Miserables

Ensayo final

“Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir y no dormir sin soñar. Descansar es empezar a morir.” Gregorio Marañón.

Toda persona está conformada por tres grandes partes, cuerpo, mente y alma; estos tres factores nos hacen relacionarnos con todo lo que nos rodea y a la vez diferenciarnos de otros seres vivos que habitan así en la Tierra como en el cielo. Esta última parte es mencionada por Giovanni Picco della Mirandola en su discurso sobre la dignidad humana.

Según platón, en un principio, el cuerpo es la limitación del alma para conocer el universo y cada uno de sus componentes y al morir, el alma se libera de su prisión carnal y se abre al cosmos para obtener el conocimiento infinito, es así como el cuerpo se relaciona con el alma.

El hombre desde su origen, le ha buscado un significado a la vida, a la muerte y a infinidad de cuestiones que le ponen en duda, sin embargo; para algunas incógnitas, el hombre no ha podido darle una respuesta concreta y que satisfaga las expectativas del mundo entero; cuestiones como la vida y la muerte, la creación e incluso el tiempo, nos tienen en duda en la actualidad.

Para mí el tiempo es un parámetro que definiría el “cuando” de cada uno de nuestros actos y de todo lo sucedido en el universo; nos tiene atados a él y por más que tratemos de evadir su presencia, al final lo único que nos queda es aprovechar al máximo cada fracción de éste en nuestras vidas.

Desde mi punto de vista el tiempo es la mayor condición del ser humano y aunque no es algo tangible, el tiempo define hasta la vida y la muerte de cualquier ser vivo en el mundo así como la creación o la desaparición de todo lo que existe.

El tiempo es una dimensión con un principio pero no con un final y aunque no exista nada ni nadie que lo mida, éste seguirá su camino sin importar lo que encuentre a su paso. Aunque no sea un ser vivo, vive dentro y fuera de nosotros; al fin y al cabo, la vida falta y el tiempo sobra; no cuesta nada pero vale más que toda la riqueza del mundo.

Sin embargo, me atrevo a pensar que lo que más caracteriza al ser humano y lo que relaciona al hombre biológico, al psicológico, al social y hasta al trascendental, es la necesidad de encontrarse con una persona que lo llene y lo haga sentir como nadie ni nada lo ha hecho sentir. Siempre estamos en la constante búsqueda de la persona amada, una persona que pudiera acompañarnos durante toda nuestra vida e incluso en la siguiente, aquella persona que sin querer y sin pensar, se vuelve dueña de nuestra mente con cada pensamiento en que se filtra para dominarlo; cada palabra, pensamiento y acción que tiene lugar en su nombre; se hace dueña de nuestro cuerpo al dejar marcado el camino por el que ha pasado su tacto, haciendo suyo cada rincón del cuerpo ajeno; se adueña del alma al

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