Juarez Ejemplo Que Perdura Para Estas Y Nuevas Generaciones

Honorables miembros del jurado calificador, respetables maestros, compañeros participantes y público en general mi nombre es Jesús de la Cruz Rivera represento de esta institución educativa, y vengo ante ustedes para disertar el tema:

JUÁREZ EJEMPLO QUE PERDURA PARA ESTA Y NUEVAS GENERACIONES

Si intentamos una valoración fiel de la grandeza heroica de Benito Juárez, tendremos que declara que Juárez es ante todo un héroe sin armas.

Sus padres como todos los indios de su patria, abren a Benito Juárez las puertas de la vida con las duras llaves de la más santa pobreza. Para pintar el cuadro de su nacimiento hay que ir a la humildad de Guelatao ese alto Belem de las montañas. Juárez ha de nacer ahí bajo el temblor de las estrellas de Ixtlan, arrullado por la oración de los pastores. Así nace el héroe y el hijo de la ley.

En el escenario de su infancia, hay una primera estampa heroica que todos amamos desde niños. Olvidado de sus rebaños se desprende de un pequeño islote en la tierra firme que pisa ni el viento ni la tempestad le arredran. Y él se salva siguiendo la melodía de su flauta de pequeño pastor.

En su adolescencia libra una silenciosa batalla entre su miseria y corazón. El ama a Margarita Maza, hija de su primer protector, y ha de llevar por años clavada la espina de ese sueño, que es espina de silencio y llanto enamorado.

Todos los jóvenes de su tiempo le admiran y los hombres de gobierno le temen; desde su primer acto público a los 23 años, cuando, con palabra segura, plantea una tesis revolucionaria: la fuerza de la nación ha de tener su origen y residencia en el tribunal de la opinión pública. El pueblo debe establecer la independencia y el respeto a los poderes constitucionales.

Desde ese momento de su luminosa y austera juventud, Juárez ha elegido su largo calvario de liberal y de libertador. Desde entonces ha de suceder en la vida de Juárez, el cuadro diario del heroísmo ciudadano, es decir, el heroísmo de la virtud.

Desde ese día Juárez ha de caminar del honor al poder; del poder al destierro, del destierro al triunfo. Contra su firmeza no podrán ni el látigo de los escarnios ni el grillo de las cárceles. Cuando los traidores de su época venden a la patria por un trono efímero, después de cien luchas inauditas contra el invasor y ante la inminencia de la toma de la república, Juárez decreta el traslado del gobierno a San Luis Potosí. Antes de marchar, clausura las sesiones del congreso, manda arriar la Bandera Nacional en Palacio; hace oír el Himno Nacional; sereno camina entre el redoble de los tambores y las lágrimas de los humildes y cuando un oficial le entrega la bandera, besándola, coreado por el público, lanza un grito desesperado ¡Viva México!

Después de cien derrotas ha de vencer a todos: a los traidores, a los indiferentes, a los

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