La Delinciencia

Caminos errados

Abstract

La delincuencia juvenil es un mal que agobia al Ecuador, muchos niños y jóvenes ingresan a pandillas juveniles en busca de un núcleo familiar que no encuentran en su propia familia. El Estado ecuatoriano y varias organizaciones o fundaciones privadas en el Ecuador han propuesto diferentes soluciones para mejorar la calidad de vida y el bienestar social de los niños, niñas y jóvenes inmersos en este problema social; la delincuencia juvenil.

Palabras clave: delincuencia juvenil, menor infractor, fenómeno social, entorno familiar, problemas familiares.

Introducción

La delincuencia juvenil en el Ecuador es uno de los fenómenos sociales que más fuerza ha tomado dentro de los últimos tres años. Delitos como: robos, atracos, violencia callejera y venta ilícita de estupefacientes involucran a niños y jóvenes desde los 12 años hasta los 18 años de edad que forman parte, en su mayoría, de clases sociales poco favorecidas y marginadas de la sociedad ecuatoriana. Estos menores infractores ingresan a pandillas organizadas en las que poco a poco escalan posiciones dentro del mundo delictivo.

Muchos de estos de niños y jóvenes sufren de desprotección social, violencia familiar, pobreza, falta de oportunidades educativas y diferentes problemas dentro del seno familiar. En el Ecuador existen varios programas para la reconstrucción social y familiar de todos estos niños y jóvenes; la pregunta que se plantea esta monografía es encontrar las mejores soluciones, en conjunto con todos los organismos públicos y privados del Ecuador, para contrarrestar la delincuencia juvenil en esta y en las futuras generaciones de jóvenes ecuatorianos.

Delincuencia Juvenil

El concepto de delincuencia juvenil tiene diferentes perspectivas de acuerdo a algunos autores estudiados. Por ejemplo, Garrido Genovés (cit. Morant, 2003) define a la delincuencia juvenil como una figura cultural, porque su tratamiento legal responde a distintos factores en diferentes ciudades o naciones que reflejan una mezcla de conceptos legales y psicológicos. En otras palabras, un concepto netamente socio – histórico íntimamente relacionado con el entorno social y familiar en el que crece y se desarrolla el niño o joven ecuatoriano.

Ahora bien, es necesario definir también el término “menor infractor”, el cual se refiere a: “un joven de menos de 18 años que ha cometido alguna acción en contra de la ley y por lo tanto merece una sanción” (Dupret, 2005, p. 24). Así, menor infractor puede ser el niño, joven o adolescente que asume comportamientos irregulares que van en contra de las leyes expuestas en el Código Penal del Ecuador.

En definitiva, la delincuencia juvenil se puede definir como el fenómeno social constituido por la unión de infracciones penales cometidas por los jóvenes mayores a 12 años y menores de 18 años quienes de acuerdo al Código de Procedimiento Civil Ecuatoriano (1987) en el artículo 126 son ciudadanos legales que se rigen por derechos y deberes ya estipulados.

Pandillas Juveniles

Una gran parte de los actores involucrados en la delincuencia juvenil son las pandillas juveniles. Estas son agrupaciones o asociaciones de jóvenes entre 20 y 30 integrantes con edades que van desde los 12 a 18 años (Torres, 2006, p.5). Estas organizaciones poseen una estructura jerárquica informal, con gustos e ideas comunes y libres de reglas o alineamientos que la sociedad determina.

Dentro de estas pandillas juveniles hay rituales de iniciación para los nuevos aspirantes, niños y jóvenes desde los 12 años; quienes deberán cumplir algunas pruebas de lealtad y respeto hacia los líderes y la pandilla. Las pruebas más comunes para los futuros miembros de la pandilla son el robo de un vehículo, un atraco e inclusive el asesinato de un miembro de otras pandillas rivales. Varias de estas pruebas son impuestas por el líder o cabecilla de la pandilla juvenil, quien es el que posee todas las cualidades para dirigir situaciones de riesgo y la capacidad para ser agresivos ante conflictos con otras pandillas.

Todos los miembros de las pandillas juveniles poseen un sentimiento de superioridad construida a partir de la creencia de tener poder sobre la vida y la muerte de cualquier persona. Esta falsa idea de superioridad crea una especie de reconocimiento, honor y prestigio dentro y fuera de la pandilla a la que conforman. Mientras más poder tenga una pandilla dentro del sector en el que delinque, más adeptos (jóvenes) conseguirán reclutar.

Raíces problemáticas

Muchas de las causas de la delincuencia juvenil se originan en la ruptura de los lazos sociales en que niños y jóvenes ecuatorianos interactúan en sociedad. Estos lazos sociales pueden ser: la familia, el colegio o un grupo de amigos (Rodriguez, 2011). Cuando uno de estos lazos sociales se desintegra o se rompe en la vida de un niño o joven, la consecuencia más directa y evidente es la conducta antisocial ante la sociedad.

La mayor parte de los miembros de estas agrupaciones juveniles viven en un entorno familiar poco estable, en el cual, existe violencia intrafamiliar, migración, pobreza y falta de oportunidades educativas (Loor, 2005, p. 6). Para un niño o adolescente que se encuentra en pleno desarrollo de su personalidad, este tipo de acciones dentro del entorno familiar producen una pérdida de la referencia simbólica de lo que el ambiente familiar significa realmente.

Todos estos factores a lo largo de los años desencadenan en actitudes violentas, inconformes, machistas, vengativas y agresivas de los menores infractores. Sin embargo, emociones como la soledad, tristeza y diferentes miedos persiguen a estos jóvenes quienes se esconden detrás de la agresividad y el autoritarismo hacia los demás ciudadanos. Por esta razón, al formar parte de una pandilla juvenil este grupo de jóvenes se sienten falsamente identificados en un núcleo familiar y emocional que no encuentran en su propio entorno familiar. Es así, como los jóvenes y niños miembros de las pandillas juveniles terminan aceptando las órdenes del líder principal de la pandilla.

Respuestas a la delincuencia juvenil

Los niños y jóvenes involucrados en la delincuencia juvenil necesitan inmediatamente respuestas y posibles soluciones que ayuden a crear un mejor estilo de vida para ellos, y por supuesto, mejorar la convivencia en conjunto con la sociedad. Organismos gubernamentales y privados han propuesto varias

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