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La ética como parte de la filosofía


Enviado por   •  21 de Marzo de 2015  •  409 Palabras (2 Páginas)  •  312 Visitas

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Según el Diccionario Enciclopédico Ilustrado SOPENA, la ética es parte de la filosofía que, a partir de unos principios, vivencias, actitudes o influencias, intenta determinar las normas o el sentido de las obras humanas, tanto individual como social.

Generalmente se consideran disciplinas distintas la ética y la moral, reservándose esta última denominación para la moral religiosa o teológica en contraposición a la ética que algunos, sin embargo, llaman moral natural o filosófica. Para la ética cristiana, su principal instrumento y fuente es la razón, apoyada en la experiencia interna y personal, externa y social, así como en la historia.

La ética trata de los actos humanos, es decir, de aquellos que son realizados por los hombres como seres racionales y libres, con ausencia de todo impedimento o coacción externos; por esto, los estudiosos evolucionistas y deterministas, que consideran el obrar humano sometido a leyes mecánicas y necesarias, niegan toda ética en sentido estricto: no puede haber ni bien ni mal, sólo evolución, cambio ineludible, inalterable por el hombre.La ética supone una determinada concepción del bien y del mal. Para Montaigne, el bien o el mal dependen del influjo de su educación o formación humana. Los pragmatistas, que niegan también toda metafísica, hacen bueno o malo lo útil o perjudicial: sólo la utilidad o provecho son normas de bien o de mal, y por tanto radicalmente variables. Para otros, como algunos socialistas y comunistas, es bueno o malo, respectivamente, lo que favorece o retrasa el progreso de la clase social o del partido. Para Hobbes y para todos los totalitaristas sólo la ley del Estado o la voluntad del jefe son criterios de bondad. Para Saint – Lambert lo es la opinión, la aprobación o desaprobación públicas.

Nietzsche afirma que una acción es buena cuando responde a la potente y constante voluntad de dominio del fuerte, del “súper hombre”, y malo todo lo que hace el pueblo resignado y gregario. Para la ética cristiana, el bien o el mal residen en la misma naturaleza de las acciones, según su adecuación a unos principios absolutos, universales y constantes, que la razón puede deducir de la naturaleza humana y del orden total establecido por el Creador.

Para los existencialistas, es la afirmación de la total libertad del hombre en la realización de su proyecto vital. Para Camus, es bueno todo lo que representa, frente a la constatación del vacío y de la absurdidad del universo, la voluntad y nostalgia humanas de orden y de solidaridad.

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