Emiliano Zapata

De los líderes de la Revolución Mexicana, Emiliano Zapata es sin duda el más recordado y uno de mis favoritos, pues lejos de la fama de bandolero que tenían figuras como Francisco Villa o de dictadores como Victoriano Huerta, o una carrera pronto segada como la de Francisco I Madero, el morelense se ubica como un símbolo querido y respetado por el connacional, pero como en todas las grandes historias, existe una tela negra que cubre algunas de las realidades del héroe. Zapata sabía por lo que estaba luchando y supo dirigir de forma correcta un grupo de hombres armados durante varios años.

No se sabe con exactitud la fecha de nacimiento de Emiliano Zapata, pero la más aceptada es el 8 de agosto de 1879. Como noveno hijo de la familia formada por Gabriel Zapata y Cleofás Salazar, la historia cuenta que desde niño trabajó como peón y aparcero, por lo cual su educación formal era pobre. Desde los 13 años, los hermanos Zapata quedaron huérfanos y tuvieron que hacerse cargo de un pedazo de tierra y unas cabezas de ganado.

La rebeldía de Zapata se despertó gracias a la política rural y agraria del entonces presidente Porfirio Díaz, que arrebataba a los campesinos la propiedad de su tierra para dar lugar a la expansión de los terratenientes, lo que provocó que el morelense se levantara en armas en su población, y más tarde se uniera a los líderes revolucionarios.

Frente a la ambición sin escrúpulos o la inconsistencia ideológica de Pancho Villa o Pascual Orozco, y frente a una idea de revolución más ligada a la guerra por el poder que a la transformación social, Emiliano Zapata se mantuvo fiel a sus ideales de justicia y dio absoluta prioridad a las realizaciones efectivas. Desgraciadamente, esa misma firmeza y constancia frente a los confusos vientos revolucionarios determinaron su aislamiento en el estado de Morelos, donde acometió fecundas reformas desde una posición de virtual independencia que ningún gobierno podía tolerar. Su asesinato, instigado desde la presidencia, conllevó la rápida disolución de su obra y la exaltación del líder, que entraría en la historia como uno de los grandes mitos revolucionarios del siglo XX.

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