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Tipos de suelos en mexico


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2015  •  Ensayos  •  3.287 Palabras (14 Páginas)  •  283 Visitas

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La geología es esencialmente historia. El suelo, la parte exterior de la corteza terrestre, está constituida  por una capa de material fragmentado. Es un sistema complejo el cual se forma por la internación continua de la materia.

En México los tipos de suelos como los leptosoles, regosoles y calcisoles ocupan gran parte de nuestro país lo cual impide un mejor aprovechamiento agrícola en el norte del país. Los suelos fértiles ocupan un mínimo porcentaje, lo cual hace una mayor explotación principalmente al sur de nuestro país.


TIPOS DE SUELOS EN MEXICO

El territorio que hoy es México ha sufrido una compleja historia geológica. Áreas considerables del territorio nacional emergieron del fondo oceánico, como casi todo el oriente del país; mientras que otras han sido conformadas, en gran medida, por la actividad volcánica, como el cinturón de volcanes que corre de Colima hacia el centro de Veracruz, así como la península de Baja California que ahora lentamente se separa del resto del territorio. En nuestro país coexisten rocas que datan de millones de años con suelos que no han cumplido una decena de años. Producto de esta historia geológica es la alta diversidad de rocas, con características y orígenes distintos, que han interactuado de formas diferentes con el agua, el clima y la biota que habita en su región, dando como resultado una capa superficial muy importante para la vida conocida como suelo.

Los Histosoles y Antrosoles, de origen orgánico, o formados por influencia humana, son difíciles de separar en las zonas lacustres de Xalatlaco, Estado de México y en las chinampas de Xochimilco, Distrito Federal.

 Los Andosoles, desarrollados sobre materiales volcánicos se orientan principalmente hacia las sierras volcánicas o estratovolcanes aislados del Eje Neovolcánico y en algunos casos a lomeríos de basalto o de aluvión antiguo.

 

Los Arenosoles formados generalmente a partir de rocas de textura gruesa o por transporte eólico de arenas, están distribuidos principalmente en campos de dunas y llanuras desérticas de los Llanos de la Magdalena, en los médanos del norte de Chihuahua y en los Desierto de Altar y el Vizcaíno. Los Gleysoles se distribuyen principalmente en Llanuras aluviales costeras de tipo inundable en Veracruz y Tabasco. Los Fluvisoles pueden tener dos orígenes principales: los abanicos fluviales en bajadas y terrazas de la Península de Baja California, o por influencia de escurrimientos y desbordamientos frecuentes en áreas con importante caudal.

Los Acrisoles son encontrados alternadamente con Plintosoles y Luvisoles hiperdístricos en las zonas más tropicales de las Sierras Orientales de Oaxaca, Sierra de los Tuxtlas y Sierra Sur de Chiapas. Los Ferralsoles y Plintosoles están aún en proceso de reconocimiento cartográfico regional aunque se tienen fuertes evidencias de su aparición: los primeros en las regiones más lluviosas de México, con más de 4500 mm de precipitación anual en la Sierra Norte de Chiapas, los segundos en climas más secos y que en la época anterior fue un climas más húmedo. Los Lixisoles ocupan apenas el 0.06% de los suelos dominantes, sin embargo ocupan una gran parte de la estratégica zona tequilera conocida como el triángulo de oro del Agave, que comprende una gran meseta entre Atotonilco, Tepatitlán, Arandas y Jesús María, dentro de los Altos de Jalisco.

Los Solonchaks se distribuyen en llanuras costeras salinas asociadas con ciénegas, deltas, playas y barras; también en vasos lacustres y llanuras desérticas como la Laguna de Mayrán (donde también se encuentran frecuentemente Solonetz). Los Gypsisoles se distribuyen en las llanuras desérticas de Coahuila y el norte de San Luis Potosí, así como zonas bajas de la Sierra de la Paila.

Los Durisoles y Planosoles forman complejos edáficos muy difíciles de separar aún en escalas más detalladas que 1:250,000, esto ocurre especialmente en las llanuras de piso cementado y algunas mesetas basálticas bien erosionadas en los Altos de Jalisco y las Llanuras de Ojuelos y Aguascalientes.

Los Kastañozems y Chernozems se localizan en las llanuras semidesérticas dela Mesa del Centro, y la Llanura Costera Tamaulipeca. Existen vestigios de Criosoles en las zonas de reciente deshielo en los Volcanes Popocatépetl, Iztaccíhuatl y Pico de Orizaba. También existen suelos que cumplen los criterios de diagnóstico de WRB para el grupo Podzol en los Bosques Mesófilos de la Sierra Norte de Oaxaca sin embargo, los datos no son suficientes para representar cartográficamente los grupos Criosol y Podzol a escala regional.

En términos de conservación ambiental, la diversidad morfológica de los suelos (profundidad, densidad aparente y estado del carbono orgánico) hace posible que México disponga de una reserva aproximada de 13 mil millones de toneladas de CO concentrada en siete lugares estratégicos para su preservación: la Sierra Juárez y la selva de los Chimalapas en Oaxaca, las Sierras Volcánicas de Michoacán y el Estado de México, el Carso Huasteco, la región de Chiconguiaco en Veracruz, las cañadas de la Sierra Madre Occidental, las hondonadas y costa norte de la Península de Yucatán, así como la selva lacandona y la Reserva del Triunfo en la Sierra Norte de Chiapas.

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ESTRUCTURA Y TEXTURA DE LOS SUELOS.

En el horizonte A del suelo predomina la fábrica textural. En el horizonte B hay equilibrio entre textura y estructura. En el horizonte C predomina la fábrica estructural. Los horizontes A00 y A0 son suelo residual incompetente para fundaciones, donde no se reconoce la macro fibra de la roca. Los horizontes A1, A2 y A3 son roca completamente meteorizada donde se conservan los rasgos de la roca. Estos son los horizontes VI y V, yendo de la superficie hacia abajo. En ellos la estabilidad está gobernada por al fábrica textural. El horizonte B1, y en ocasiones B2, muestra roca altamente meteorizada con fragmentos desmenuzables. Este es el horizonte III donde el suelo predomina sobre la roca. El horizonte B3, y en ocasiones B2, muestra roca moderadamente meteorizada con fragmentos no desmenuzables. Este el horizonte IV, donde la roca predomina sobre el suelo. El horizonte C muestra en la parte superior roca débilmente meteorizada y en la parte inferior roca fresca competente para fundar. Se requieren explosivos para excavar este horizonte. Estos son los horizontes V y VI respectivamente, en los que predomina la fábrica estructural. La roca como material primario de los suelos tiene un alto grado de variabilidad, la que se manifiesta en las características físicas, químicas y estructurales de los suelos. Así, si un granito da origen a suelos arenosos, el basalto, a suelos arcillosos. En el primer caso predomina el cuarzo y la acidez del suelo, y en el segundo disminuyen, dando paso al hierro, al aluminio y a los minerales básicos. Estructuralmente, los agregados de partículas de suelo, en los que participan arenas, limos y arcillas, se forman merced a la arcilla y la materia orgánica que actúan como cementantes de los “terrones”. De la proporción de partículas finas en el suelo, se crearán condiciones más o menos favorables para el movimiento de agua capilar, existirá o no un buen drenaje del suelo y se tendrá un suelo de relativa plasticidad, nivel de cementación y porosidad. La fertilidad del suelo, es decir, la presencia de elementos nutrientes para las plantas, depende no sólo de la roca madre, y minerales presentes, sino de los niveles de alteración que alcancen. La fertilidad, se puede traducir en productividad si las condiciones físicas y químicas garantizan elementos nutritivos abundantes al alcance de las plantas. Los suelos arcillosos, de pobre aireación, de capa freática alta y fluctuante, crean dificultades para el buen desarrollo radicular.

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