La argentinidad en riesgo

La argentinidad en riesgo

¿Alguna vez te has puesto a pensar en cómo la argentinidad es cada vez mas importada? En los últimos años, tener algo o hacer algo propio de otro país es “estar a la moda”. Esta moda, que lleva a millones de adolescentes a alejarse de sus origines, pone en riesgo la argentinidad. ¿Por qué vestimos con banderas de otros lugares? No es que esto nos haga menos patriotas pero, ¿Por qué no tenemos el mismo gesto con algún símbolo argentino?

Al hablar de “argentinidad”, me refiero a cada cosa que nos diferencia de otros países. Últimamente, parece que lo único que nos diferencia es que olvidamos poco a poco quienes somos, para adoptar costumbres ajenas.

En la argentina se ha dejado de celebrar las fechas patrias. Su importancia es cada vez más comercial, se acomodan de forma que la población pueda tomarse “pequeñas vacaciones” en diferentes lugares turísticos. Ahora me pregunto, ¿Dónde quedó el respeto hacia estas fechas que, sin dudas, significan tanto en la vida de todos los argentinos?  Otra cosa importante que debemos rescatar del tema, es como en las escuelas se ha dejado de hablar de las fechas patrias, así los alumnos crecemos con ese desinterés y poco conocimiento de la historia de nuestro país, que también es nuestra propia historia. No hay  que dejar de lado que estos alumnos, hoy de 4 a 18 años aproximadamente, serán padres y les enseñaran a sus hijos lo que ha ellos les han enseñado y así sucesivamente. Si no concientizamos a la sociedad ahora de cuan importante es saber de donde venimos y como llegamos, dentro de algunos años nadie lo sabrá. El poco respeto hacia nuestra patria no viene solo por parte del Estado que busca aprovecharlas con fines económicos, entre otros. No miento cuando digo que en las escuelas los alumnos desinteresados del tema, no cantan el himno ni visten escarapelas, porque eso es lo que si han aprendido de esta sociedad, “Si llevas escarapela, te miran como sapo de otro pozo” en vez de sentir el orgullo que da llevar un símbolo patrio.

Sin embargo, nadie se avergüenza de mandar cajas de bombones con forma de corazón y tarjetas de amor para San Valentín, o vestir disfraces para halloween, que son solo algunas de las tantas fechas importadas que festejamos como propias, aunque nada tengan que ver con la historia y la idiosincrasia nacional.

No obstante, si hablamos del famoso y tan sentido “mundial”, no es necesario decir que en ese momento TODOS somos argentinos!! En las casas se cuelgan banderas que permanecen día y noche, las calles se tiñen de celeste y blanco, y ni hablar de la euforia que crece constantemente en cada uno de nosotros. Pero, ¿Qué es los que nos lleva a esa emoción, exaltación, agitación? ¿El orgullo de ser argentinos, o ver que se trata de futbol? Obviamente, es el futbol, porque cuando éste acaba, también acaban los festejos. Si realmente fuera el orgullo, los argentinos seguirían con este sentimiento toda su vida, y yo no estaría escribiendo este ensayo.

Se que habrá quienes digan que estos cambios, son parte de la evolución, que la globalización está cada vez mas presente y no podemos escapar de ella ni hacernos a un lado; Y no lo niego, pero también es cierto que no hay necesidad de dejar nuestras propias costumbres, alejarnos de nuestra historia y olvidar quienes somos para evolucionar  y adoptar costumbres ajenas. Tratar de imitar a otro, no es evolución! La globalización nos ha obligado a tener las mismas costumbres en todo el mundo y no deja diferenciarnos unos de otros, no solo esto, sino que la globalización se basa en una sola potencia (E.E.U.U) y deja que el resto de los países abandonen su cultura para ser una mala copia del modelo que ellos esperan.

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