Covid-19 y la economía chilena
solemoliResumen7 de Octubre de 2025
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Índice
Introducción: 3
Covid-19 y la economía chilena 4
Antecedentes generales: 4
Una crisis sanitaria prolongada y sistemas de salud débiles 6
Vacunas y acceso a servicios esenciales de salud 7
La demografía sanitaria del virus 8
Medidas de salud pública 9
El escenario económico y social ante la crisis sanitaria prolongada 10
El impacto de la pandemia y las medidas de control del COVID-19 en la economía 10
Efectos socioeconómicos del COVID-19 11
Esfuerzos fiscales de los países para mitigar el impacto de la pandemia en términos sociales y productivos 12
El impacto de la crisis sanitaria en el mercado laboral 12
La crisis social aún no muestra señales de recuperación 13
La pobreza y la desigualdad se han profundizado 13
Efecto sobre la educación 14
La vulnerabilidad aumenta el riesgo de contagio y muerte por COVID-19 15
El papel central de la protección social ante un aumento de la vulnerabilidad 16
El papel esencial del Estado durante la pandemia 17
Medidas desde el gobierno 18
Protección de los empleos e ingresos laborales: 18
Apoyo a los ingresos de las familias: 18
Inyección de liquidez para apoyar a las empresas, especialmente a las Pymes 19
BENEFICIOS LABORALES 20
Ley de Protección al empleo 20
Subsidio al Empleo (regresa y protege) 21
FOGAPE COVID 22
Fogape Reactiva 22
Postnatal de Emergencia y Extensión Postnatal de Emergencia 23
Paso a paso laboral 23
Bono MYPEs 2021 24
Inflación 25
Conclusión: 26
RECOMENDACIONES DE MEDIDAS DE CONTENCIÓN DEL COVID-19 26
RECOMENDACIONES EN BENEFICIOS SOCIALES 27
RECOMENDACIONES EN MEDIDAS DE ACTIVACIÓN ECONÓMICA 27
GLOSARIO: 28
Introducción:
- Más de 3 años ha pasado desde la aparición del primer caso de enfermedad por coronavirus (COVID-19) en América Latina y el Caribe, lo que desencadenó una crisis sanitaria que se ha prolongado junto con un persistente deterioro del desarrollo social. Durante este período de crisis, la región ha acumulado más de 44 millones de casos y casi 1,5 millones de muertes por COVID-19. Este efecto es desproporcionado respecto de otras regiones del mundo, dado que, con solo el 8,4% de la población mundial (Naciones Unidas, 2019), en América Latina y el Caribe los casos de COVID-19 y las muertes por el virus representan casi el 20% y el 30%, respectivamente, de los totales mundiales registrados (OMS, 2021).
- En 2020, a raíz de la crisis sanitaria, América Latina y el Caribe experimentó la mayor contracción económica de los últimos 120 años y fue la región que tuvo el peor desempeño de todas las regiones en desarrollo. Previo a la pandemia, la región ya arrastraba problemas de bajo crecimiento y, si bien se estima un crecimiento del 5,9% para 2021, este no será suficiente para recuperar los niveles del PIB de 2019 (CEPAL, 2021). Se registran hitos históricos en el mercado de trabajo, como el descenso tanto de la ocupación como de la participación laboral y el aumento de la desocupación, así como aumentos de la pobreza y la desigualdad. En 2020 la pobreza habría sumado 22 millones de personas en comparación con el año anterior, con un efecto importante en niños. La pérdida de ingresos del trabajo a causa del desempleo se ha traducido en incrementos de las tasas de pobreza y también en la magnitud de la desigualdad de ingresos. La situación de las personas en condiciones de vulnerabilidad, como trabajadores informales, mujeres y jóvenes, indígenas, afrodescendientes, migrantes y personas con discapacidad, ha empeorado. Además, el efecto en la educación genera el riesgo de perder una generación en términos formativos. La crisis también provocó el cierre de una gran cantidad de pequeñas y medianas empresas (pymes), así como la destrucción de capital humano y de empleo. Esto agudiza la heterogeneidad productiva de la región, a lo que se suman los bajos niveles de inversión (CEPAL, 2021).
- Los países de América Latina y el Caribe se caracterizan por presentar condiciones estructurales de desigualdad, inequidad, vulnerabilidad y exclusión social que se combinan y reproducen con la informalidad y precariedad del empleo, la debilidad de los sistemas de protección social y las estructuras productivas con escaso nivel de integración y limitadas capacidades para mantener niveles de crecimiento sostenibles. Estas condiciones se reflejan en la estructura institucional de los sistemas de salud y se han visto exacerbadas por la pandemia. Con sistemas de salud subfinanciados, segmentados y fragmentados (CEPAL/OPS, 2020), y sistemas de protección social débiles e insuficientes, una proporción significativa de la población de la región ha visto sus necesidades básicas insatisfechas.
Covid-19 y la economía chilena
Antecedentes generales:
A fines del año 2019, en la localidad de Wuhan, China, se identificó el brote de un nuevo tipo de coronavirus llamado Sars-Cov-2, el que afecta principalmente al sistema respiratorio y sus efectos se ven agravados en adultos mayores y en personas que padecen patologías crónicas como diabetes, hipertensión o trastornos respiratorios (OMS, 2020). La velocidad de propagación de este virus es, sin duda, una de las características más preocupantes. En enero 2020, la aparición del virus estaba concentrada en China, pero luego se expandió con fuerza a Corea del Sur, Italia e Irán. Se calcula que el número de infecciones secundarias generadas a partir de un individuo infectado es de entre 2 y 2,5 veces mayor para COVID-19 que para la influenza (OPS, 2020) y las estimaciones de su tasa de fatalidad3 van desde el 0,1% al 25%, dependiendo de la región (OMS, 2020). Al 31 de julio del 2021, la Universidad de Oxford estimaba una tasa de fatalidad promedio mundial de 2,13% (University of Oxford, 2021). El 3 de marzo de 2020 se detectó el primer caso de COVID-19 en Chile, en un pasajero proveniente de Singapur. A los pocos días, el 11 de marzo de 2020, la OMS decretó pandemia global.
La propagación del Covid-19 nos ha enfrentado a nivel global a escenarios en donde las decisiones de salud pública para evitar la pérdida de vidas humanas, como la cuarentena y el distanciamiento social, inciden fuertemente sobre la actividad económica. "La pandemia ha llevado a la economía mundial a un declive económico que exigirá enorme financiación para las naciones en desarrollo". A la fecha, el virus ya ha cobrado 54.464 vidas humanas y ha prácticamente paralizado el funcionamiento normal de todas las principales economías, especialmente en los sectores intensivos en interacción social como el comercio, la educación, los restaurantes, el turismo, los hoteles, y otros servicios. Estas no son noticias alentadoras, partiendo de la base de que ya la economía mundial venia mostrando una prolongada ralentización. Según el documento Perspectivas Económicas de la OCDE del mes de noviembre 2019, el crecimiento del PIB en casi todas las economías se mostraba débil a finales del 2019 y la inversión y el comercio mundial estancados, con una perspectiva global frágil, con mucha incertidumbre, debilitamiento del sentimiento empresarial y signos crecientes de que la recesión cíclica se estaba consolidando. Así, la economía global ahora sufre un nuevo golpe que ya se puede sentir tanto por el lado de la oferta, a través de la interrupción de las cadenas de producción, como por el lado de la demanda, a través de la pérdida de empleo, de ingresos, y mayores restricciones financieras.
La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, también advirtió sobre los efectos devastadores que esta epidemia tendrá sobre la economía mundial y especialmente sobre los países emergentes. América Latina y el Caribe (ALC), que como región en el 2019 creció apenas un 0,1% y proyectaba un crecimiento 2020 de un 1,3%, se enfrenta a una revisión a la baja significativa, ahora esperando una contracción de -1,8% del PIB y un aumento en el desempleo en la región de 10 puntos porcentuales Los principales canales por los cuales sería afectado ALC son la disminución de la actividad económica de varios de sus principales socios comerciales, la caída en la demanda de servicios de turismo, la interrupción de las cadenas globales de valor6 y la caída de los precios de los commodities, vía especialmente importante para los países exportadores de materias primas de América del Sur, como lo es nuestro país.
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