Hugo Rafael Chavez Frias

PRÓLOGO

Hablar de Hugo Rafael Chávez Frías nos lleva a pensar en un ideólogo, cuyos pensamientos buscaban en todo momento ideales de integración, de la investigación de modelos, que más allá de ser réplicas de otros existentes, pudieran ser modelos innovadores y fuesen implantados en nuestras sociedades. Lo que buscaba era la internalización de los mismos para de un modo u otro, con aciertos y errores, consiguiéramos ese ideal de identidad, que nos llevase a los albores del progreso y del bienestar de nuestros conciudadanos.

Pero como todo inicio, conseguir este nivel de conciencia no fue logrado en base a una presencia divina sino en base a experiencias y la presencia de personas que influyeron en la manera en que este personaje con la limitada visión de un joven proveniente del campo, pero con una gran percepción de lo social sobre las masas, le llevaría a convertirse en uno de los personajes más influyentes a nivel mundial en su momento cúspide y que a pesar de su deceso, ha dejado raíces profundas sobre seguidores y adversarios, que vieron en él un reflejo de los deseos de una justicia social venida a menos por mala gestión de los recursos, que decían eran nuestros, pero que no conseguían dar esa mayor cantidad de felicidad posible, a las personas de nuestro país.

De una vida de campo, transcurrida como se acostumbraba por aquellos días en compañía de familiares que ayudaban a hacer menos los esfuerzos por mantener a sus hijos, pasando por mudanzas que consiguieron mejorar el nivel de vida de una numerosa familia, avanzando como muchos muchachos de su época entre la necesidad de realizar sus sueños como deportistas, comerciantes y/o continuar sus estudios, transcurre la vida de Hugo Chávez.

Hasta llegar a decidirse por la carreras de las armas. Es allí donde sus sueños cambian y despiertan en él los deseos de llevar adelante procesos, que con discreción y el acompañamiento de compañeros de armas, llevaron a lo que hoy conocemos como a un personaje de corte no solo latinoamericano, sino global, que ha influido en la forma de cómo vernos a nosotros mismos como parte de un mundo de iguales.

La visión que lo llevó a revelarse, lo enrumba a caminos conocidos como clandestinos, acompañado por personajes de la izquierda, cuya lucha ya era harto conocida por los estamentos en el poder, pero que no develaron sino hasta su protagonismo en el fallido golpe de estado del 04 de febrero de 1992, cuál era su posición con respecto a un poder, al cual pertenecía, pero que no apoyaba en su proceder en lo que respecta a como llevaba adelante la economía del país y de cómo la corrupción provocó los eventos ya conocidos del 27 de febrero de 1989.

De cómo la cárcel y las razones que llevaron a su libertad se conjugaron para finalmente llevarlo al poder y de cómo llevó adelante proyectos que continúan en la actualidad. Todo esto es parte del contenido de esta biografía, que finalmente quiere mostrar a este líder multifacético (Carismático, autócrata transformacional, transcendental y sobre todo humanista y político) que transformó la forma de ver la política, e hizo hasta su muerte, un fuerte, en contra del “fin de las ideologías”.

Datos de su vida Personal:

Nacimiento, infancia, estudios.

Hugo Rafael Chávez Frías nació el 28 de julio de 1954 en la población de Sabaneta, Municipio Alberto Arvelo Torrealba del Estado Barinas. Es el segundo de los seis hijos del hogar formado por Hugo de los Reyes Chávez y Elena Frías, ambos maestros de educación primaria. Creció en un ambiente humilde, por lo que a corta edad, sus padres lo llevaron con su abuela paterna, Rosa Inés Chávez, para que se ocupara de su crianza.

La señora Rosa Inés cuidó de los dos hermanos mayores, y fue ella quien les enseñó a leer y a escribir. El niño Hugo ayudaba a la economía familiar vendiendo dulces de lechosa (fruta bomba), conocidos como “arañas”. Por eso se le conocía como el “arañero” de Sabaneta.

A veces iba en burro a visitar a su abuela materna y a una partera que lo recibió a él y a sus cinco hermanos .en Los Rastrojos, un pueblo vecino que le parecía una ciudad porque tenía una plantita eléctrica con dos horas de luz a primeras horas de la noche.

Desde joven se volvió un aficionado al béisbol, su madre quería que fuera cura, pero sólo llegó a monaguillo, y tocaba las campanas con tanta gracia que todo el mundo lo reconocía por su repique. "Ese que toca es Hugo", decían. Poseía inclinaciones por la pintura, la música, la escritura creativa y el teatro.

Estudios:

En 1960 comenzó sus estudios primarios en el grupo escolar Julián Pino; en su primer día de escuela a Hugo no le permitieron entrar, porque no tenía zapatos: “Llevaba unas alpargatitas viejas, las únicas que tenía. La abuela lloraba porque no le alcanzaban el dinero para comprarle zapatos”, contó la tía de Chávez, Joaquina Frías.

Estudió la secundaria en el Liceo Daniel Florencio O’Leary, del Estado de Barinas, y el 8 de agosto de 1971 ingresó en la Academia Militar de Venezuela, Fue el octavo de una promoción de 75 cadetes .donde desarrolló su pasión por la historia de su país.

Inspiración y artes:

Entre los libros de sus padres encontró una enciclopedia providencial, cuyo primer capítulo lo sedujo de inmediato: "Cómo triunfar en la vida". Era en realidad un recetario de opciones, y él las intentó casi todas. Como pintor asombrado ante las láminas de Miguel Ángel y David, se ganó el primer premio a los doce años en una exposición regional.

Como músico, se hizo indispensable en cumpleaños y serenatas con su maestría del cuatro y su buena voz. Como beisbolista llegó a ser un cátcher de primera. La opción militar no estaba en la lista, ni a él se le habría ocurrido por su cuenta, hasta que le contaron que el mejor modo de llegar a las grandes ligas era ingresar en la Academia Militar de Venezuela.

Su primer conflicto consciente con la política real fue la muerte de Allende en septiembre de 1973. Dentro de este contexto, James Petras define a Chávez de “político realista dispuesto a hacer uso de las prerrogativas del poder Ejecutivo para defender las reglas de la democracia popular”. Durante su juventud Chávez siempre fue un hombre inquieto y gran defensor de los valores más puros que existen en la nación, (parafraseando aquí una de las letras del folclore Venezolano, de Reinaldo Armas).

En 1974 viajó a Perú para participar en las conmemoraciones por el 180 aniversario de la Batalla de Ayacucho.

Desde muy joven, por casualidad, descubrió que su bisabuelo no era un asesino de siete leguas, como decía su madre, sino un guerrero legendario de los tiempos de Juan Vicente Gómez, (Pedro Pérez Delgado. El que llamaban Maisanta el último hombre a caballo). Fue tal el entusiasmo de Chávez que decidió escribir un libro para reivindicar su memoria.

Escudriñó archivos históricos y bibliotecas militares, y recorrió la región de pueblo en pueblo con un morral de historiador para reconstruir los itinerarios del bisabuelo por los testimonios de sus sobrevivientes. Desde entonces lo incorporó al altar de sus héroes y empezó a llevar el escapulario protector que había sido suyo.

Uno de aquellos días atravesó la frontera sin darse cuenta por el puente de Arauca y el capitán colombiano que le registró el morral encontró motivos materiales para acusarlo de espía: llevaba una cámara fotográfica, una grabadora, papeles secretos, fotos de la región, un mapa militar con gráficos y dos pistolas de reglamento .Los documentos de identidad, como corresponde a un espía, podían ser falsos. La discusión se prolongó por varias horas en una oficina donde el único cuadro era un retrato de Bolívar a caballo.

Hasta que se le ocurrió la frase salvadora:

"Yo estaba ya casi rendido, pues mientras más le explicaba menos me entendía." "Mire, mi capitán, lo que es la vida: hace apenas un siglo éramos un mismo ejército, y ése que nos está mirando desde el cuadro era el jefe de nosotros dos. ¿Cómo puedo ser un espía?" El capitán, conmovido, empezó a hablar maravillas de la Gran Colombia, y los dos terminaron esa noche bebiendo cerveza en una cantina de Arauca. A la mañana siguiente, con un dolor de cabeza compartido, el capitán le devolvió a Chávez sus enseres de historiador y lo despidió con un abrazo en la mitad del puente internacional.

En 1977, tras recibir capacitación en la Escuela de Comunicación y Electrónica de la Fuerza Armada, obtuvo nombramiento como oficial de comunicaciones en el Centro de Operaciones Tácticas (COT) sito en San Mateo, estado de Anzoátegui..

Su desempeño en numerosas responsabilidades profesionales y su estrecho contacto con distintas comunidades le permitieron vivenciar el drama político y social que padecía la República en esos tiempos, motivando en su ser, la búsqueda de nuevas alternativas que respondieran a la crisis política y económica que embargaba a la Nación.

Matrimonios e hijos:

Se casó dos veces. La primera con Nancy Colmenares, (1977) mujer de una familia humilde maestra infantil de Sabaneta de Barinas, 15 años duró su vínculo conyugal con la que tuvo tres hijos: Rosa Virginia, María Gabriela y Hugo Rafael. Al mismo tiempo, mantuvo una relación sentimental con la historiadora Herma Marksman, afín ideológicamente, que duró alrededor de diez años. Luego contrajo matrimonio con la periodista Marisabel Rodríguez, madre de su última hija, Rosinés y quienes se separaron para el año 2003.

Vida Militar

Para

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