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Cesar Vallejo


Enviado por   •  8 de Junio de 2015  •  1.961 Palabras (8 Páginas)  •  261 Visitas

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Gran poeta universal y narrador

comprometido con su realidad

César Vallejo es el más grande y universal de

los poetas peruanos, el creador que renovó el

vocabulario y los temas de la poesía en castellano,

el escritor que se planteó lucidamente el

problema de las limitaciones del lenguaje poé-

tico como vehículo de expresión estética e íntima.

Fue un artista e intelectual que durante

toda su vida tuvo que desarrollar su labor luchando

arduamente contra la pobreza y la incomprensión.

Vino al mundo un día de marzo...

Fue profesor de Ciro Alegría

El romanticismo en la literatura castellana

Los bohemios de Trujillo y su influencia sobre

Vallejo

El Grupo Norte y la Universidad de Trujillo

Los amigos más queridos del “Cholo Vallejo”

Un afán de renovación que se extiende por todo

el Perú

Chocan violentamente con los gustos locales

Nace un “joven poeta preciosista”

Un estilo que produce desconcierto y escándalo

El “Cholo Vallejo” no se amilana ante el sarcasmo

Alista los originales de los “Heraldos Negros”

Viaja a Lima y pide un prólogo a Valdelomar

Es profesor en el colegio Guadalupe

Decide publicar su libro sin el prólogo de

Valdelomar

Un nostálgico viaje a su terruño

Gana el concurso de Entre Nous y

aparece su obra “Fabla Salvaje”

Dos jóvenes amigos que viajan a Europa lleno

de ilusiones

París y Rusia

La felicidad parecía sonreírle

Lo expulsan de Francia y se refugia en Madrid

Vallejo y la guerra civil española

“España, aparta de mí este cáliz”

Penurias económicas que no le impiden seguir

creando

“¡Allí!... pronto... navajas... me voy a España”

Personajes - 319

César A. Vallejo 1892-1938

Vino al mundo un día de marzo...

César Abraham Vallejo Mendoza nació en Santiago de Chuco, peque-

ña ciudad de la sierra de la Región La Libertad. Vino al mundo en marzo

de 1892, pero no hay seguridad sobre la fecha exacta, pudiendo haber

sido los días 6, 15, 16 ó 19 según sus biógrafos mejor documentados

y más cuidadosos. Sus padres, don Francisco Vallejo y doña María

de los Santos Mendoza, eran gente sencilla y de modesta condición

económica. César Abraham tuvo diez hermanos, y él era el menor. Sus

abuelos fueron dos sacerdotes españoles y sendas campesinas indias

del lugar, conforme lo manifestaba el mismo Vallejo.

Recibió la educación primaria en una pequeña escuela estatal de Santiago

de Chuco. Fue un excelente alumno, y como demostró poseer

clara inteligencia, sus padres lo enviaron a la cercana ciudad andina

de Huamachuco a estudiar secundaria en el centenario Colegio Nacional

de San Nicolás.

Fue profesor de Ciro Alegría

Al terminar su educación secundaria, visitó temporalmente Lima en

1911. En 1913 ingresó a estudiar Letras en la Universidad Nacional de

La Libertad, en Trujillo, fundada casi un siglo antes por el Libertador Simón

Bolívar. Para solventar sus gastos mientras estudiaba en la universidad,

trabajó como profesor de primer año de educación primaria.

Uno de sus pequeños alumnos en el Colegio Nacional San Juan, de

Trujillo, fue un niño recién bajado de las frías serranías a la cálida capital

liberteña, vecina al mar. Treinta años después, ese niño -siendo ya

el célebre novelista Ciro Alegría- rememora emocionado la figura llena

de tristeza de su joven maestro, que pronunciaba el castellano con

una peculiar entonación andina; un buen maestro y un maestro bueno,

que combinaba sus afanes didácticos con una cálida ternura, y cuya

fama citadina de poeta bohemio contrastaba con la cierta indiferencia

de sus serios y formales colegas.

El romanticismo

en la literatura castellana

En 1915, a los veintitrés años, se graduó de bachiller en

Filosofía y Letras, especialidad de Literatura, con una tesis

sobre “El Romanticismo en la literatura castellana”,

editada en Trujillo ese mismo año. Era entonces un joven

estudiante pobre, que escribía versos, usaba la clásica

melena bohemia, y dudaba mucho entre dedicarse de

lleno a la literatura o asegurar su futuro económico con

una carrera liberal. En todo caso, prudentemente, tras su

graduación como bachiller en Letras, comenzó a estudiar

Derecho, carrera que siguió hasta 1918.

Los bohemios

de Trujillo y su

influencia sobre

Vallejo

Vallejo quizá hubiera terminado

como un buen abogado provinciano,

culto y aficionado a la poesía,

si en 1916 Antenor Orrego

(1898-1961), joven cajamarquino

que estudiaba Filosofía en la misma

universidad, no hubiese formado

un entusiasta grupo de jó-

venes con aficiones literarias, artísticas

e intelectuales. El grupo

originalmente se llamó "Los bohemios

de Trujillo", pero la crítica

terminó bautizándolo como "Grupo

Norte", por el diario "El Norte",

en el cual Orrego habría de desarrollar

una fructífera labor de promoción

cultural. Años después,

en sus páginas habría de aparecer

la mayor parte de los artículos que

Vallejo escribió en París para poder

sobrevivir.

Fachada actual de la casa de Vallejo, en

Santiago de Chuco (Región La Libertad).

320 - César A. Vallejo

Personajes

El Grupo Norte y la

Universidad de Trujillo

Sus miembros más destacados fueron el propio Orrego -su fundador y

mentor-, César A. Vallejo -como entonces firmaba-, su amigo José Eulogio

Garrido, Oscar Imaña (1901-1965), Alcides Spelucín (1897-

1979), autor del poemario “El libro de la nave dorada”, editado en Lima

en 1926, Juan José Lora (1903-1961) que publicó su libro “Lydia en

Trujillo”, en 1929, Nicanor de la Fuente (1904-1980), Francisco Xandoval

(1902-1960) autor de “Las canciones de Maya”, editado tardíamente

en 1941 en Piura, Luis Valle Goicochea (1908-1954), autor de

“Las canciones de Rinono y Papagil” (Lima, 1932), una de las primeras

obras peruanas de literatura infantil, y los pintores Macedonio de la Torre

y Federico Esquerre. Y muchos otros. Casi todos habrían de lograr

prestigio nacional o regional, y la obra de algunos alcanzaría prestigio

internacional, como en el caso de Vallejo, Spelucín, Orrego y Macedonio

de la Torre.

César Vallejo con el mentón apoyado sobre su mano derecha. Era su pose

habitual para la meditación y la creación literaria.

1892

1913

1915

1918

1919

1920

(Marzo)

César Abraham Vallejo

Mendoza nace en

Santiago de Chuco,

La Libertad. Fue hijo

de don Francisco

Vallejo y de doña

María de los Santos

Mendoza.

César A. Vallejo

ingresa a la Universidad

Nacional La Libertad,

de Trujillo, para

estudiar Letras.

Se gradúa como

bachiller de Filosofía

y Letras con la tesis:

“El Romanticismo en

la literatura castellana”,

que dicha universidad

publica ese mismo año.

Abandona sus estudios

de Derecho en la

Universidad Nacional

La Libertad, de Trujillo.

Concluye los originales

de su obra “Los

Heraldos Negros”.

Viaja a Lima y se

matricula en la Facultad

de Letras de la

Universidad

Nacional Mayor de San

Marcos, en la sección

doctoral. Ese mismo

año publica su libro

“Los Heraldos Negros”,

con prólogo escrito por

Abraham Valdelomar.

Retorna por breve

tiempo a Santiago

de Chuco, pero por

un curioso incidente

en el que mueren cuatro

personas es detenido

y recién sale en libertad

el 26 de febrero de

1921.

El personaje y su tiempo

Personajes - 321

César A. Vallejo 1892-1938

Los amigos más queridos

del "Cholo Vallejo"

Los amigos más cercanos al "Cholo Vallejo", como lo llamaban

cariñosamente, eran entonces Orrego, Garrido,

Spelucín, Imaña y el futuro político Víctor Raúl Haya de

la Torre. No quisieron constituir un círculo de cofrades

reunidos para autodefensa y mutuo elogio ante la indiferencia

o agresividad del medio, aunque Trujillo distaba

mucho de ser un medio especialmente propicio para

su desarrollo y florecimiento. No. Era un grupo de jóvenes

provincianos, muchos de ellos de la sierra, pobres o

de clase media, inteligentes y apasionados, que querían

independizarse de la tutela espiritual de la vieja Lima. Ya

en París extenderá su lista de amigos.

Un afán de renovación

que se extiende

por todo el Perú

Conformaban una generación rebelde, que cuestionaba

radicalmente las ideas estéticas y políticas vigentes, y

que dirigía una escrutadora e insobornable mirada crítica

de análisis, simpatía y compromiso sobre la realidad

peruana, desde nuevas perspectivas artísticas y sociales.

El gesto regional de los norteños logró inmediato eco en

Arequipa, y luego en Cusco y Puno, donde los jóvenes

estudiantes se agruparon imbuidos de un serio afán de

renovación.

Chocan violentamente

con los gustos locales

Vallejo se integró entusiasmado al grupo, y sintiéndose como pez en el

agua dedicó más tiempo a escribir, alejándose poco a poco de sus estudios

de Derecho. Como suele suceder cuando aparece una escuela,

corriente o movimiento cultural novedoso, los gestos, palabras y obra

de esos jóvenes y rebeldes artistas norteños chocaron violentamente

con los gustos locales. La sociedad trujillana reaccionó ignorándolos o

mirándolos y escuchándolos con cierta indiferencia o desconfianza

ante una obra que no lograba valorar ni comprender. A pesar de ello,

las propuestas y trabajos iniciales de los miembros del grupo comenzaron

a ser aceptados en los diarios "La Industria" y "El Norte", las revistas

locales, y aun en las importantes revistas limeñas "Variedades" y

"Mundial".

Nace un

“joven poeta

preciosista”

En 1916, el poeta Juan Parra del

Riego escuchó a Vallejo recitar

sus versos, y viendo en él una

promesa lo calificó como "joven

poeta preciosista". Alentado por

ese reconocimiento y por el entusiasmo

de sus camaradas, Vallejo

envió a la muy conocida revista

limeña "Variedades" su soneto:

"El poeta a su amada".

Más para el acordeón

y la ocarina que

para la poesía

El director de la revista “Variedades” era el

refinado escritor limeño posmodernista

Clemente Palma, autor de los celebrados

“Cuentos Malévolos”, y crítico respetado y

temido. En el siguiente número de la revista,

en lugar del soneto del espontáneo colaborador

provinciano, el director insertó

como respuesta una pequeña nota que se

alza como un monumento a la incomprensión

y crueldad del crítico: Don Clemente

le decía a Vallejo que su soneto "lo

acredita(ba)... más para el acordeón y la

ocarina que para la poesía...", y tras otras

crudas y ácidas palabras de burla y censura,

y terminaba afirmando que "mantenía

en secreto el nombre del poeta... para evitar

que sus airados y avergonzados paisanos

lo cogieran para tenderlo como durmiente

en el ferrocarril de Trujillo a Malabrigo".

322 - César A. Vallejo

Personajes

Un estilo que produce desconcierto

y escándalo

Pero las audaces metáforas y el especial manejo del idioma en este

poema estaban tan alejados del estilo refinado, florido o grandilocuente

y académico de la poesía de Rubén Darío ("el de las piedras preciosas")

y de José Santos Chocano ("el Cantor de América"), que no solo

no fue aceptado, sino que produjo desconcierto y escándalo.

El "Cholo Vallejo" no se amilana

ante el sarcasmo

El "Cholo Vallejo" no se amilanó ante el sarcasmo del crítico limeño

Clemente Palma, y quizás sonriendo con pena por quienes lo hacían

víctima de la doble conspiración del silencio y del "elogio en contra",

siguió escribiendo... A mediados de 1917, la revista "Mundo limeño",

en la que Abraham Valdelomar era la máxima autoridad en cuestiones

literarias, le publicó otro soneto, titulado “Ausente”.

Alista los originales

de “Los Heraldos Negros”

Ambos sonetos eran de buena calidad, y resultaban un prometedor anticipo

del libro primogénito que ya se veía venir.

Pero quizás por el tono romántico de su tristeza o por su carácter anecdótico,

esos poemas no fueron debidamente valorados, como tampoco

lo habían sido los que publicó en otras revistas.

A pesar de la indiferencia en Trujillo y en Lima, el joven Vallejo siguió

publicando poemas sueltos. Al año siguiente, los originales de su primer

libro estaban listos para editarse, con el título de “Los Heraldos

Negros”, el subtítulo (Poemas), y al pie de página la fecha: 1918. Lo firmaba

como César A. Vallejo.

Entonces, aconsejado quizás por el dinámico y avizor Orrego, Vallejo

decidió dejar sus estudios de Derecho y dedicarse definitivamente a la

literatura.

Luego, ante la indiferencia y pequeñez del medio, y buscando otra vez

un ambiente más favorable, abandonó Trujillo y tomó un barco con

rumbo al Callao.

1922

1923

1928

1929

1930

1931

1938

(Mayo)

Vallejo gana

un concurso literario

con su cuento

“Más allá de la

vida y la muerte”.

Meses más tarde

publica su libro

“Trilce”, con prólogo

de Antenor Orrego.

Publica su

libro “Fabla Salvaje”.

(17 de junio)

Viaja a Europa.

Vallejo visita

Rusia.

Se casa con

Georgette Philipard,

con quien viaja por

varios países

de Europa.

Lo expulsan de

Francia y se

refugia en España.

Publica en Madrid

su libro “Rusia en

1931, reflexiones

al pie del Kremlin”.

(15 de abril)

César Vallejo

muere en París,

en la clínica

Boulevard Arago,

a las 9 de la mañana.

Se publica sus libros

“Poemas humanos”

y “España, aparta

de mí este cáliz”.

El personaje y su tiempo

Personajes - 323

César A. Vallejo 1892-1938

Viaja a Lima y pide

un prólogo a Valdelomar

Se instaló en Lima, en una modesta pensión en la calle Acequia Alta, en

el centro o parte antigua de la ciudad de los virreyes. Buscó a Abraham

Valdelomar, a quien admiraba y respetaba, y entregándole una copia de

los originales de su primer libro, le solicitó que le escribiera el prólogo.

Valdelomar aceptó, aunque en esa época estaba inmerso en una activa

vida política.

Mientras esperaba el prólogo de Valdelomar, Vallejo se matriculó en la

sección doctoral, año de 1919, de la Facultad de Letras de la Universidad

Nacional Mayor de San Marcos. Esta funcionaba entonces en la vieja casona

del Parque Universitario, a seis cuadras de la pensión donde vivía.

Es profesor del colegio

Guadalupe

Nuevamente, para poder mantenerse y seguir estudiando, comenzó a

trabajar como profesor. Esta vez sería en el Colegio Nacional de Nuestra

Señora de Guadalupe, cuyo local estaba a nueve cuadras de su pensión.

Vallejo tenía ya veintisiete años, aunque en su matrícula sanmarquina

aparece como de veintitrés.

Decide publicar

su libro sin el

prólogo

de Valdelomar

Inesperadamente, en abril, Valdelomar

sufrió un trágico accidente

en Ayacucho, a donde había viajado

para asistir al congreso regional,

sin haber tenido tiempo

para escribir el prólogo solicitado.

Vallejo decidió no perder más

tiempo y publicó de inmediato

(primer semestre de 1919) “Los

Heraldos Negros”, su poemario

primigenio, sin prólogo, manteniendo

en la portada la fecha inicialmente

prevista (1918) y su

nombre como César A. Vallejo.

César Vallejo y otros intelectuales, con ropa de gala de las primeras décadas del siglo veint

...

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