Dispepsia @
geogina29 de Julio de 2014
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Pirosis y dispepsia y su tratamiento
Lo que coloquialmente conocemos como "agrura o acidez", técnicamente se llama pirosis mientras que lo que llamamos "indigestión, hartura o empacho" corresponde a la dispepsia. Ambos son síntomas y no enfermedades por si mismas.
La pirosis y la dispepsia son razones frecuentes que tienen los individuos para acudir al auto-tratamiento, pero pueden ser los síntomas de una dolencia subyacente que puede requerir atención médica.
La pirosis es una sensación de calor que comienza debajo del esternón (zona epigástrica) y se extiende hasta el cuello, y se considera diferente a la dispepsia. Si la pirosis se produce con una frecuencia de dos o mas días a la semana, el médico puede diagnosticar lo que se conoce comoenfermedad de reflujo gastroesofágico.
Por su parte la dispepsia se define típicamente como un dolor o molestia persistente en el área alta abdominal. La dispepsia puede tener una causa orgánica tal como una úlcera gástrica, la gastritis (inflamación del tejido que recubre interiormente el estómago) o la enfermedad del reflujo gastroesofágico. Cuando la dispepsia ha sido investigada, por ejemplo, con una endoscopia (mirar adentro del cuerpo), y no se han encontrado causas orgánicas o estructurales subyacentes se considera como dispepsia funcional. En este artículo vamos a tratar las pirosis, y las dispepsias funcionales.
La popularidad de los anti-ácidos, los reductores de secreciones de ácido estomacal y los agentes anti-reflujo son la evidencia de que la auto-medicación es una práctica común en este campo.
El sistema gastrointestinal superior.
Este sistema está compuesto por el esófago, estómago y duodeno (primera parte del intestino delgado que conecta con el estómago) y es necesario conocer su modo de operar para poder comprender las dolencias relacionadas con los ácidos en el sistema gastrointestinal.
El estómago: tiene diferentes zonas funcionales, cardia, fundus, cuerpo y antro.
La cardia contiene células que segregan mucus. El fundus y el cuerpo constituyen el 80-90% del estómago y contienen las células parietales, que son las encargadas de segregar ácido clorhídrico y el llamado factor intrínseco, este último necesario para la absorción de la vitamina B12, además están la células peptídicas encargadas de segregar el pepsinógeno. El antro tiene células G, la que son responsables de la secreción de la hormona gastrina.
Las producción de ácido por las células parietales se produce cuando son estimuladas por contacto con las sustancias, histamina, acetilcolinay gastrina. El contacto de estas sustancias con los receptores de las células parietales hace que se incremente la cantidad de calcio, así como del monofosfato de adenosina cíclico, entre las células (intercelularmente). Este incremento hace que se ponga a funcionar lo que se le llama labomba de protones, que resulta en la práctica en la secreción del ácido gástrico. De lo explicado muy simplificadamente sobre la secreción del ácido gástrico en el estómago, se deduce que su producción puede ser incentivada indirectamente por la histamina, la acetilcolina y la gastrina, y directamente por el calcio y el monofosfato de adenosina cíclico.
Este mecanismo ha hecho que farmacológicamente el trabajo se haya dirigido a inhibir la secreción de ácido por las células parietales creando sustancias que ocupen el lugar de los sensores que desencadenan el mecanismo, o actuando directamente sobre la bomba de protones. Así tenemos que hay tres tipos básicos de agentes reductores de la producción de ácido, los anticolinérgicos (que ocupan el lugar de los receptores de acetilcolina), los llamados Antagonistas de los Receptores de Histamina (o antagonistas H2), que bloquean los receptores de histamina y los Inhibidores de la Bomba de Protones que tienen un profundo efecto en la reducción de la producción de ácido ya que actúan directamente sobre los centros de producción.
El pepsinógeno existe en las células peptídicas del cuerpo y del fundus del estómago y su liberación se estimula también por la presencia de histamina y acetilcolina. En un ambiente ácido el pepsinógeno se transforma a pepsina, una enzima que sirve para hidrolizar (hacer solubles en agua) a las proteínas.
La secreción de ácido es constante en el estómago, sin embargo, la cantidad producida dependerá de si es estimulado o se mantiene en estado básico cuando no hay estímulo presente. En ambos casos, básico o estimulado, la producción de ácido varía considerablemente de un individuo a otro y es mayor en los hombres que en las mujeres. La producción basal de ácido sigue un ritmo biológico y es mayor al atardecer que en las mañanas.
El antro y el píloro (la válvula que cierra el paso del estomago al duodeno) segregan mucus y bicarbonatos para la protección contra el ácido estomacal de ellos mismos y del duodeno.
La mucosa gástrica resiste el ambiente ácido del estómago a través de la combinación de mecanismos de defensa y reparación que se les llama en conjunto, la barrera de la mucosa gástrica. Las células epiteliales (de la mucosa) gástricas segregan mucus y bicarbonatos que ayudan a proteger la mucosa contra los daños al reaccionar con los iones H+ del ácido y reducir con ello la penetración de la acidez a la mucosa. El rápido flujo de sangre a la mucosa, a su vez, ayuda a:
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1. Eliminar cualquier H+ que penetre en la mucosa.
2. Una rápida reparación si se produce daño.
Si el flujo de sangre se ve comprometido, el riesgo de daño a la mucosa se incrementa. Cuando se produce daño, las células epiteliales gástricas tienen la habilidad de repararse a si mismas por una rápida restitución. La restitución o reconstitución de las células epiteliales se favorece por el abundante aporte de oxígeno y nutrientes proporcionado por el elevado flujo de sangre a la mucosa.
El esófago: es un conducto que conecta la faringe (digamos que la garganta para mejor comprensión) con el estómago. Este conducto está cerrado en ambos extremos por unas válvulas o esfínteres, uno superior y otro inferior. El inferior, que es el que nos interesa en este caso, está constituido por un músculo liso e involuntario (que no lo podemos gobernar a voluntad) colocado entre 2 y 5 cm por encima de la conexión entre el esófago y el estómago. Cuando está en reposo, el músculo está contraído y por tanto cerrado el paso entre el estómago y el esófago para evitar que el contenido del estómago pueda llegar al esófago.
El esófago no está directamente en contacto con los ácidos gástricos como el estómago, a él llegan los productos ácidos de tiempo en tiempo en lo que se conoce como reflujo (paso del contenido del estómago hacia el esófago) y se defiende de la acción cáustica del reflujo con un mecanismo diferente. La defensa se basa en tres cuestiones básicas:
1. Barreras que reducen el contacto con la acidez del estómago (reflujo).
2. Mecanismos de limpieza que reducen el tiempo de contacto del ácido con la mucosa.
3. Mucosa resistente al ácido, que minimiza los daños cuando entra en contacto con el contenido gástrico
El esófago no realiza la reparación epitelial de forma rápida como el estómago, de manera que cuando se produce daño puede tomar días e incluso semanas para llevar acabo la replicación celular.
El duodeno: es la primera parte del intestino delgado y nace en la conexión con el estómago. La forma principal de defensa del duodeno contra los ácidos procedentes del estómago, y que pueden acompañar al bolo alimenticio, producto del vaciado gástrico, es a través de bicarbonatos alcalinos presentes en esta zona. Los bicarbonatos neutralizan los ácidos y reducen el daño cáustico que estos podían producir.
Causas de la pirosis y el daño por reflujo gastroesofágico.
Las causas de estas dolencias se deben al desbalance entre los factores protectores y los defensores. La parte agresiva de la balanza está determinada por el nivel de nocividad del contenido estomacal que refluye dentro del esófago y por la frecuencia y duración de estos reflujos.
La barrera mas importante que limita el acceso del contenido estomacal al esófago es el esfínter, el que normalmente está cerrado. Durante el día es normal que el esfínter se relaje por un momento varias veces al día, en las personas que padecen de pirosis o enfermedad de reflujo gastroesofágico estos episodios de relajación del esfínter tienden a ser mas frecuentes y por tanto tienen mas reflujos que los individuos sanos. Muchos pacientes con pirosis tienen el esfínter mas débil o hipotónico. En estos últimos, la presión alta dentro del estómago vence la fuerza de la válvula permitiendo la aparición del reflujo.
Muchos factores pueden promover el reflujo, ya sea: bajando el "tono" del esfínter, demorando el vaciado del estómago, teniendo un efecto irritante directo, incrementando la secreción de ácido o empeorando el gradiente de presión gastro-esofágico. La tabla 1 muestra un resumen de algunos de estos factores.
Tabla 1. Factores que promueven la pirosis.
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Reducen el "tono" del
esfínter.
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Comidas
Chocolate
Grasa
Ajo
Cebolla
Menta
Menta verde
Sustancias
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