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EXAMEN FINAL DE TEOLOGÍA


Enviado por   •  3 de Julio de 2017  •  Exámen  •  3.266 Palabras (14 Páginas)  •  626 Visitas

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 EXAMEN FINAL DE TEOLOGÍA I

Catedra: Teología I

Profesor Titular: Antonio Falco

Alumna: Nadia Giudice

Carrera: Profesorado de Nivel Inicial

Curso: 1ro

Año: 2016 [pic 1]


CONSIGNAS

1_ ¿Cómo definiría los mandamientos? ¿Qué diferencias puede establecer con la propuesta del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento?

2_Busca al menos cinco parábolas (de diferentes evangelistas). ¿Qué sentido cristiano tienen las mismas para la vida del que conforma la Iglesia?

3_Establece puntualmente que es la  fe para el cristiano. ¿Que son las profesiones de Fe y como surgieron las mismas?

4_Busca algún mensaje del papa Francisco que hable sobre la fe y realiza un breve registro sobre el mismo.


¿Cómo definiría los mandamientos? ¿Qué diferencias puede establecer con la propuesta del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento?

Los diez mandamientos son diez pautas de vida que Dios nos da. No se trata de  restricciones, sino de consejos que nos orientan para ser realmente felices. Ni Dios, ni nadie no nos obliga a cumplirlos, pero están presentes como advertencias, pues solo siguiéndolos llegaremos a la plenitud.

“El Decálogo se comprende a la luz de la Alianza, en la que Dios se revela, dando a conocer su voluntad. Al guardar los Mandamientos, el pueblo expresa su pertenencia a Dios, y responde con gratitud a su iniciativa de amor.”(Catecismo de la Iglesia Católica, 437)

En el Antiguo testamento se tenían montones de leyes, las importantes eran los diez mandamientos. Dios los dio a su pueblo cuando realizo su alianza. Los mandamientos los guiaban para que no se alejen de Él y no se dejen seducir por costumbres de otros pueblos. Los judíos no siempre entendían a los mandamientos como leyes de amor, dado que ellos aun concebían a un Dios juez y castigador.

En el nuevo testamento, Jesús llevó ya los mandamientos a su plenitud. Los resumió en dos, uno para los tres primeros, Amar a Dios, y otro para los siete segundos, Amar al prójimo. SI los practicamos, cumplimos todos los demás.

“Jesús interpreta la Ley a la luz del doble y único mandamiento de la caridad, que es su plenitud: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los profetas” (Mt.22, ,37-40)” (Catecismo de la Iglesia Católica, 435)

Busca al menos cinco parábolas (de diferentes evangelistas). ¿Qué sentido cristiano tienen las mismas para la vida del que conforma la Iglesia?

PARABOLAS ELEGIDAS:

  • PARABOLA DEL SEMBRADOR (Mc. 4, 1-20)

En aquel tiempo Jesús se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción: Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento. Decía: Quien tenga oídos para oír, que oiga. Cuando quedó a solas, los que le seguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas. Él les dijo: A vosotros se os ha dado el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se les presenta en parábolas, para que por mucho que miren no vean, por mucho que oigan no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone. Y les dice: ¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, entonces, comprenderéis todas las parábolas? El sembrador siembra la Palabra. Los que están a lo largo del camino donde se siembra la Palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, viene Satanás y se lleva la Palabra sembrada en ellos. De igual modo, los sembrados en terreno pedregoso son los que, al oír la Palabra, al punto la reciben con alegría, pero no tienen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumben enseguida. Y otros son los sembrados entre los abrojos; son los que han oído la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias les invaden y ahogan la Palabra, y queda sin fruto. Y los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la Palabra, la acogen y dan fruto, unos treinta, otros sesenta, otros ciento. [pic 2]

  • PARABOLA DEL HIJO PRODIGO (Lc. 15, 11-32)

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: "Ése acoge a los pecadores y come con ellos." Jesús les dijo esta parábola: "Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna."

El padre les repartió los bienes.

No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.

Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.

Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer.

Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros."

Se puso en camino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo.

Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo."

Pero el padre dijo a sus criados: "Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado."

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