismo atroz y de un solo uso acabe por explotar no es agradable para nadie, pero sin embargo debe ser estudiada con la debida preocupación. Así pues, el autor Carlos Taibo aborda este tema en un análisis profundo de las causas, consecuencias del colapso y cuales son los posibles escenarios una vez este se haya consumado,

El autor se centra explicando al lector lo que significa la palabra que da nombre al libro. La palabra colapso tiene varias definiciones dependiendo si nos referimos a una empresa, un ecosistema o una nación. Así pues, el autor hace un repaso tanto científico como político.Pone ejemplos de países, como el pequeño colapso de la Unión Soviética tras su desintegración o  el hecho de que no haya habido un solo imperio en la historia de las civilizaciones que haya durado para siempre, desde el imperio mesopotámico, pasando por el romano, el árabe, el español o el inglés. Repasa también las cinco grandes extinciones que han tenido lugar en nuestro planeta, desde la de los microorganismos anaerobios que se ahogaron al inundar ellos mismos de oxígeno la atmósfera para consumir dióxido de carbono y otros gases, a las extinciones de los dinosaurios.

De esta manera, tras haber descrito minuciosamente lo que es el colapso al lector, el ensayista expone datos empíricos de las causas que están llevando al planeta y al sistema económico actual a un futuro cataclismo. De esta manera, citando a historiadores y científicos, el autor explica cómo desde la invención de la máquina de vapor el ser humano ha ido agotando exponencialmente los recursos naturales del planeta. Tanto es así, que los científicos que estudian la vida del planeta afirman que debido a la acción humana, hemos dejado atrás la última etapa del planeta que había durado desde la última glaciación hace 10.000 años,, para pasar a una nueva etapa, el antropoceno. Esta última etapa se ha caracterizado por una progresiva destrucción de los ecosistemas, paisajes y especies debido a un sistema que como indica su propio nombre, valora el capital por encima de todo. Es además, un sistema sustentado en energía. Las grandes urbes, con grandes poblaciones y un alto grado de industralización, son a parte de grandes focos de contaminación, grandes demandantes de energía para mantenerse. Lo malo es que la fuente mayoritaria de obtención, los combustibles fósiles están agotándose. Esto, junto al hecho de que las grandes empresas industriales no parecen tener en frenar esta tendencia, ligado a la creciente explosión de las economías emergentes como China e India, las cuales consumen aún más combustibles fósiles que las potencias occidentales, nos hace pensar que el colapso económico del capitalismo es un hecho más cierto que incierto. Si añadimos a esto el hecho de que la agricultura y la producción de alimentos están también llegando a sus límites de producción y que cada día se talan más bosques para la producción de papel y derivados, que la mayoría de metales se están acabando, que los índices de desertificación suben como la espuma y que los mares a la vez que aumentan en su nivel, cada vez están más contaminados de microplásticos, metales pesados y demás hemos de preocuparnos. Llegará un momento en que los combustibles fósiles se acabarán. En este momento, las empresas petroleras, de gas natural y carbón, importantes agentes de la economía global se vendrán abajo, y como fichas de dominó arrastrarán con ellas a empresas dependientes. No se sabe a ciencia cierta si la economía no se recuperará de un golpe tan duro, puesto que las otras fuentes de energía limpias, hidráulicas, térmicas, eólicas, etc, no podrán proporcionar la misma cantidad de energía que las anteriores, pero parece claro. Llegado este punto, esperemos que este crash del sistema no vaya acompañado de un colapso natural, pero dado los crecientes huracanes, terremotos y desastres naturales relacionados con el cambio climático parece lógico pensar que también viviremos un gran colapso natural que cambiará el mundo tal y como lo conocemos.

Posteriormente, el autor pasa a explicar cuales son los posibles futuros escenarios con los que nos podremos encontrar una vez haya acaecido el desastre. En este punto, el autor me parece un poco optimista en exceso, como reconoce él al final del libro. Configura una sociedad más ruralizada, donde las grandes ciudades habrán perdido la importancia que tienen actualmente quedando relegadas a una especie de minas donde se aprovechen los metales y materiales que no tengan valor. Afirma que ante los problemas de abastecimiento que habrán después del colapso, debido al agotamiento de las las materias primas generará hambrunas entre la población. Aumentarán las enfermedades infecciosas, debido a problemas en hospitales y centros sanitarios. En un clima de desorientación e inseguridad, los estados perderán el crédito de los ciudadanos y terminarán cayendo. En este contexto, el dinero perderá el valor que ha tenido a históricamente y crecerá el intercambio por trueque. Las condiciones harán que los habitantes de la Tierra que queden ese momento habrán de organizarse en poblaciones de pocos miles de habitantes, las cuales habrán de ser autosuficientes. El autor sostiene también, erróneamente en mi opinión, que el coche perderá la importancia adquirida hasta el momento y que ganarán relevancia los transportes tradicionales, com el metro y el tren, pero funcionando a base de electricidad. Creo que en este punto el autor está equivocado puesto que en un momento donde las materias primas sean tan codiciadas, no habrá algo tan altruista como esta suerte de transporte público. En mi opinión, lo que pasará tras el colapso es lo que ha sucedido toda la historia de la humanidad y lo que dibujan las obras de ciencia ficción que han tratado el tema de las sociedades futuras. Habrán siempre poderosos que controlen los poderes económicos y los recursos que hayan en ese momento, y serán pocos comparados con los que no ostenten estos poderes. Al final, la oligarquía buscará siempre su comodidad y supervivencia, aunque sea a costa de los pequeños, los cuales padecerán peores condiciones en esos momentos. Una posibilidad es que en este punto, si se confirman las peores previsiones, proliferen los grupos armados, que actúen como una parapolicía y no se rijan bajo ninguna ética, sino bajo el criterio del mercenario. Estos grupos, de crearse, lo más seguro es que actúen en pos de los que sean poderosos en ese momento. Es un tema mencionado por el autor y muy plausible, además de desesperanzador. Lo que está claro es que cuando el sistema explote, habrá un retroceso en tecnología y una vuelta a ciertas costumbres antiguas, como regir nuestro horario por el sol o una vida rural.

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