Reflexión de un fragmento de existencia plasmada en papel

Reflexión de un fragmento de existencia plasmada en papel

La secundaria… Un cambio al que me mostré reacia hace ya casi 3 años. He comprobado que mis mayores tenían razón a cerca de que la secundaria es la mejor de las etapas; en donde puedes crecer: como persona, como estudiante, y como ser humano.

Es gracioso y nostálgico a la vez… En primero rogaba por que el reloj se apresurara y me dejara salir del reclusorio en el que, pensaba yo, que estaba. Odiaba a mis compañeros y me mostraba egoísta y prepotente en lo que hacía, sin darme cuenta de que había (y sigue habiendo) personas que esperaban por que les diera la mano, o les sonriera, ¡que por lo menos les dijera un monosílabo! Pero no fue hasta 3 meses antes de que primer grado acabara, que me di cuenta de eso. Con las profesoras fue igual. Ahora me ando con más cuidado cuando escucho el famoso “Se van a acordar de mí el próximo año” que me solían decir mis profesoras de primero. Cada una dejó algo en mí… Una especie de herramienta que me serviría para continuar la obra maestra que hasta hoy en día sigue en proceso.

Una intenta hacer que cada momento dure y permanezca en la memoria y la sensación jamás abandone los sentidos, pero cuando acuerdas… ¡Ya hasta estás preparándote para un simulacro del examen de ingreso a preparatoria!

Agradezco mucho a mis profesoras Nelva, Silvia, Armandina, Kathia, Martha, Brenda, Lety, María de Jesús, Dalinda y a la profe Cruz. Ustedes han aportado un granito de arena en mi persona que ha tenido el peso de toneladas. Me han hecho probar el sabor de todo lo que puede y no puede pasar. Han hecho que la paleta de colores de mi vida contenga una gama mucho más extensa. Gracias…

A mis amigos… Ana Sophia, Vanessa, Daniela, Sofía, Astrid, Alex, Leo, Andy, Hiram… No hay palabras para describir lo mucho que agradezco el haber cruzado destinos con ustedes. Los guardo en mi memoria y en mi corazón. Sin ustedes yo no sería yo, ni mucho menos “sería algo”. Me han enseñado que las personas son más que palabras, calificaciones, modales, reglas, obediencia, ropa, un cuerpo delgado… En fin, me han enseñado todo lo que no se puede aprender de los demás, sino de un amigo.

Aquí aprendí que puedes dejar que el camino se pinte solo, o caminar tú por donde quieras y llegara hasta donde quieras y puedas. Nada de lo que pasé en la secundaria fue planeado, ni mucho menos previsto. Lo improvisé, y arreglé los detalles de la mano de mis amigos. Aprendí a improvisar de mejor manera conforme el tiempo fue pasando, así que creo que podré hacerlo mejor de ahora en adelante. Las mejores ideas son del fruto de la planeación y la meditación; sin embargo, las que siempre van a la cabeza y salen ganando, victoriosas, son las improvisadas.

Me voy con todo, y sin nada, a la vez.

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