Opinión Economía,Covid-19

A partir del 3 de Marzo, nuestro país comenzó a librar una batalla contra un diminuto pero peligroso oponente, el Covid-19. Desde hace ya varios meses, el mundo entero se ha visto aquejado por esta grave pandemia que, a la fecha, ya ha cobrado la vida de cientos de miles de personas, y a su vez, ha desencadenado una fuerte inestabilidad económica, provocando la paralización de cientos de empresas; suspensiones de contratos; reducciones salariales, y un sin fin de problemas ligados directamente a la economía nacional. Para enfrentar esta crisis, el gobierno ha promulgado una serie de proyectos y medidas, con el fin de proteger a la población más vulnerable de una prominente escasez de recursos, y al mismo tiempo, a las sociedades, compañías y negocios, que conforman el nicho empresarial nacional, uno de los pilares fundamentales de nuestra economía. Entre las áreas que se han visto mas afectadas por esta grave recesión, encontramos el turismo, que ha paralizado sus actividades casi en su totalidad. Pero, ¿Son las propuestas del gobierno una solución concreta al desolador futuro que enfrentaremos? ¿Serán las empresas capaces de aguantar hasta que esta crisis sea superada? Como fue mencionado anteriormente, el gobierno ha implementado algunas medidas para ayudar a las PyMEs a hacer frente a esta fuerte crisis sanitaria, una de ellas es el conocido “Crédito Covid-19”, que consiste, básicamente, en proporcionar a la empresa un crédito (valga la redundancia) por un valor máximo de 3 meses de renta, cosa que, a pesar de que suene tentador, ¿es realmente una buena medida? Para discutir sobre esto, debemos tener en cuenta que, alrededor del 16% de las empresas que postulará a esta “ayuda”, no se verá beneficiada (fuente: CNN Chile), y además, muchos de estos negocios se enfrentan al sobreendeudamiento, producto del estallido social ocurrido en octubre del año pasado y los grandes gastos que esto provocó. Adicional a todo lo anterior, las medidas sanitarias y legales que se han tomado respecto a esta pandemia (cordones sanitarios y restricciones a derechos de libertad y reunión), minimiza las posibilidades que tienen los comercios ligados al turismo, de recibir viajeros y ejercer su labor principal. Por otro lado, el SERNATUR puso a disposición de los establecimientos turísticos, un manual de buenas prácticas para llevar a cabo en beneficio de la sanidad y la prevención de este virus, a través de diversas medidas higiénicas a implementar, desde normas de distanciamiento social, hasta la exhaustiva desinfección de un lugar si se llega a descubrir un caso positivo en el recinto. Sabemos lo efectivas que son estas medidas al momento de combatir esta grave enfermedad, pero, ¿Que tan rentable es para estos recintos? Considerando que la mayoría de ellos acarrea un balance comercial deficitario, sumado a la considerable baja de clientela y el aumento de gastos con el fin de mantener sus funciones cotidianas, ¿No es más rentable dar cierre al negocio en cuestión? Es aquí donde presenciamos una gran disyuntiva, ¿cuál es realmente la medida correcta? ¿Permitir a las personas trasladarse a vacacionar, y enfrentarse a un importante aumento de casos positivos de Covid-19? ¿O, en su contraparte, mantener las restricciones actuales, pero a la vez, bloquear el sustento de alrededor del 11% de la economía nacional? (Fuente: El Mostrador) Si bien, el área del turismo no es la única que se ve afectada por esta grave pandemia y, al mismo tiempo, la asignación de recursos es limitada, lo correcto sería reducir costos en áreas que no son relevantes en esta situación (Defensa Nacional y renovación de armamento, por ejemplo), y así focalizar este capital en ayuda de las micro, pequeñas y medianas empresas, que día a día sustentan e incentivan el crecimiento de la hacienda nacional y dan paso a un país con mayores niveles de desarrollo. Si no fuera por los emprendedores, tanto chilenos como extranjeros

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