El Legado De La Cultura Popular En La Vida De Los jóvenes Limeños Que Descienden De Las Generaciones Tradicionales

En la actualidad, muchos países -en especial las ex colonias- no han podido formar una identidad nacional fuerte con el cual de identifiquen todos sus habitantes. En el caso del Perú, sucede lo mismo. La sociedad tradicional limeña tras la independencia: “Sin realizar mayores intentos de incorporarse al resto del país definió su propia identidad como Estado nacional” (Matos 2004: 98). Sin embargo, esta identidad nacional empezó a ser poco solida al producirse las migraciones masivas de las últimas décadas. Los migrantes andinos que en busca de una mejor calidad de vida ante la crisis que vivía el Perú se asentaban en Lima empezaron a esbozar una nueva identidad que, ahora sí, podría reflejar un poco de todo el Perú y que cada vez se iba extendiendo y, poco a poco, tocaba las puertas de la vida tradicional limeña. Dichos migrantes trajeron consigo su cultura andina, hasta entonces exótica para la vida limeña, dando pie a lo que se denomina cultura popular limeña debido a sus prácticas culturales que redefinían su identidad andina en la gran ciudad.

En efecto, dichas prácticas culturales populares empezaron a extenderse tanto debido a la gran masa migrante que existía en Lima ya que para 1984: “Cerca del 80% vive en asentamientos urbanos populares” (Matos 1984: 69). Por lo tanto, negar su existencia y su gran preponderancia en la Lima de hace algunas décadas seria negar una realidad que actualmente se encuentra latente. Hoy por hoy, el reconocimiento del impacto de la cultura popular en las nuevas generaciones limeñas que descienden de las generaciones tradicionales se puede apreciar en ciertos aspectos de la vida cotidiana de ellos, en especial los jóvenes quienes, como yo, son más abiertas a las expresiones y adaptaciones culturales, sobre todo en el ámbito interno del país, que las generaciones antiguas quienes vivieron en la etapa del desborde popular. Por lo tanto, considero que se debería reconocer que las nuevas generaciones limeñas que descienden de las generaciones tradicionales han asumido ciertas prácticas culturales de origen popular debido a la gran influencia que los antiguos sectores populares ejercieron en la gran ciudad. Para ello, en primer lugar, se hará un análisis sobre las prácticas culturales populares más influyentes que se ejercen en los centros educativos pues desde allí se imparte una educación y reconocimiento inicial del legado cultural popular y, en segundo lugar, se explicara cómo los diseños andinos han logrado acaparar parte del guardarropa de las nuevas generaciones limeñas que descienden de las tradicionales pues es un aspecto fundamental, ya que la vestimenta refleja parte de quien es uno y da una imagen distinta a la ciudad.

Existen en Lima una gran cantidad de colegios particulares que son integrados mayormente por jóvenes descendientes de las generaciones tradicionales limeñas y, también, gran cantidad de colegios estatales que en su mayoría son integrados por jóvenes de las clases populares en que ciertas actividades populares que reflejaban el estilo de vida de las clases populares conformados por migrantes serranos -en su mayoría- se han convertido en prácticas culturales comunes hoy en día entre dichas instituciones educativas debido a su gran difusión en las décadas pasadas. En primera instancia, se puede apreciar que las danzas folklóricas que en sus zonas de origen representan la conmemoración del santo patrono, época de cosechas o ritos son practicadas en casi todos los colegios nacionales y particulares como una de las pocas tradiciones culturales populares colectivas que se puedo adaptar al medio urbano limeño y que ahora es practicada gracias a los migrantes serranos quienes la mantuvieron viva y la difundieron a gran escala, especialmente entre los jóvenes. Incluso, hoy en día se realizan los famosos “Festival de Danzas” o “Festidanzas” en donde, entre grados o colegios, se debate quienes son los mejores bailarines de estas danzas. Un ejemplo de ello es el conocido y popular “Corso de Wong” en el cual se desfilan una serie de danzas típicas que son interpretadas por muchos elencos nacionales y que son integradas en su mayoría por jóvenes estudiantes de colegios nacionales y particulares. Las danzas folklóricas, entre los jóvenes: “Ha ido perdiendo la fachada tradicional y pueblerina de la antigua celebración” (Gonzales 1989: 26). Sin embargo, ha conservado el espíritu carnavalesco que lo caracteriza y esto hace que dicha práctica cultural popular mantenga su esencia en la capital donde pugna por ser más valorada.

De la mano con las danzas folklóricas, la música es un elemento importante en la vida de todo migrante serrano pues mediante ella recuerda sus orígenes andinos y, gracias a ello, ciertos instrumentos musicales lograron imponerse en la capital a pesar de la resistencia de la sociedad tradicional. Hoy se puede reconocer que en los colegios nacionales y particulares se fomenta el espíritu musical en los jóvenes que están cada día más interesados en aprender a tocar instrumentos serranos: “En otros tiempos parecían exóticos” (Matos 1984: 84). Esto debido a la gran difusión y demanda que generó en inicio, el folklor, y posteriormente, la música chicha en las últimas décadas. La música andina (folklor) traída por el migrante serrano en el ambiente urbano: “Evoluciona y se urbaniza también. Adopta la tecnología moderna y se vale de ella como de un propio instrumento que recoge las formas variadas del folklore localista” (Matos 1984: 82). Así es como nace la música chicha: “Surge del patrimonio traído por el migrante andino, pero se arraiga en el residente ya antiguo y en las segundas y terceras generaciones urbanas. Es un ritmo de juventudes que homogeneiza su estilo a escala nacional y supera los regionalismos tradicionales del arte peruano” (Matos 1984: 85). En este papel preponderante del auge de la música chicha

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