LA AUTONOMIA EUDND

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El aprovechamiento de estos valiosos recursos está directamente relacionado con la capacidad de integración por parte de los centros educativos, pero todas estas realidades, y más, alimentan una imagen de escuela colonizada. El discurso escolar actual presenta unas características defensivas frente a la presión externa, lo que se traduce en una creciente proletarización ideológica y técnica del profesorado. Algunos autores expresan dichas realidades con la imagen de escuela supermercado. Los tres factores que más contribuyen a despersonalizar la escuela son: a) el acrítico intervencionismo socioadministrativo, b) la presión del mercado, de la política y de las clases sociales, y, c) el individualismo del profesorado que vacía de contenido organizativo al centro educativo, limitando el alcance de su propio trabajo.

Es urgente invertir el proceso de colonización de la escuela que afecta, incluso, a la escuela privada concertada, donde ya hay indicios evidentes de "burocratización". Operar bajo el signo del subsidio público resta energías de creatividad, de innovación y de búsqueda de alternativas que fueron emblemáticas en algunas escuelas privadas hasta hace poco tiempo.

Sólo una escuela personalizada, consolidada internamente, socialmente respetada y apoyada administrativamente, puede hacer frente de forma adecuada a los desafíos educativos. El cambio de tendencia, una vez superadas las visiones reducidas y parciales, implica buscar un modelo nuevo de escuela a partir del supuesto de estrategias de reconstrucción de la escuela como organización, en el marco de la reconstrucción del Sistema Educativo en su conjunto.

La crisis contemporánea de la escuela como institución en cuanto a sus relaciones con el entorno sociopolítico y productivo procede de la interpretación reduccionista de dicha institución, así como de la instrumentalización de que ha sido objeto en los países occidentales. Desde el entorno sociopolítico, la escuela está permanentemente presionada a través de políticas de "arriba-abajo" que distorsionan el tiempo de la educación en los centros educativos. La escuela debe evolucionar a partir de sus propios supuestos: el tiempo educativo es diferente del tiempo político. Esta realidad provoca la desconfianza de la política hacia la escuela como instrumento de socialización del individuo, lo que se traduce en la reducción o la congelación de los presupuestos globales de educación.

Lo que caracteriza a la escuela como lugar de educación, donde el aprendizaje tiene lugar en un temposingular, es ofrecer un espacio de reflexión, de libertad, de ensayo/error. La educación tiene lugar en un marco de tiempo-ocio (otium) sujeto a una lógica del aprendizaje y de la creación que no puede distorsionarse. Dicha especificidad del espacio escolar contrasta fuertemente con el espacio sociopolítico caracterizado como lugar de producción y de competencia. La lógica de la producción tiene lugar en un marco de tiempo-negocio (nec otium) sujeto a la lógica de la necesidad.

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