SISTEMA CAPITALISTA
jocesz9 de Marzo de 2014
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EL SISTEMA CAPITALISTA
El funcionamiento del sistema
El sistema capitalista se basa en la libertad. Los términos que más repiten los economistas capitalistas son algunos como: mercado libre, libre competencia, librecambismo, libertad económica… Es decir, el capitalismo se asocia con la libertad. Tanto, que los capitalistas se denominan neoliberales.
El neoliberalismo se puede definir como la corriente político-económica que defiende la reducción de la intervención estatal, tanto en materia económica como social, y que considera el libre mercado capitalista como mejor garante del equilibrio institucional y el crecimiento económico de un país.
El capitalismo dio un gran salto a nivel global en 1944 con los acuerdos de Bretton Woods, cuando los países más industrializados del mundo se reunieron para establecer las reglas para las relaciones comerciales y financieras a nivel internacional. Fue en esta serie de reuniones donde se decidió la creación del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, y el uso del dólar como moneda internacional. El objetivo principal fue poner fin al proteccionismo del período 1914-1945, ya que los países más industrializados del mundo consideraban que para mantener la paz debía existir una política librecambista.
Se denomina librecambismo a la doctrina económica que propugna la no intervención estatal en el comercio internacional, permitiendo que los flujos de mercancías se gobiernen por las ventajas de cada país y la competitividad de las empresas, y suponiendo que con ello se producirá una adecuada distribución de los bienes y servicios, así como una asignación óptima de los recursos económicos a escala mundial. (fuente: Wikipedia)
Una vez establecidas las reglas del juego, la partida podía comenzar. El tablero tenía dimensiones globales, y los jugadores eran unos pocos: los más ricos. Las reglas daban libertad a las empresas para moverse como quisieran por el tablero, y así comenzó la expansión del sistema por todo el planeta, avalada por prestigiosos organismos supraestatales de los que nadie podía dudar. Esta expansión se disfrazó con un nombre que a nadie incomodaba: globalización.
RELACIONADO: apartado El sistema financiero y bancario
Si hablamos del funcionamiento del sistema, no podemos pasar por alto cómo consigue el capitalismo expandirse por el mundo. Como ya hemos comentado, suelen ser entidades de ámbito internacional y supraestatal los que empujan al sistema a adquirir dimensiones planetarias. Los principales organismos financieros internacionales predican la doctrina neoliberal por todo el mundo, aconsejando y recomendando su aplicación a todos los países, con la promesa del éxito y del progreso.
Un ejemplo de estos movimientos estratégicos para expandir el modelo lo pudimos ver de forma muy evidente en la década de 1990, cuando el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y otras instituciones como la Reserva Federal o el Congreso de Estados Unidos consideraron apropiado recomendar a los países latinoamericanos una serie de medidas que habrían de ayudar al progreso y desarrollo económico. El listado de medidas recomendadas se conoció como Consenso de Washington, debido a que la sede de los organismos que las apoyaban estaba en esta ciudad.
Algunas de las recomendaciones que se hacían desde Washington hacia Latinoamérica eran la desregulación de los mercados, la privatización de las empresas públicas y monopolios estatales, la liberalización del comercio internacional o la eliminación de las barreras a las inversiones extranjeras directas. Todas ellas eran medidas muy liberales.
Durante los años 90 los gobiernos latinoamericanos obedecieron y siguieron las recomendaciones de los expertos del Norte, de Occidente. Pero finalmente estas políticas fracasaron, y lo que ha ocurrido en América Latina es revelador: los gobiernos han dado un giro a la izquierda, de forma que en este S.XXI la mayoría de países latinoamericanos tienen gobiernos ligados a la izquierda y muy críticos con las políticas que vienen desde Occidente. Se podría decir que el experimento neoliberal fracasó en Latinoamérica, y que el pueblo reaccionó ante las desigualdades que ofrecía el capitalismo eligiendo a dirigentes de ideología más socialista. Ahora encontramos a gobiernos muy críticos con las doctrinas de Estados Unidos como el de Evo Morales en Bolivia, Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador, y en menor medida el deCristina Kirchner en Argentina o Dilma Rousseff en Brasil.
La crítica a las medidas del Consenso de Washington fueron abundantes. Se criticaba que los países del primer mundo habían impuesto estas políticas sobre los países de economías débiles de forma encubierta, mediante una serie de organizaciones supraestatales (Banco Mundial, FMI…), además de ejercer presión política y extorsión. Se argumenta además, de forma muy generalizada, que el Consenso de Washington no ha producido ninguna expansión económica significativa en Latinoamérica. En realidad la herencia de estas políticas neoliberales ha sido: una serie de crisis económicas severas y la acumulación de deuda externa, que mantiene a muchos de estos países anclados al mundo subdesarrollado.
En definitiva, aunque el capitalismo cuente con largos brazos internacionales que intentan abrazar y rodear todo el planeta, sigue habiendo zonas del mundo que, por razones culturales y sociales, se resisten a adoptar del todo un sistema que se presenta como creador de desigualdades.
En el siguiente mapa se muestran en azul oscuro los países que más y mejor adoptan el capitalismo y las políticas neoliberales, medidos mediante el índice de libertad económica, que elabora The Heritage Foundation y del que hablaremos más adelante. Como se puede comprobar, hay muchas zonas del mundo en las que el capitalismo aun no ha triunfado completamente al 100%, como Sudamérica, África, Asia, Oriente Medio, Este de Europa… Y, aun así, este sistema afecta a todo el planeta.
Fuente: Índice de Libertad Económica 2012 (The Heritage Foundation)
2. Las crisis del capitalismo
Como dice el profesor David Harvey, “el capitalismo no resuelve sus crisis; las va trasladando geográficamente”. Es decir,
3. Capitalismo, dinero y éxito personal
En el mundo actual, dominado por la ideología neoliberal, la mayoría de las personas consideran que una buena parte de la felicidad consiste se consigue alcanzando cierto éxito personal, que casi siempre va acompañado por la posesión de dinero.
El capitalismo incrementa los deseos, pero reduce la posibilidad de satisfacerlos. Todos quieren ser grandes empresarios y que sus empresas tengan éxito, pero pocos lo consiguen, debido a los sencillos principios de la competencia: cuantas más empresas, más competencia. Cuanta más competencia, menos posibilidades de satisfacer esos deseos de poder y éxito. El simple funcionamiento del sistema impide que todo el mundo pueda estar “económicamente satisfecho”. Es un sistema basado en la desigualdad, como más adelante analizaremos.
Basado en la desigualdad y, además, basado exclusivamente y de forma preocupante en el dinero. El dinero lo es todo en la sociedad de hoy en día, lo cual es un éxito del sistema, que ha conseguido que todos nos comportemos como capitalistas. Desde las clases más altas (que es lógico que actúen como capitalistas), hasta, incluso, las clases más bajas. Y ahí es donde está parte del problema: en que los obreros y gente de clase media-baja se comportan como auténticos capitalistas.
Es normal que los grandes empresarios y gente del poder mueva el dinero y busque ganar más. Está en sus genes. Pero, ¿por qué ha de una familia de clase media entrar en el juego de la Bolsa o de la especulación? ¿Por qué un trabajador normal iba a comprarse una casa más para luego venderla a más precio? ¿Por qué la gente de las clases sociales normales y medias se comportan como los de las altas?
Todo es por el dinero. La simple idea de que existe la posibilidad de ganar un poco más de dinero seduce a la mayoría de las personas, que ven bien jugar con sus ahorros en el complicado juego bursátil, con el objetivo de meter 5000 y sacar 5100. De esta forma caen en la trampa y se adentran en el sistema, en busca del éxito personal. “Si gano más, tendré más éxito”. Con esta simple reflexión el sistema ha conseguido entrar no sólo en los bolsillos de las personas, sino también en sus cabezas. Actuamos y pensamos como auténticos capitalistas.
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José Luis Sampedro, economista y humanista español, denunciaba la importancia del dinero en el mundo actual. En una entrevista al conocido programa ‘Salvados’, de LaSexta, Sampedro se expresaba en estos términos:
“Esta sociedad tiene el dinero como referente básico. Y, como dijo Marx en su día, “este sistema capitalista lo convierte todo en mercancía”, y desde ese momento, todo el mundo prefiere tener dinero. El dinero ha pasado de ser un instrumento de cambio, útil e indispensable, a convertirse en un referente absoluto.”
Como muy bien dice Francisco Álvarez Molina, “no creo que el ser humano nazca sabiendo que objetivo de su vida es ganar dinero; eso se lo enseñan”.
4. Un sistema basado en la desigualdad
En 1930 el economista estadounidense John Maynard Keynes escribió Las posibilidades económicas de nuestros nietos, un ensayo en el que el reputado economista predecía que en el año 2030 las sociedades industrializadas habrían progresado tanto que la mayoría de sus ciudadanos se dedicaría fundamentalmente al ocio, con una jornada laboral
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