Oraciones

ORACIÓN PARA RECIBIR LA PLENITUD DEL ESPÍRITU SANTO.

Oh Espíritu Santo de Dios, tómame como discípulo, guíame, ilumine, santifícame, guía mis manos para que no hagan ninguna maldad, No permitas que mis ojos la vean. Santifica mi corazón para que la maldad no resida en nosotros. Sé Tú mi Dios, sé Tú mi guía. Donde quiera que Tú me conduzcas, Yo iré. Cualquier cosa que tú me prohíbas, renunciaré. Y cualquier cosa que Tú me mandes, lo hare. Condúcenos entonces a la plenitud de la verdad.

ADSUMUS

Ante ti vendimos oh Espíritu Santo, oprimidos por el peso de nuestros pecados, reunidos en tu nombre. Ven a nosotros, permanece en nosotros. Por tu misericordia entra en nuestros corazones. Enséñanos lo que debemos hacer. Muéstranos la senda que debemos seguir. Lleva a cabo lo que debemos realizar. Se la única fuente de nuestra inspiración y el único autor de nuestras decisiones. Tu que solo son el PADRE y el HIJO posees el gloriosos nombre de DIOS, guárdanos de faltar contra la rectitud, tu que amas sumamente lo que es recto. Que la ignorancia no nos conduzca a la maldad. Que el éxito no nos afecte. Que no seamos corrompidos por sobornos o respetos humanos, júntanos a Ti y a la verdad. Por el don de tu gracia, que seamos uno contigo y nunca nos desviemos. De la verdad. Por lo tanto, congregados en tu nombre, guardando lo que es recto de todas las cosas, guíanos por el amor, realicemos nuestras decisiones sin apartarnos de ti, y en nuestros actos bien cumplidos nos ganen un premio eterno. Amen.

(La oración ADSUMUS se rezó antes de cada sesión del Concilio Vaticano II. Probablemente fue compuesta por Isidoro de Sevilla y rezada en el Concilio de Toledo en 633).

ORACIÓN MUY DEVOTA DEL GLORIOSOS PADRE SAN CIPRIANO (Abogado contra la hechicería y las malas intenciones)

CON LA PROVIDENCIAL AYUDA DE NUESTROS PADRES CELESTIALES, CON LA SANGRE INMACULADA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, CON EL PODER Y LA GLORIA DEL ESPIRITU SANTO, CON LA VIRGEN AUXILIO DE LOS CRISTIANOS, Y TODAS LAS JERARQUÍAS CELESTIALES, Y CON SAN MIGUEL, SAN RAFAEL Y SAN GABRIEL, TODOS LOS PRESENTES: ROMPEMOS Y DESTRUIMOS, todos los encantamientos y enlazamientos del espíritu maligno y todos los malos hechos y hechizos que hacen los malos hombres y malas mujeres de envidia o mala voluntad.

Desata todas las nubes del cielo para que caigan las lluvias sobre la tierra y la tierra de su fruto. Haz, Señor que todas las mujeres que estén en parto paran a sus hijos sin ninguna lesión y estos mamen la leche de sus madres; que todos los hombres y todas las mujeres a quienes fueron hechos hechizos de día o de noche, sean libres, absueltos por la gloria de tu Santo nombre. HUYA TODO ENEMIGO DE AQUELLA PERSONA QUE LLEVASE SOBRE SI TU ORACION O LA FUESE LEIDO POR TRES VECES, con ella tirado y desaparecido todo mal y aquello que pueda hacer daño y mal efecto y, Tu Señor, guárdame de noche y de día de todo el poderío del diablo y de todas las malas acechanzas. Tu cómo pusiste a Adán en el paraíso terrenal al principio del mundo, hiciste que saliesen cuatro ríos que se llaman: GANGAS, NILO, TIGRES Y EUFRATES, con los cuales mandaste a regar toda la tierra del mundo; fue abierta la piedra seca y dio agua de la cual bebieron los hijos de Israel; así Señor Todopoderoso, pon la mano llena de gracia sobre éste tu siervo(a)………….., sobre todas las personas que llevaran consigo esta oración , o la tuvieran en sus casas. Por Ti mi Señor Jesucristo sean amparadas, defendidas con sus casas, trabajos, estudios, negocios, hogares y todos sus bienes, el maldito diablo no tenga poderío sobre ellos ni les maltrate el ojo malo, la envidia ni los malos hechos que les hagan los malos hombres y malas mujeres, mas entre todas las cosas serán abatidas y anonadas por tu gran poder y por tu Santo Nombre de Dios Glorificados y ensalzado en los cielos y en la tierra, por tu ENMANUEL que es la palabra de Dios. No les dañen las SETENTA Y DOS QUE ESTAN REPARTIDAS POR EL MUNDO, cualquiera de sus contrarios que quieran empozarlos, sea maldito y excomulgado por la virtud del Santísimo Nombre, por el que descendió sobre Jerusalén, por las oraciones de todos los Santos que gozan de tu presencia y por la de los justos que te sirven en la tierra. Si alguno tuviese en asechanzas, no ose el enemigo maldito estar ni parecer a Él, y al contrario sea excomulgado con excomunión por San Pedro y San Pablo; por las oraciones de los Santos Patriarcas y Profetas, por la gloria de los Santos religiosos, por la hermosura de Eva, por el sacrificio de Abel, por la deliberación de Noé, por la fe de Abraham, por la obediencia de Isaac, por la religión de Melchisedec, por el amor de Benjamín, por el nacimiento de Moisés y la zarza que vio éste en figura de fuego, por la religión de Josefat, por la paciencia de Job, por las lágrimas de Jeremías, por la oración de Zacarías, por la del profeta Daniel cuando fue echado a los leones, por la del otro profeta Jonás en el vientre de la ballena, por la de Santo Josef y su hermosura, por las virtudes de Santa Isabel, por las lenguas de los cuatro Evangelistas: SAN JUAN, SAN MARTEO, SAN MARCOS Y SAN LUCAS, por el ayuno y sermones de los Santos Apóstoles, por tu venida al mundo, por tu nacimiento, por tu santo bautismo, la voz del Padre Eterno que oró en el cielo diciendo: ESTE ES MI HIJO AMADO EN QUIEN ME HE CONTEMPLADO, QUE TODAS LAS GENTES LE TEMAN, por tus milagros en tu resurrección del hijo de la vida, en la mansedumbre de mar y los muchos y muy grandes que hiciste en este mundo, por la Pasión, por tu Muerte, por tu Resurrección, por tu Ascensión, por la venida del Espíritu Santo SOBRE LOS APOSTOLES EN LENGUAS DE FUEGO, por tu venida a juicio y finalmente por las alabanzas que se hacen tus criaturas. Si el maleficio o daños, para algunos de los hermanos o hermanas presentes; fuera hecho en fierro o en acero, en oro o en plata, en el plomo o en estaño o en otro cualquier metal, todo sea desatado y deshechizado, y en adelante no pague ni aprenda cosa alguna de estos malos hechos. Si el hechizo para alguno de los hermanos o hermanas presentes, fuere hecho, en fotografías, en algún hilo de oro o plata, de seda o de algodón, de lino o de lana, o en cáñamo o cabellos, o en huesos de cristianos, aves a peces, en alguna figura de piedra, madera o cera, o en ganado vacuno o lanar, o en otro cualquier animal doméstico, en puente o en rio, en la pared o en el cerro, en la casa o en el campo o solitario, en repartimientos de arroyos o encrucijadas, en árboles o en alguna otra cosa dada a comer o beber, de todas estas cosas Padre celestial, sean desatadas y desaparecidas de tu siervo(a) …….., por solo tu Santo Nombre Todopoderoso y muy Alto Dios que vives y gobiernas por siempre jamás.

ABSOLUCIÓN

EL SEÑOR ES GRANDE Y MISERICORDIOSO sea por siempre contigo y todas las personas que llevaren consigo la oración de San Cipriano o la hicieron leer sobre sí por tres veces de noche o de día, seas defendido, por Nuestro Señor JESUCRISTO, por su Santísima Madre la VIRGEN MARIA, por SAN MIGUEL, SAN GABRIEL, SAN RAFAEL, y por todos los ángeles y demás virtudes del cielo. Todo el poderío y todas las acechanzas del espíritu maligno sean rotas y destruidas por el Santo Nombre de muy Alto Dios, por la penitencia del Rey David, por la Fe de los santos Patriarcas y Profetas, por la de los cuatro Evangelistas que son los cuatro pilares del cielo, por las oraciones de Bienaventurado San Juan Bautista y los Santos Apóstoles: SAN PEDRO, Y SAN PABLO, SAN JUAN, SAN MATEO, SAN ANDRES, SAN BARTOLOME, SANTO TOMAS, SAN MATIAS, SAN SIMON, SAN JUDAS TADEO, SAN FELIPE Y SANTIAGO, y por todas las oraciones de las Santas Vírgenes, Mártires y Confesoras de Dios, NO OS EMPOCEN NINGUNA DE LAS SETENTA Y DOS LENGUAS REPARTIDAS POR TODO EL MUNDO; por esta absolución, por la paz que dio a Cristo Nuestro Señor cuando resucito a Lázaro del monumento, y por la misericordia que tuvo El mismo en sanar a aquel hombre de la piscina q quien hablo diciéndole: Levántate, toma tu lecho y anda mira que ya estas sano, no quieras pecar más, y por la virtud de estas palabras se levantó el enfermo cuya enfermedad fue treinta y ocho años. El Señor haga que se desaten todas las nubes del cielo y llueva moderadamente sobre la tierra y la tierra de su fruto, que todas las mujeres que estén de parto salgan del peligro sin lesión alguna por su infinita bondad, y que todas las personas que citamos aquí…., seamos libres de cualquier tempestad o pestilencia que nos hagan daños, por los méritos de Nuestro Redentor Jesucristo y por la Virgen su madre MARIA SANTISIMA, Señora Nuestra y demás Santos de la Corte Celestial.

ABSUELVENOS misericordiosísimo Señor, de todos los males hechos y hechizos que nos hayan hecho los malos hombres y malas mujeres, especialmente a tu siervo (a)……, haz que todos tus encantamientos y enlazamientos del enemigo maldito sean desatados y designados por la gloria de tu Santo Nombre y por EMANUEL que quiere decir DIOS SEA CON NOSOTROS, y que se aparten de nosotros y todos los que están presentes en este lugar, todo ligamiento y mala ventura. Gloria sea dada al PADRE, al HIJO y al ESPIRITU SANTO, que aunque trino en persona es un sólo Dios verdadero que vive y reina sin principio no fin. ADVERTENCIA: La oración de San Cipriano fue hecha y ordenada para que todas las personas que llevaren consigo o se les hiciera leer tres domingos, una vez cada domingo, se libre de malos hechos, hechizos y malas lenguas, que los ligamientos y encantamientos del diablo sean desatados y desligados, y que las mujeres que tuvieses difícil parto, pestilencia o corrupción, alcancen un feliz suceso y consigan con el auxilio divino, sanar divinamente sus males. Por tanto llegada que sea la necesidad de usar ella, se dará principio

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