Rastafari

Como estudiantes de comunicación, consideramos importante llevar a cabo el tema del rastafarismo dentro de una sociedad determinada, en este caso, la ciudad de Medellín, reconociendo que debemos tener en cuenta la definición de diferentes conceptos que están ligados al tema por trabajar.

Primeramente debemos tener clara la noción del contexto en el que se desenvuelven dichos personajes, el cual es la sociedad, entendida según Linton (1955) como “el grupo organizado de individuos”[1], añadiendo que es el entorno en el que interactúan todo tipo de personas, las cuales a su vez, generan grupos y subgrupos para intercambiar ideas con los demás individuos de este sistema.

De esta interacción surgen las culturas, especificadas según la definición clásica de E.B. Tylor “es un complejo conjunto de conocimientos, creencias, arte, moral, ley, costumbre y demás capacidades o hábitos adquiridos por el hombre por su condición de miembro de la sociedad”[2]

La cultura se puede concebir en dos categorías. Por un lado, está ligada a lo material y lo espiritual, lo que la convierte en un todo que se adopta como modo de vida y a la vez, se diferencia de otras culturas. Por otra parte, se define cultura como un patrimonio colectivo con el cual se siente identificada una nación y que posee un carácter universal.

Habiendo entendido que las anteriores definiciones incluyen productos tangibles e intangibles, podemos destacar los aspectos simbólicos de una cultura como lo ha hecho el antropólogo Leslie A. White “Es una organización de fenómenos-actos (pautas de comportamiento), objetos (herramientas y cosas hechas con ellas), ideas (creencias, conocimiento) y sentimientos (actitudes “valores”) que depende del empleo de símbolos. La cultura empezó con el hombre mismo como ser específico y creador de símbolos precisamente de un organismo a otro”[3] y nos concluye con una breve explicación en la que afirma que la cultura es un proceso simbólico, continuo, acumulativo y progresivo.

...